Melilla últimamente no gana para disgustos a costa de los ataques a su integridad territorial. Si primero fue el escrito de Marruecos ante la ONU calificándonos como “presidio ocupado” y negando la existencia de la ciudad como frontera española, ahora es la exministra del PSOE, María Antonia Trujillo, la que vuelve a la carga para calificar de “afrenta” a Marruecos la españolidad de las dos ciudades norteafricanas.
El caso es que estas cuestiones son como tener el pie en el cuello de los melillenses y los ceutíes, y no dejar de apretarnos contra el suelo. Declaraciones como las de Trujillo, que ya fue nombrada ‘persona non grata’ en septiembre pasado por el Pleno de la Asamblea y por declaraciones similares, no hacen sino provocar que no podamos levantar la cabeza.
A esa especie de guerra híbrida que los marroquíes tienen declarada a las ciudades autónomas y que las está asfixiando económicamente, se le une ahora la voz de una socialista, que tuvo importantes responsabilidades en el Gobierno de España con el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y que parece dispuesta a dinamitar cualquier posibilidad electoral de su partido en Melilla.
Las declaraciones de Trujillo hacen un daño tremendo a la ciudad más allá de lo que es dudar de su historia española durante 525 años. El dinero es miedoso por naturaleza, como recordaba el presidente de la patronal, Enrique Alcoba, y sembrar dudas que impliquen la seguridad jurídica del territorio solo provoca que se espante aún más y, por descontado, huya hacia lugares que se consideran más ‘seguros’.
Melilla necesita inversión privada como el comer, la entrada de capital y la creación de puestos de trabajo. Nada de eso será posible si un día sí y al otro también, se pone en tela de juicio nuestra españolidad y todo lo que conlleva desde el punto de vista jurídico-político.
¿Se dará cuenta la señora Trujillo del daño que está causando a dos ciudades que lo único que quieren es tener un futuro en paz, próspero y de buena vecindad con el reino al que tanto defiende en estos momentos? ¿Acaso es normal que esté en contra de los intereses de España y de la propia Constitución que garantiza la integridad territorial de la nación?
Es difícil entender que una socialista que ha tenido un cargo de responsabilidad política al frente de un Ministerio (concretamente, el de Vivienda) esté reventando la estrategia del Gobierno de Sánchez en cuanto al desarrollo de inversiones públicas en Melilla porque, aunque siempre nos parecerá poco el dinero que venga de Madrid, lo cierto es que son ya muchos los millones que la ciudad está recibiendo a lo largo de 2022 para el desarrollo de distintos proyectos públicos. Hoy de hecho, se aprueba en el Consejo de Ministros el Plan Estratégico de Melilla que supondrá una inversión de 350 millones.
Me compraré un piso en Melilla el día que esta ciudad pase a estar bajo la soberanía de Israel o de G. Bretaña.