Categorías: Sociedad

El control policial marroquí en Beni Enzar provoca esperas de 5 horas

La falta de fluidez en el paso fronterizo en Marruecos genera largas colas de vehículos, que  se agravan con la llegada de los buques de la península, y causa molestias a viajeros y vecinos.

Las largas esperas para pasar a Marruecos en el puesto fronterizo de Beni Enzar generan malestar entre los vecinos de Príncipe de Asturias y General Villalba y a los propios viajeros que tienen que esperar hasta cinco horas para poder cruzar la frontera y visitar a sus familias en el país vecinos. La culpa no la tienen las autoridades en la frontera española. Los carriles están abiertos, pero una vez cruzan los portones y entran en la denominada ‘tierra de nadie’ se encuentran con el embudo. La ecuación encaja: Un solo carril habilitado, una sola fila de vehículos para entrar en Marruecos, igual a cinco horas de espera en Melilla.
Los que enfrentan en primera línea las quejas de los viajeros son los Agentes de Movilidad que regulan el paso de vehículos hasta el paso de la frontera, pero no pueden evitar el colapso. La mayoría de los marroquíes no se explica tanta demora en mover su vehículo tan sólo cien metros. Se quejan a los Agentes de Movilidad, creyendo que son ellos los culpables del colapso. Pero no es así.
Los propios agentes tampoco se explican que Marruecos trate de esta manera a sus propios ciudadanos. “Son marroquíes que van a pasar las vacaciones con sus familias. Ahorran durante todo el año para poder ir a Marruecos en verano y se encuentran con este panorama”, comenta sorprendido uno de los agentes.
La situación es insufrible especialmente para los niños. Todos los coches vienen con dos o tres menores y tienen que esperar horas y horas bajo el sol. Un tiempo que hace desesperar a niños y padres.  Lógicamente, es frecuente que los viajeros salgan de los vehículos, den un paseo por las inmediaciones de la frontera, hagan algunas compras para comer y beber, a modo de tentempié y vuelvan al coche si ven que la fila se mueve.

Ayuda humanitaria real
Pero hay algunos casos que la espera puede ser letal. Hace unos días un padre desesperado acudió a uno de los agentes de movilidad y le explicó que tenía que cruzar urgentemente la frontera, pues su hijo menor de edad tenía que comer.
El agente comprobó que en el coche estaba el menor, quien tenía una vía nasográstica por la que se alimentaba debido a una enfermedad. La madre del menor le explicó que llevaba todo el día sin poder darle de comer. Al ver la situación, el agente de movilidad no dudó en comunicar la situación a la Policía Nacional en frontera para que permitieran el paso a esta familia.
El hecho de que este vehículo se ‘saltara’ la cola de coches que estaba esperando, no gustó a los que allí estaban, pero era una emergencia.
“A los que salieron a quejarse les expliqué la situación. Nosotros sólo pudimos ayudar a la familia a que pasara la parte española de la frontera. Después, lo que tardaran en conseguir pasar el control marroquí no lo sabemos”, explica el agente.
Son casos de emergencia en los que las autoridades policiales melillenses trabajan más allá de sus funciones de regulación del tráfico, prestando una auténtica ayuda humanitaria a los que lo necesitan. Pero, este hecho puntual no quiere decir que el resto de los viajeros estén desatendidos. En la parte de los terrenos de Valenzuela, hay fuente, aseos y zona de sombra para soportar las horas de espera.

Horas punta
Los peores momentos del día son en los que llegan los barcos al puerto melillense bien cargaditos. Hasta 300 vehículos pueden venir de golpe hasta la frontera de Beni Enzar cuando atraca el buque. Al menos en Beni Enzar la explanada de Valenzuela sirve de desahogo, pero cuando se llena hay que desviar el tráfico hacia el polígono del SEPES. Aún así el paso fronterizo no puede absorver tanto viajero. En Farhana tampoco. Se han registrado colas de vehículos hasta el paso peatonal de Mariguari a lo largo de la carretera de circunvalación.
El problema sigue siendo el mismo en ambos pasos fronterizos: El control policial marroquí. “De nada sirve que manden más policías locales o nacionales en la frontera española porque el embudo real está en Marruecos. Esto es lo que deben coordinar mejor y cada año, es peor”. ¿Qué hay detrás de tanta parsimonia entre los agentes marroquíes? La tradicional ‘rasca’.

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