En plena sexta ola de covid-19, el Colegio Oficial de Médicos de Melilla reclama a los responsables políticos y la ciudadanía “tomar conciencia real de la situación actual” porque los sanitarios podrían “romperse” en 2022.
A través de la Comisión Asesora COVID19, el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) ha alertado de la gravedad de esta nueva ola de covid-19 para evitar la quiebra del Sistema Nacional de Salud (SNS) y de los profesionales que lo sostienen.
En una nota de prensa, alerta de que la sexta ola de la pandemia se ha destapado en Navidad, justo "cuando más se necesita un descanso, cuando se empezaba la recuperación de las agendas de pacientes no-covid", y "viene a sobrecargar los servicios y a volver a suspender su actividad programada, acumulando carga asistencial para el primer trimestre del nuevo año".
En el documento elaborado por más de treinta expertos, el CGCOM advierte de la necesidad de adoptar nuevas medidas de Salud Pública para que la disminución en la gravedad de los casos en la población vacunada no trivialice el daño que se está produciendo en la salud y el bienestar.
El informe resalta que las administraciones y sus responsables deben atender el profundo malestar, desánimo y agotamiento de médicos y otros profesionales sanitarios. Además, destaca que el discurso político debe insistir en el agradecimiento al sobreesfuerzo que los sanitarios han estado haciendo por casi dos años.
El organismo resalta que factores como la fatiga política pandémica y el auge de conductas inapropiadas e irracionales que producen mucha desmoralización, cansancio y frustración en los profesionales de centros y servicios sanitarios, hacen más complicado el enfrentamiento de la pandemia.
El problema, dice, no solo está en los comportamientos sociales irresponsables, sino en las praxis de gobiernos “que miran a otro lado, y han ido dejando a las instituciones sanitarias debilitadas, huérfanas de recursos y de reformas”.
De ahí que para el CGCOM sea urgente revitalizar el contrato social implícito con las profesiones, mediante más recursos materiales y humanos, el abordaje de las reformas siempre pospuestas y la rectificación del maltrato con reducción de la temporalidad y mejoras de la calidad de empleo en el Sistema Nacional de Salud.
Si bien reconoce que con las vacunas la morbimortalidad se ha reducido, la gravedad de la situación continúa porque el incremento de la incidencia está colapsando la Atención Primaria y los servicios de Urgencia y desbordando la capacidad de diagnosticar casos y rastrear contactos.
Aunque las tasas de hospitalización e ingreso en Unidades de Cuidados Intensivos son bajas -explica el organismo-, cuando se aplican a un amplio número de enfermos, acaban saturando los hospitales y obligando a detener la asistencia a pacientes no-covid, lo que provoca daños indirectos que pueden ser muy importantes.
El texto destaca que se ha trasladado un relato del fin de la pandemia que está siendo muy perjudicial para que la ciudadanía asuma la realidad actual. No se trata de “inmunizar y alcanzar el porcentaje necesario para conseguir la deseada ‘inmunidad de rebaño’” porque eso no acaba con la pandemia.
Dicho en otras palabras, contar con recursos diagnósticos para la lucha contra la pandemia no reduce la incidencia, si éstos no se convierten en un instrumento al servicio de una racionalidad clínica y de salud pública.
El CGCOM llama la atención sobre los mensajes de instituciones y medios de comunicación que alimentaron la idea de volver a la normalidad a través de la vacunación, a pesar de que los especialistas han insistido siempre en que las vacunas no tienen un efecto esterilizante.
Asimismo, lamenta la hostilidad creciente generada por la desilusión colectiva, cómo los responsables políticos e institucionales buscan formas de eludir la carga de responsabilidad y temen implantar medidas que contraríen o enfaden más a los ciudadanos-votantes. También se refiere a las personas que transgreden las medidas de protección como manifestación de protesta y rebeldía.
No obstante, hay que tener en cuenta que si la vacunación obligatoria o el pasaporte covid se abordan como un castigo social pueden ser ineficientes y desencadenar costes y efectos adversos.
Para avanzar, enfatizan, es vital crear un marco compartido. El camino, para el CGCOM, está en la co-gobernanza. La responsabilidad que se exige a la población para que se autoproteja "no puede sustituir la acción de las autoridades sanitarias a través de políticas activas de reducción de la transmisión". Por eso, la acción de política e institucional "es necesaria y no puede ser suplida".
Ante la situación actual el CGCOM aconseja que la persona que tenga síntomas compatibles con la covid-19 olvide si está vacunado o no, actúe como si fuera positivo e inicie el aislamiento.
De dar positivo en una prueba de antígenos en la farmacia, recomienda aislarse, usar una mascarilla FFP2 y contactar con su centro de salud.
Por otro lado, si es un contacto estrecho de un caso positivo lo mejor es igualmente aislarse y llamar a los servicios sanitarios porque las pruebas diagnósticas no le darán resultados positivos hasta pasados de tres a cinco días del contacto.
Si no tiene síntomas, ni es contacto estrecho, ni positivo, evite los contactos de cualquier tipo, más en estas fechas festivas. Y si fuera a tenerlo, que sea al aire libre o en espacios bien ventilados, manteniendo la distancia y siempre que sea posible, con mascarilla.
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