Cultura y Tradiciones

"El cine puede aportar muchas ideas para facilitar el paso a la democracia"

Nador acogerá desde el 22 hasta el 28 de octubre la edición número once del Festival Internacional de Cine y Memoria Común (FICMEC). Un total de 27 películas competirán en este certamen y este año se inaugura un certamen paralelo de 12 telefilmes en lengua amazigh.

El presidente del Festival, Abdesslam Boutayeb (Alhucemas, Marruecos, 1961), es profesor de Historia en la Universidad marroquí de Meknes, además de presidente fundador del Centro de Memoria Común para la Democracia y la Paz y miembro fundador de la Iniciativa Civil para el Rif.

-Este año se cumple la edición número once del festival, ¿cómo surgió la idea?

-Nosotros somos una ONG que trabaja sobre la justicia transicional. El cine es algo para nosotros que nos permite visibilizar lo que estamos defendiendo.

-¿Y qué están defendiendo?

-Defendemos que podemos pasar a la democracia a través de la justicia transicional. Como se sabe, Marruecos tenía una experiencia muy avanzada, geográficamente hablando, en el norte de África y Oriente Medio sobre la justicia transicional para pasar de un estado a otro. Entonces, nosotros pensamos que el cine puede aportar muchísimas ideas nuevas para facilitar este paso a la democracia.

-¿El cine se puede decir que también es una puerta al mundo para los marroquíes, por ejemplo para los jóvenes que quieren emigrar, al igual que ocurre con la televisión y con las parabólicas?

-El cine es una gran puerta, esencialmente es la puerta del futuro. Para nosotros, el cine es esencial para la apertura de mi país al mundo.

-Se ha referido varias veces a la justicia transicional, ¿Nos puede explicar en qué consiste exactamente este concepto y cómo lo entienden o lo trabajan en el Festival de Cine?

-La justicia transicional es una metodología que consiste en pasar de un estado a un estado más avanzado, democráticamente hablando. La Instancia Equidad y Reconciliación que reconoció Marruecos desde 2004, llevamos casi veinte años, se basó sobre la justicia transicional y es la vía en la que nosotros confiamos y creemos más acertada.

-Pero, y a efectos prácticos, ¿esto en qué se plasma, qué propuestas concretas plantean?

-Es una metodología nueva para pasar a la democracia de un país. Un país que quiere pasar a la democracia tiene que elegir entre muchas metodologías. Y en la justicia transicional, en Marruecos, hay que saber lo que pasó antes para saber cómo se debe avanzar hacia el futuro. Mediante el Festival hemos hecho un largo camino de reflexión muy amplia, grandísima. Somos muchos, entre académicos, gente del cine, de la televisión, de la literatura… de todo.

-Festivales de cine internacionales hay muchos. Pero este además es de Memoria Común, ¿Por qué? ¿Qué quieren resaltar?

-Para nosotros la memoria común es un concepto muy importante. Es un pasado que no quiere pasar. Por eso estamos trabajando en cómo pasar este pasado emblemático de mi país, entre países y en el mundo entero. Y por eso nosotros tenemos en el Festival muchas películas insistiendo en el tema de la justicia transicional.

-El lema del Festival de este año es francamente bonito: Rallumer les étoiles (Reavivar las estrellas) ¿Por qué lo han elegido?

- Queremos destacar que tras dos años de crisis sanitaria y humanitaria en todo el mundo la vida sigue y la esperanza tiene que seguir. Rallumer les étoiles forma parte de un poema escrito por Guillaume Apollinaire, justo al terminar la Primera Guerra Mundial. Dijo: Tenemos que dar vida de nuevo a las estrellas. Esa es nuestra idea.

-Estos dos años de pandemia, ¿han podido celebrar de alguna manera el Festival, aunque sea en formato on line o ha habido un parón obligado?

-Lo hemos celebrado de una manera o de otra. El año pasado lo hicimos de manera directa, ha sido el único Festival que se ha celebrado en Marruecos. Teníamos a 300 personas en plena crisis pero hemos hecho un buen trabajo, sanitariamente hablando. Un trabajo correcto.

-El cartel del Festival de este año incluye información hasta en cuatro idiomas: árabe, amazigh, francés y español. Es realmente internacional…

-Sí, sí. Utilizamos nuestra lengua materna, que es el amazigh. El árabe que es la lengua utilizada en el país, francés y español. Nuestra memoria común se representa en esas cuatro lenguas: amazigh, que somos nosotros; árabe; y franceses y españoles que vinieron después.

-¿Por qué eligieron Nador para albergar este Festival Internacional de Cine? ¿Siempre se ha celebrado ahí?

-Deberíamos hacerlo en una ciudad semejante a Nador y por eso la elegimos.

-¿Puede constituir una manera de reavivar la ciudad culturalmente?

-Sí, ese es el mensaje. Porque Nador necesita un alma cultural. En Nador no hay ningún cine. Es el momento de que puedan ver una película que está en Madrid, en Nueva York, en Buenos Aires…

-¿Y entonces, si no hay una sala de cine, dónde se proyectan las películas del Festival?

-A veces llegamos con una carpa de cine, que tiene una gran capacidad y es como una sala de cine, es muy profesional. Otras veces utilizamos la Casa de Cultura de Nador.

-Al festival se presentan películas de muchísimos países, ¿hay alguna película española seleccionada?

-Sí, hay películas de España. Este año nos han llegado unas 2.500 películas.

-Pues solo verlas ya es un gran trabajo…

-Sí, bueno, tenemos una comisión artística, dirigida por Paulo Coelho, que es un director portugués, que trabaja para tener al final seleccionadas ocho películas documentales en el tema de la justicia transicional y siete largos abiertos. Es un trabajo muy, muy difícil.

-También creo que hay una sección en lengua amazigh.

-Sí: dos películas del Rif, dos del Atlas y dos del amazigh del sur. Y tienen un jurado especial. En estas películas la temática es abierta.

-Las estatuillas que se entregan a los galardonados en el Festival Internacional de Cine son de inspiración rifeña, ¿qué representan exactamente?

-Son unas estatuillas muy profesionales, que nos regaló hace tiempo un banco marroquí. Están hechas por mujeres que trabajan en una empresa de Settat, al lado de Marrakech. Se representa al hombre mediterráneo. Algunos piensan que es una cruz pero no. Es un hombre y sus manos son el Mar Mediterráneo.

-Y con todo lo que ha contado sobre la memoria común y la justicia transicional, ¿qué opinan en su asociación de la reciente tragedia ocurrida en la valla que separa Melilla de Marruecos?

-Las antiguas fuerzas coloniales tienen que pagar su deuda histórica. Eso es lo que puedo decir. Porque la inmigración depende de esa deuda histórica.

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