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El CETI se marca como objetivo para 2015 una ocupación por debajo de las mil personas

Desde el centro señalan que no puede permitirse que se normalice que las instalaciones dupliquen su capacidad óptima (480 personas). Reconocen que las entradas de este año han desbordado todas las previsiones

El 2014 ha sido un año complicado en materia de inmigración y una de las consecuencias de esta situación ha sido la sobreocupación constante del CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes). En octubre del 2013 el centro batía su récord de ocupación con más de un millar de residentes. Durante el 2014 ningún mes ha tenido menos de mil ocupantes y se ha llegado a albergar a 2.400 personas. Actualmente hay 1.300 inmigrantes acogidos, tal y como publicó este sábado El Faro, y quince tiendas de campaña instaladas en los patios del centro para poder acoger a todas estas personas. Desde el CETI lo tienen claro, no se pueden mantener estas cifras y no puede permitirse que se normalice el hecho de que la ocupación sea más del doble de su capacidad  óptima, 480 personas. El reto de cara a 2015 es que el número de acogidos esté por debajo del millar.
Las dos entradas más multitudinarias del año se produjeron el 18 de marzo y el 28 de mayo. En cada uno de esos días entraron a nuestra ciudad alrededor de 500 subsaharianos. Ni el CETI ni los trabajadores del centro estaban preparados para asumir un volumen así de personas. El centro llegó a tener 2.400 personas y tuvieron que instalarse tiendas de campaña en el interior y el exterior. Según cuentan fuentes del CETI a El Faro ha sido necesario un sobreesfuerzo de los trabajadores para poder sacar adelante la gran cantidad de trabajo que tenían. Ha habido pequeños incrementos en la plantilla de vigilancia y cocina, pero insuficientes para poder prestar todos los servicios que eran necesarios.

Traslados insuficientes
Los traslados, aunque han sido frecuentes, no han conseguido paliar del todo la situación. La continua entrada de ciudadanos sirios huyendo de la guerra se ha unido a la de los subsaharianos que saltan la valla. La situación casi de hacinamiento de los residentes ha provocado tensión y conflictos. Las colas para comer, que llegaron a ser de más de tres horas en las épocas de más ocupación, o la falta de espacio físico han causado más riñas de lo habitual entre los inmigrantes que viven en el centro. Desde el CETI reconocen que se ha trabajado para intentar enviar al mayor número de personas a otros puntos del país, pero insisten en que no podemos acostumbrarnos a la actual ocupación. “Si ahora hubiera un nuevo salto multitudinario, volveríamos a vernos con más de 2.000 personas en unas instalaciones preparadas para acoger a 480. Hay que bajar de los mil”, recalcan.
Asimismo, señalan que tampoco es adecuado que los inmigrantes estén durmiendo en tiendas de campaña. La bajada de temperaturas hace que esta solución sea cada vez menos válida. “No hace tiempo de que la gente esté durmiendo en una tienda”, apuntan. Actualmente hay quince instaladas, dos cedidas por la Comgemel (Comandancia Militar de Melilla) y otras trece de Cruz Roja.
Los trámites para gestionar el papeleo se alargan y los servicios sociales que se ofrecen en el centro dan cobertura a un menor porcentaje de los residentes. Durante fechas como la Navidad, en las que se reduce la plantilla por las vacaciones, la situación es aún más complicada. Desde el CETI insisten en el enorme esfuerzo que han tenido que hacer los trabajadores para hacer frente a una realidad que ha sobrepasado todas las previsiones e insisten en la necesidad de buscar soluciones a corto plazo.
Además, desde el centro de acogida aseguran que los inmigrantes tienen cada vez menos paciencia. “Antes las salidas a la península se alargaban mucho más. Había gente que estaba en el CETI más de un año. Ahora se están marchando antes, pero aún así cuando llevan aquí tres meses ya están reivindicando una salida. Melilla es sólo una parada en su camino”, explica

Muchos ciudadanos sirios prefieren pasar el día fuera, desde el centro entienden su incomodidad

El perfil de los inmigrantes acogidos en el CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes) ha cambiado. Tal y como publicaba El Faro el sábado, de los 1.300 que viven ahora mismo en las instalaciones, alrededor de 800 son sirios. Desde el centro aseguran que ya no hay campamentos estables fuera del centro como ocurría en otros momentos. Sin embargo reconocen, tal y como puede ver cualquier persona que pase por las inmediaciones del centro, que gran parte de los ciudadanos sirios prefiere pasar el día en la calle. A mediodía es habitual ver a grupos de inmigrantes en la puerta del CETI preparando su propia comida y resguardándose del frío junto a hogueras. “Es casi normal que prefieran pasar la mayor parte del tiempo fuera. Preparan la comida que les gusta y están con sus familias y amigos. Dentro apenas tienen espacio”, apuntan desde el centro.

 

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