El Ejército montó ayer dos nuevas tiendas modulares y 40 literas triples en el interior del centro.
El Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Melilla ya no da más de sí: “Está colapsado”, aseguran trabajadores del CETI consultados por El Faro.
Tras la entrada de ayer de 140 personas, la mayoría de ellas procedentes de Camerún, el centro sobrepasó los 1.900 residentes y otra vez ha vuelto a alcanzar una cifra récord de ocupación. El estado de emergencia del CETI de Melilla va camino de ser permanente, pese a las críticas del Defensor del Pueblo. No obstante, fuentes del centro aseguran que “se están buscando soluciones”.
Desde la Delegación del Gobierno consideran que “la nueva entrada de inmigrantes no varía en exceso el alto índice de ocupación del CETI, gracias a que el número de acogidos ha ido remitiendo con los traslados semanales de inmigrantes”, señalan.
Sin embargo esta versión contrasta con el hecho de que el Ejército montara ayer, con bastante celo y a petición del CETI, dos tiendas modulares con 40 literas triples (para 120 personas).
Desde la Delegación del Gobierno señalan que esto se ha hecho “con el ánimo de procurar una estancia digna” a los inmigrantes recién llegados.
No es la primera vez que el Ejército monta tiendas de campaña en el CETI. Lo viene haciendo desde el verano pasado y cada vez que lo reclama el centro.
Al hacinamiento que viven los inmigrantes se suma la ralentización con que éstos están saliendo de Melilla, a razón de unos treinta por semana.
Estas salida con cuentagotas están motivadas por el grado de ocupación de las casas de acogidas de las ONGs que colaboran con el Ministerio de Empleo. También están saturados los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIEs), debido a que éstos retienen a los inmigrantes que trasladan desde Melilla y Ceuta durante el tiempo máximo que permite la ley (60 días), con la intención de hacer todo lo posible por devolverlos a sus países, en caso de que haya convenio con sus respectivos gobiernos.
Los sirios huyen del colapso
El colapso que vive el CETI ha obligado a las familias sirias a montar tiendas artesanales en las inmediaciones del campo de golf, para intentar aislar, sobre todo, a los niños, “del caos” y el “clima de tensión” que se vive dentro del Centro de Estancia Temporal.
No hay que olvidar que muchas voces se han alzado ya (entre ellas las de los diputados de PPL) para que parte del campo de golf se utilice para ampliar las instalaciones del CETI, que a estas alturas de la presión migratoria está a más del cuádruple de su capacidad, que es de apenas 480 personas.
Lo peor de todo es que la situación de emergencia continúa y aún nadie ha puesto una solución seria sobre la mesa.
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