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El CETI alcanza un nuevo récord de ocupación con 855 inmigrantes

Los trabajadores del centro piden refuerzos en plantilla para poder atender a todos los residentes. Señalan que hay incidentes aislados, pero “alejados del nivel de tensión de hace unos meses”.

El Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla registró ayer un nuevo récord en lo que se refiere a niveles de ocupación, ya que actualmente hay 855 personas residiendo en sus instalaciones, casi el doble de su capacidad, según la Delegación del Gobierno.

En circunstancias normales, el CETI puede albergar a 480 inmigrantes. A día de hoy acoge a 375 de más, la cifra más alta de los últimos meses, según los trabajadores del propio centro.

En palabras de varios profesionales que trabajan en el CETI, pese a que el número de inmigrantes es “se viene incrementando” desde el mes de mayo, los conflictos entre los residentes se han reducido considerablemente.

En declaraciones realizadas a El Faro, los trabajadores del  CETI señalaron que hace unos meses se palpaba mayor tensión entre los inmigrantes a raíz de la muerte de tres subsaharianos del centro, que fallecieron en un incendio producido en las chabolas del cerro de Palma Santa. 

No obstante, recalcaron que existen “algunos roces” entre grupos de personas de distinta nacionalidad, aunque, según su criterio, son incidentes aislados que poca similitud guardan con la tensión que provocó una pelea multitudinaria entre los inmigrantes en abril de este año.

“Siempre hay algún que otro problema, pero son percances sin importancia. Es normal cuando hay más de 800 personas conviviendo en un espacio preparado para albergar a 480”, señalaron los trabajadores.

Por otro lado, recalcaron que la saturación se ha debido al constante goteo en el número de entradas desde el mes de mayo. Además, afirmaron que la Delegación del Gobierno está realizando “grandes esfuerzos” para reducir los niveles de población del centro acelerando los trámites para la repatriación de los internos. Sin embargo, el número de llegadas “continúa siendo mayor que el de salidas”.

En lo que se refiere a la situación de los trabajadores del CETI, las fuentes consultadas por este periódico relataron que la ausencia de conflictos graves hace más sencilla la labor de los profesionales, aunque el alto número de residentes ha duplicado también la carga de trabajo.

Las labores entre los muros del CETI son “duras, pero llevaderas”, afirmaron varios trabajadores que consideran que no se ha reforzado lo suficiente la plantilla para atender correctamente a los residentes.

“El número de inmigrantes se ha duplicado, pero no el de empleados. Tan sólo se han contratado a cuatro o cinco más para ciertos puestos, pero poco más”, lamentaron los trabajadores.

Mayoría de subsaharianos

Según las fuentes de El Faro, el alto número de llegadas de personas de origen subsahariano ha provocado que en el centro apenas queden asiáticos o marroquíes, cuando hace unos años había grandes grupos de estas nacionalidades.

En lo que se refiere a los inmigrantes marroquíes, aseguraron que su devolución al país vecino se realiza con agilidad. Sin embargo, surgen problemas cuando la persona afectada afirma ser saharaui, pues en tal caso se contempla su permanencia en el CETI por razones humanitarias. No obstante, los trabajadores del centro señalaron que en muchos casos se investiga el origen del inmigrante en cuestión y se determina que en realidad es marroquí, momento en el cual se procede a su devolución al país vecino.

La mayor parte de las entradas producidas desde mayo han tenido como protagonistas a personas con pasaporte de Camerún, el Congo, Mauritania y Argelia. Por otro lado, quedan unos 35 asiáticos, entre inmigrantes de la India, Bangladesh y Pakistán.

 

 

La entrada de inmigrantes subsaharianos por vía marítima desde el mes de mayo y el repunte en la llegada de menores extranjeros no acompañados a la ciudad ha puesto en alerta a ambas administraciones. En este sentido, la Consejería de Seguridad Ciudadana confía en la colaboración con la Delegación del Gobierno y en la coordinación entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para paliar la situación.

En declaraciones realizadas a El Faro, el consejero de dicha área, Javier Calderón, recalcó que los contactos con la Delegación del Gobierno en este terreno son constantes, sobre todo desde que se detectó un incremento en la entrada de menores después de la Operación Feriante.

Del mismo modo, afirmó que la Guardia Civil y la Policía Nacional pueden contar con la colaboración y apoyo de la Policía Local en este terreno.

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