El certificado de residencia da más problemas en la península que en Melilla

En la ciudad autónoma, los viajeros más despistados pudieron conseguir el documento ‘in extremis’ gracias a que estaban abiertas dos oficinas de Atención al Ciudadano. Pese a que el nerviosismo pudo con más de uno, la cosa no fue a mayores.

“¿Si antes no tenía que presentarlo, por qué ahora sí?”. Esta fue la pregunta que se hicieron en la jornada de ayer decenas de despistados melillenses cuando a la hora de sacar su tarjeta de embarque para viajar a la península haciendo uso del descuento del 50% se les recordó que era imprescindible mostrar el certificado de residencia.
Ayer, 1 de septiembre, entró en vigor la ley 2/2012 ideada por el Ministerio de Fomento para que la bonificación a los viajeros de Melilla, Ceuta, Canarias y Baleares pueda ser disfrutada por los que realmente residen en estas autonomías, minimizando los casos de fraude. Sin embargo, y pese a la intensa campaña de información llevada a cabo desde que esta medida se anunció meses atrás, muchos habitantes de la ciudad autónoma se vieron completamente sorprendidos.
Algunos señalaban que su olvido había sido un puro lapsus, mientras que otros no acertaban a comprender qué documento se les estaba pidiendo. En el puerto y el aeropuerto se vivieron momentos de mucho nerviosismo entre los afectados, la mayor parte de los cuales optaban por desplazarse rápidamente a las oficinas de Atención al Ciudadano abiertas durante todo el fin de semana para conseguir ‘in extremis’ el certificado de residencia.
Entre los viajeros, algunos enfados fueron monumentales, como pudo comprobar de manera directa El Faro. No obstante, el personal de las compañías de transporte aéreo y marítimo tiró de paciencia y se afanó en explicar a los afectados que la medida no había sido impuesta por las empresas, sino por el Ministerio. Asimismo, se informó de cómo conseguir el preciado documento en el menor tiempo posible para embarcar y no perder el billete.
Los más sorprendidos fueron los pasajeros de los primeros vuelos de la mañana, mientras que a partir de este punto la noticia de que se estaba comenzado a pedir el certificado se propagó de boca en boca por toda la ciudad.
Según el personal de las aerolíneas que operan en la ciudad autónoma, Helitt y Air Nostrum, hubo “pocos problemas” y nadie tuvo que comprar un billete nuevo para viajar a la península. Tal y como afirmaron, se dieron casos en el que los pasajeros no llevaban el certificado, pero “la gran mayoría pudo embarcar” gracias a que se desplazaron rápidamente a las oficinas de Atención al Ciudadano y consiguieron el documento a tiempo.

Estación Marítima

Similares escenas se vieron en la Estación Marítima. En este caso, muchos de los pasajeros no eran residentes, por lo que pudieron embarcar sin más complicaciones. No obstante, los rezagados llegaron a saturar durante algunos momentos las instalaciones de la oficina de Atención al Ciudadano de la Avenida General Macías, la más cercana al puerto.
La situación que se vivió en Melilla no puede calificarse de caótica. Hubo problemas puntuales y momentos de tensión, pero la cosa no llegó a mayores. Por ejemplo, en Helitt sólo un pasajero de los vuelos de la mañana quiso sacar un billete nuevo al no poder viajar con el de descuento por residencia. No obstante, fue informado inmediatamente de cómo podía conseguir el certificado y acudió al instante.
También hay que reseñar que las reducidas dimensiones de la ciudad autónoma evitaron mayores complicaciones. Las oficinas donde se expedía el documento estaban muy cerca del aeropuerto y del puerto. En el caso del primero, había que acudir al edificio de La Araucaria, en la barriada de El Real, mientras que en el segundo la opción más cercana era la de la Avenida General Macías.
No ocurrió lo mismo en el caso de los pasajeros que venían desde la península hacia Melilla, para los cuales conseguir el certificado se convirtió en una misión imposible en la que había que contar con la colaboración de algún familiar o amigo que se encontrara en esos momentos en la ciudad autónoma.
Desde las oficinas de Atención al Ciudadano informaron a este periódico que el caso de los pasajeros que viajaban hacia Melilla fue el que más contratiempos provocó. El caso más sencillo se daba si la persona afectada estaba empadronada de manera conjunta con algún familiar que en ese momento pudiera acudir a las instalaciones de la Ciudad Autónoma a pedir el certificado del viajero con su propio Documento Nacional de Identidad (DNI). El hacérselo llegar al lugar donde se encontraba, vía fax o email previo escaneado, era el último escollo.
La situación empeoraba si el afectado figuraba de manera independiente en el padrón. En este caso, había que mandar a Melilla un fax con el DNI compulsado por la Policía Nacional y con una autorización firmada dando permiso a una determinada persona para que recogiera el certificado en la ciudad autónoma y pudiera mandárselo de manera telemática al viajero. Como puede verse, toda una odisea imposible de llevar a cabo sin un margen de tiempo considerable.
En definitiva, fue una jornada de fallos y despistes puntuales, buena parte de ellos solventados en Melilla a la carrera y con muchos nervios de por medio. Peores escenas se vivieron en la península, según explicaron los resignados familiares y amigos de los afectados que acudieron a por el certificado, algunos de ellos ya con pocas esperanzas de que el ansiado documento llegara a tiempo y otros con el objetivo de que su conocido pudiera embarcar en el próximo vuelo.
Habrá que esperar a los siguientes días para ver cómo se desarrolla la situación y comprobar si el número de problemas se reduce a cero, tanto en la ciudad autónoma como en los puertos y aeropuertos de la península. En la jornada de ayer, a más de uno el despiste le salió bastante caro.

Sin el documento era imposible embarcar.

El certificado de residencia se solicita desde ayer a aquellos viajeros que hayan comprado un billete haciendo uso del descuento del 50%. El documento debe presentarse a la hora de adquirir la tarjeta de embarque o cuando se va a subir al barco o avión. En caso contrario, el pasajero no podrá viajar y perderá el billete, no pudiendo abonar la diferencia y debiendo comprar uno nuevo sin la bonificación por residencia si pretende embarcar en ese mismo momento.
Sólo Air Nostrum ha flexibilizado un mínimo esta medida estatal durante su primer mes de vigencia. En el caso de que el cliente haya olvidado el certificado de residencia, podrá volar siempre que lo presente en los dos días siguientes al vuelo original, en cualquiera de los que dispongan de plazas libres en el aeropuerto, sin que pueda reservar plaza con anterioridad.
Si el cliente no tiene certificado, ni posibilidad de tenerlo, podrá abonar la diferencia con la tarifa sin subvención. Si no ha utilizado ninguno de los trayectos deberá abonar la diferencia del billete entero, y si ya solo tuviese que efectuar el tramo de vuelta abonará la diferencia respecto a la tarifa de vuelta. Después del 30 de septiembre, si el cliente no presenta el certificado de residencia no podrá volar con un billete de residente, sino que tendrá que comprar uno nuevo con la tarifa disponible en ese momento.

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