El servicio prestado por los trabajadores del cementerio agoniza sin que nadie tenga manos para enterrarlo. Fuentes del camposanto afirman que “no hay suficiente personal como para atender los diferentes entierros que se van sucediendo en la ciudad. Cualquier día, no muy lejano, tendrán que guardar los cadáveres en la cámara frigorífica y habrá que decirles a los familiares que tienen que esperar un par de días, pues no habrá nadie para enterrar los restos de sus seres queridos”, señalaron.
De los ocho peones sepultureros con los que contaba la plantilla, actualmente faltan cinco puestos por cubrir. Esto es, que debido a bajas y jubilaciones, el trabajo que tendría que repartirse entre esos ocho trabajadores, actualmente recae en las espaldas de tan sólo tres operarios, según fuentes del mismo cementerio.
Esta situación ya fue denunciada por la Unión Sindical de Trabajadores de Melilla (USTM) en el pasado mes de marzo. Este sindicato presentó un escrito para solicitar “con carácter urgente” que contrataran más personal para dedicarse a estas funciones. La respuesta que dio a este periódico el consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, fue que iban a contratar hasta a cuatro personas, pero hasta el momento no se ha producido dicha contratación.
“Esclavitud en el siglo XXI”
Esos cuatro puestos de empleo son el número mínimo de operarios que se recoge en el acuerdo marco pero, según fuentes del cementerio, tan sólo se cuenta con el trabajo de tres empleados de los Planes de Empleo, que en un mes extinguen su contrato.
Comisiones Obreras de Melilla denunció ayer que “se ha dado la circunstancia en la que más de un trabajador ha tenido que estar trabajando durante casi dos meses de forma continuada, sin poder descasar ni fines de semanas ni festivos para que el servicio prestado por este centro no se viera perjudicado”. Consideran desde el sindicato que ésta es “una forma de esclavitud en el siglo XXI”.
Desde la organización sindical se denuncia que la Administración local demuestra, con esta serie de actos, “un pretendido interés en privatizar los servicios ofrecidos por la Ciudad, y éste es uno de ello”, según declaró el secretario de Organización de CCOO, Emilio Carrasco.
Parches insuficientes
Además, desde el camposanto afirman que esta serie de trabajadores provenientes de estos planes no tienen la formación necesaria para ejercer las tareas que se les asignan, lo que dificulta aún más la repartición de tareas.
Desde el cementerio se pide al Ayuntamiento algo más de comprensión por el trabajo realizado y de comprensión con el dolor de los familiares de los fallecidos. Denuncian que, hasta la fecha, han remitido escritos a todos los órganos competentes, pero que no obtienen respuesta.
Este periódico intentó ponerse en contacto con Manuel Ángel Quevedo en reiteradas ocasiones a lo largo del día, pero no fue posible.
Los trabajadores que quedan en el cementerio solicitan que su situación sea inmediatamente reparada, o “llegará ese día en el que los difuntos tengan que permanecer guardados sin nadie que los entierre”.
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