l Es el preso número 15 que es liberado el Jueves Santo. Ningún liberado ha vuelto a cometer algún delito
La Avenida Juan Carlos I volvió a abarrotarse ayer de melillenses, para presenciar la liberación del preso de la cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo de Medinaceli y María Santísima del Rocío.
La tradición se cumplió, con retraso incluido, y cerca de las once de la noche, el Cautivo apareció por la Avenida, seguido del Rocío. En la tribuna, el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda y el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, entre otras autoridades, presenciaban el acto.
Cuando las dos tallas llegaron a la Avenida, los portadores del Cristo lo giraron para ponerlo frente a frente con la Virgen del Rocío. Se abrió un pasillo y llegó el preso que iba a ser liberado, el número 15 en la historia de esta Cofradía. El penado, cuyas iniciales son J.A.C., inició el cumplimiento de su condena el 4 de febrero de 2014 tras 90 días de prisión preventiva, según recoge el auto de liberación. Había sido condenado de tres años y un día de cárcel y al pago de una multa de 500.000 euros por un delito contra la salud pública.
El beneficiario de esta medida de gracia es seleccionado por la Junta de Tratamiento de la prisión melillense, que integra a psicólogos, educadores y juristas, y este órgano posteriormente eleva el expediente al juez de Vigilancia Penitenciaria.
El juez recordó el carácter de reinserción que tienen en nuestro país las penas de prisión y animó al liberado a aprovechar esta segunda oportunidad que le brindan la cofradía y el Voluntariado Cristiano de Prisiones.
El vicario episcopal, Roberto Rojo, rezó al Cristo y a la Virgen y recordó que el Cautivo se sacrificó por todos nosotros para que fuéramos perdonados.
El beneficiario de esta medida de gracia será responsabilidad a partir de los próximos doce meses de la Cofradía del Cautivo y el Voluntariado Cristiano de Prisiones, que se encargarán de velar por su inserción laboral y moral.
A partir de ahora, el preso liberado, según el auto, sólo tendrá que acudir al centro penitenciario en caso de ser llamado para algún tipo de entrevista o control presencial, pudiendo por lo demás desarrollar su vida “con total desenvoltura”.
Eso sí, no podrá ausentarse de Melilla sin autorización y deberá realizar las actividades señaladas en su programa individual de libertad, al tiempo que facilitará la labor de seguimiento y control de su libertad a los servicios sociales penitenciarios.
Desde 2001, el Cautivo ha liberado a catorce presos, de los que más de la mitad de ellos confesaban la fe musulmana. A pesar de ello, sólo uno no quiso procesionar con El Cautivo. Ninguno de los liberados ha vuelto a cometer un delito.
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