La escuadra melillense mereció mejor suerte ante el Estepona, al que controló en la primera mitad y dominó totalmente en la segunda.
Ayer, en el campo federativo de La Espiguera, se invirtieron los papeles y el Casino ejerció de líder ante un equipo que solo mantuvo el orden defensivo sobre el terreno de juego y que tuvo la fortuna de adelantarse desde el punto de penalti para dedicarse a defender el resultado. Los de Fernando Aznar controlaron perfectamente en la primera parte a su rival para después, en el segundo acto, y con el viento en contra, superar en todas las facetas del juego a un equipo hecho para ascender y formado por muchos jugadores con experiencia de varias temporadas en superior categoría.
Si hubo un equipo sobre el sintético federativo que buscó con mayor ahínco la victoria y la mereció, ese fue el Casino del Real CF. Los de Fernando Aznar, a pesar de jugar en inferioridad numérica por expulsión de Cintas a falta de poco más de diez minutos, buscaron con tesón un triunfo merecido que no llegó por la falta de definición ante el portal malagueño. El granadino Alcalde Cantero, muy protestado en algunas acciones, dejó sin señalar un posible penalti de Lolo Soler sobre Melik, así como unas posibles manos en el área visitante.
El primer tiempo resultó muy igualado. Durante los primeros minutos los equipos se dedicaron a controlarse si bien los locales se mostraron algo nerviosos ante el líder que antes del primer minuto de juego ejecutó el primer disparo a portería por mediación de Ador pero el cuero fue a parar mansamente a las manos de Verdejo. La réplica fue casi instantánea y tres minutos más tarde, Farid remató alto un balón largo procedente de la defensa realista.
El juego se equilibró y la batalla se planteó en la zona ancha del campo donde unos y otros se emplearon con intensidad pero sin efectividad de cara a inquietar las porterías. Así hasta que llegó el minuto 23 en el que Cintas derribó dentro del área al visitante Añón y el colegiado, muy cerca de la jugada, no dudó en señalar el punto fatídico. Scifo se encargó de ejecutar la pena máxima y de tiro cruzado y a media altura consiguió adelantar al Estepona.
El Casino, lejos de venirse abajo, reaccionó como un equipo grande y se lanzó en busca de la igualada que estuvo a punto de llegar en el minuto 28 cuando Moha conectó un disparo envenenado desde la frontal que se marchó a córner tras despejar Lolo Soler y estrellarse el cuero en el palo izquierdo de la portería visitante.
Poco después fue Farid II, muy activo durante todo el partido, quien cabeceó alto una falta lanzada desde la derecha por Bécker y dos minutos más tarde, en el 36, Sufian envió a las nubes un centro raso de Farid I desde casi la línea de fondo.
Los de Fernando Aznar seguían en el empeño y al filo del descanso reclamaron un posible penalti del meta visitante sobre Melik pero el árbitro pitó lo fácil y señaló falta del delantero realista. La respuesta de los de Rafa Gil llegó en el último suspiro del primer acto cuando Santi Moreno centró desde la derecha al segundo palo donde Añón, totalmente solo, cabeceó al lateral de la red. No hubo tiempo para más y el colegiado señaló el camino de los vestuarios al que los equipos se marcharon con ventaja visitante.
En el segundo acto cambió por completo la decoración y solo tuvo un color: el del Casino del Real. Los melillenses encararon con una ambición enorme los segundos 45 minutos y prácticamente fueron suyas todas las ocasiones de gol.
A los nueve minutos de la reanudación Bécker tiró de picardía al sorprender a la zaga malagueña en el saque de una falta que dejó totalmente solo ante el portero a Sufian que no supo concretar. En el 67 André, el mejor jugador del partido, subió la banda izquierda, penetró en el área y asistió a Farid II que con toda la portería para él, disparó por encima del travesaño, desperdiciando una clarísima ocasión de gol. Al minuto siguiente los melillenses reclamaron una mano de un defensor en el área visitante pero ni el asistente ni el árbitro se dieron por aludidos.
Eran los mejores minutos de los locales y poco después, en el 71, André volvió a subir la banda izquierda llegando hasta la línea de fondo desde donde centró medido al punto de penalti donde Farid II enganchó un disparo defectuoso que se marchó alto.
Tanto fue el cántaro a la fuente que a renglón seguido, en el 75, Manolo es derribado dentro del área por Álex Portillo y, en esta ocasión, Alcalde Cantero no dudó en decretar la pena máxima que el mismo Manolo se encargó de transformar en gol engañando a Lolo Soler, anotando su décimo tercera diana y consiguiendo el empate en el marcador que a la postre resultó definitivo.
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