Nacido en Melilla en el año 1967, este tatuador, "entre otras cosas", regenta desde hace varios años el estudio Tattoo Sergio Soul Ink. Después de estar gran parte de su vida dentro del mundo del tatuaje, ha visto evolucionar este arte en nuestra ciudad.
-¿Cómo llega el interés por los tatuajes a su vida?
-Empecé en el barrio, haciendo tonterías con los amigos, cuando tenía unos 13 años. Después ya empecé a tomarme la cosa en serio cuando entré al Ejército. Era 1985 y en aquella época todo era "amor de madre" o el escudo de la Legión.
He estado en plan itinerante hasta que al final, con los años y la vejez, monté mi estudio.
–¿Qué tipo de labor desempeña en el estudio?
-Yo me dedico única y exclusivamente al tatuaje. La gente asimila que tatuaje y piercing es lo mismo, no sé por qué.
-¿Es complicado compaginar su trabajo con su vida personal?
-La verdad que sí, la gente no lo entiende, pero te absorbe mucho. Necesitas tiempo porque tienes que preparar los trabajos el día anterior y eso requiere búsqueda e información. Aunque hay gente que te viene con la tarea hecha y te da sus trabajos para que los prepares, pero aún así son muchas horas.
-¿Cómo se describiría a nivel personal?
-No sé cómo describirme, la verdad. La gente tiene buen concepto de mi y dice que soy un tío muy "guay", que tengo un estudio muy "enrollado" y que hago las sesiones muy amenas.
-¿Es Melilla una ciudad amante de los tatuajes?
-A la gente le gustan los tatuajes. Lo que pasa que Melilla es muy especial y esto va por modas.
Luego está el típico oportunista en su casa que no paga impuestos y lo hace más barato. Después cuando la gente se arrepiente vienen a mi, porque mi especialidad es tapar un tatuaje con otro. Ahí me toca comerme la cabeza.
Ya lo dice el refranero español: "Lo barato sale caro".
-¿Existen prejuicios en Melilla respecto a los tatuajes?
-Yo creo que cada vez menos, la gente lo va asimilando y ya entra dentro de una normalidad. Aún hay estigmas en algunas personas por los tatuajes en los dedos de las manos o la cara.
En mi caso, yo no tatúo la cara a una persona joven. Puede venir muy "chulito", pero a lo mejor en unos meses le sale un buen trabajo y ya no lo puede coger por ese estigma. También estoy en contra de tatuar las manos y los pies, porque las células se regeneran muy rápido y el tatuaje queda mal. Además, un tatuaje sólo se puede repasar un máximo de tres veces.
-¿Ha tatuado a familiares o amigos?
-Por supuesto, pero a mi gente le cobro. A los únicos que no he cobrado han sido a mis hijos, pero al resto sí, porque tienen que valorar que mi trabajo tiene un precio. Aunque en Melilla la tónica habitual es regatear y eso me revienta.
-Cuénteme una anécdota divertida de su trabajo
-Imposible contarte una sola, son demasiadas. Podríamos estar todo el día.
-¿Cuántos años llevas tatuando en el estudio?
-Trabajando y cobrando desde los 16 años y tengo 56. Todo ha evolucionado en Melilla en lo relativo a tatuajes, antes tatuaba a soldados pero ya la gente se ha ido animando.
Yo antes no tenía estudio, sino que era itinerante. Lo que pasa que la bola se fue haciendo más grande y al final tuve que montarlo.
-¿Qué recomiendas a quien desee hacerse un tatuaje?
-Yo siempre recomiendo ir un local autorizado, que esté aprobado por sanidad y que tenga las medidas higiénico-sanitarias adecuadas.
Después también es muy importante ver el portafolio del artista cuando te haces un tatuaje.
–Destaque algo positivo de su labor
-Hay veces que le alegro mucho la vida a la gente. Hay personas que vienen muy hundidas por ciertos problemas y hacerse un tatuaje puede ser liberador para ellos, como por ejemplo un recuerdo de un padre recién fallecido. Entonces al final se van muy contentos con su tatuaje.
Mi mayor satisfacción no es que me paguen, sino que es ver la sonrisa de los clientes y saber que, si haces un buen trabajo, te has creado un amigo para siempre. Incluso vuelven para repetir.
–¿Y algo negativo?
-Te quema mucho, porque no solamente hacemos de tatuadores, sino que muchas veces hacemos de psicólogos. Hay gente que viene y vomita sus problemas, pero tú eso no te lo puedes llevar a casa.
Yo creo que somos los psicólogos más baratos que existen. Al final, después de tantos años de experiencia suelo dar consejos y eso la gente lo valora mucho.
-¿Algún tatuaje del que se sienta especialmente orgulloso?
-Hay muchos. Concretamente podría decir uno que le hice a un amigo mío en toda su espalda del Arcángel Gabriel. Sufrí mucho porque era hacerle una a una todas las plumas.
Luego tengo muchos trabajos realistas que me encantan. Los veo y me pregunto "¿En serio esto lo he hecho yo?".
-Una Expresión melillense
-'Que perita'. Ya no se usa mucho, pero hay gente que todavía la utiliza.
La escuchaba cuando era joven, entonces cuando hay alguna persona de mi edad que viene al estudio y la dice me vienen recuerdos.
-Un rincón de Melilla
-Tengo varios, pero uno de ellos es la playa de los Galápagos. Me evoca a un escenario de piratas.
-¿Cuál es su filosofía de vida?
-"Vive y deja vivir". El hecho de dejar vivir a la gente en paz y que la gente te deje vivir a ti.
Yo no soy como ese refrán que dice, "ni come ni deja comer", yo al revés.
-Un lugar de ensueño para viajar
-Del mundo he ido a muchos sitios, pero uno que me queda por conocer es Japón. Me encantaría ir y que me tatuara el maestro Horiyama.
-¿Viajaría al futuro?
-Sí, por qué no. Más que nada para "fosconear" un poco.
También me gustaría ver como será la forma de tatuar dentro de 100 años. Puede que llegues a una máquina y elijas un diseño, eches tres monedas, metas la mano y te salga el tatuaje. Ya se están experimentando estas cosas, pero no sé si las veremos.
-¿Cuál sería la época histórica donde viajaría?
-Hay varias que sí me encantaría ir. Como he sido militar 22 años, hay algunos escenarios de guerras que me gustaría haber visto.
-Mi tiempo libre lo dedico a…
-Me dedico a dibujar y a pintar mis cuadros. El secreto de un tatuador no es coger la máquina y ponerte a pinchar, sino que es saber dibujar.
La máquina la puede manejar cualquiera tras un tiempo de aprendizaje, pero si no tienes la base que es dibujar no haces nada. Ese es el mayor fallo que tienen en Melilla todos los que tatúan en sus casas. No saben dibujar y hacen los destrozos que hacen.
-¿Qué prenda de ropa no falta en su armario?
-Yo siempre uso camisetas y pantalones frescos, pero siempre voy de negro. Tú abres mi parte del armario y parece el de Darth Vader, absolutamente todo negro.
Si mi gente me regala algo saben que tiene que ser negro. Una gorra roja no me la pondría, por ejemplo.
-¿Tiene miedo a algo?
-En cuestión de tatuajes, le temo a que un día empiece a fallarme la mano, porque la precisión que tenía cuando empecé no es la misma que tengo ahora.
Después, en cuanto a cosas de la vida, supongo que temo lo mismo a lo que todo el mundo tiene miedo.
Yo he estado en 3 guerras así que podría decirte el famoso monólogo de 'lágrimas en la lluvia' de la película 'Blade Runner'.
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