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El Carrillo| Abdelmalik El Barkani: “Mi mayor reto es mejorar la calidad de la asistencia en nuestra ciudad”

Abdelmalik El Barkani Abdelkader es un melillense de 63 años licenciado en Medicina y Cirugía por la Facultad de Medicina de Granada en el año 1983. Como facultativo especialista del Área de Neurocirugía del Hospital Comarcal de Melilla, es el actual responsable de la Unidad de Neurocirugía de la ciudad.

–¿Echa de menos la política en la ciudad?

–No, en absoluto. Han sido15 los años que he estado en primera línea de la política. Para mí han sido, sino demasiados, bastantes.

Durante ese tiempo he contribuido, con mi mejor saber y entender y con aciertos y errores, a gestionar los asuntos de los melillenses, desde las dos administraciones, la autonómica y la general.

He aprendido muchas cosas y puedo asegurar que ha sido una experiencia inolvidable, pero ahora quiero seguir dedicándome a mi profesión. Ahora le toca a otros continuar con la tarea.

–¿Cómo ve el panorama político en la ciudad de Melilla?

– En general la política se ha degradado mucho. Hay una enorme crispación entre los políticos que forman parte de los distintos partido políticos; y, lo peor, es que esa crispación se traslada cada vez con más facilidad a los ciudadanos, lo que se traduce en polarización patológica.

Sigue habiendo también mucha corrupción y no me refiero solo a la económica. Hay comportamientos que deberían erradicarse del “repertorio” de la toma de decisión política. Hay políticos que defienden que todo lo que hace él es bueno y lo del contrario malo o negativo. Son personas que se encuentran asentadas en el adanismo y defienden la teoría egoísta de que “todo empieza conmigo” o “sin mí estáis perdidos”.

En cuanto a Melilla imagino que no difiere mucho, de lo que pasa, con el resto del territorio español.

–¿Y que valoración hace sobre esa mayoría absoluta en las elecciones autonómicas?

–El anterior gobierno de la ciudad se lo puso bastante fácil al Partido Popular. Han sido numerosos los errores cometidos durante la legislatura por el Gobierno saliente; aunque la oposición también cometió errores. Si a eso le añadimos la actitud denigrante que supone la compra de voluntades debido a las necesidades de muchos melillenses, y a su manipulación “política”, tenemos los ingredientes necesarios para explicar el resultado.

–Fue el primer delegado del Gobierno de origen musulmán afiliado al Partido Popular, ¿Cómo cree que trata Marruecos a Melilla con esas relaciones que tiene con el actual Gobierno socialista en funciones? Son cinco años de frontera cerrada, ¿Qué valoración merece al respecto? ¿Hay conflicto de intereses?

–En primer lugar, reproduzco ahora lo que dije en mi despedida como delegado del gobierno de España en Melilla: “Todos los sin sabores y problemas que he podido tener han quedado eclipsados por el inmenso orgullo y honor que ha representado para mi, haber sido Delegado del Gobierno de España en la ciudad en la que he nacido y a la que he vuelto para quedarme”.

En segundo lugar, decir que las relaciones internacionales han sido tradicionalmente difíciles y, algunas veces, tormentosas.

Conjugar el ejercicio de la responsabilidad con obtener intereses legítimos, evitando el populismo, siempre ha sido un binomio a tener en cuenta en el ámbito de la diplomacia. Cuando hablamos de diplomacia, hablamos al menos de dos partes, y no solo de una.

No alcanzo a entender que aún siga cerrada la frontera con Marruecos, en términos de aduana comercial y de régimen de viajeros. Hay que solucionarlo cuanto antes, y solucionarlo bien para beneficio de los ciudadanos de ambos países.

En cualquier caso, estoy de acuerdo en que hay que mirar al norte, pero sin perder de vista al sur; y además poner esa vista en un horizonte lejano y no sólo en el mañana. El sur, tradicionalmente, también forma parte de nuestro hábitat cotidiano y, bien gestionado por ambas partes, representa una importante baza para el progreso social del entorno de ambos países. No perdamos la magnífica oportunidad que nos brinda ser ciudad frontera, y no nos quedemos solo con los aspectos negativos como la inmigración clandestina.

–Ahora también se dedica a la docencia en el Campus de Melilla, ¿cuál es el primer mensaje que le da a sus alumnos?

–Mi principal labor es la asistencia sanitaria, ya que ejerzo como neurocirujano en el Hospital Universitario desde el año 1991. Esa es mi profesión y ese mi puesto de trabajo, del que soy propietario desde 2003, aunque previamente estuve como interino.

La docencia es complementaria a esa labor principal. Soy profesor asociado desde 1997; inicialmente en la Facultad de Enfermería y actualmente en la de Fisioterapia.

En cuanto a cuál es el primer mensaje que doy a mis alumnos, suele ser algo referido a la puntualidad y a que la asistencia a clase favorece y mejora el aprendizaje, por lo que les animo a que no falten. También les digo que participen de forma activa y disipen sus dudas haciendo las preguntas que consideren oportunas.

– El nivel educativo de la ciudad es uno de los más bajos en el ranking de España, ¿Cuáles crees que son los principales problemas para que no se remonte estas estadísticas?

–Hasta hace unos años, manejaba datos en el sentido que usted me dice: fracaso escolar, abandono temprano de la escuela, etc. Hoy esos datos no los tengo, pero son como usted dice.

El problema de la educación mejoraría, por no decir que se resolvería, consiguiendo un auténtico pacto de Estado , al menos, entre los dos grandes partidos. De nada sirve imponer una Ley de Educación alcanzada por mayoría sin consensuar, porque el gobierno siguiente lo cambiará.

Este problema es endémico en toda España, pero más importante, en cuanto a dimensiones, en Melilla. Hay muchos trabajos publicados en el ámbito de la investigación educativa que apuestan por distintas iniciativas al respecto.

La solución pasa, indefectiblemente también, por la participación activa de maestros y profesores en la toma de decisiones de las políticas educativas a seguir.  No se pueden tomar medidas sin contar con el colectivo central en la ejecución del proyecto. Si se hace contraviniendo este principio básico, está abocado al fracaso.

–¿Cómo se describiría a nivel personal?

–Me tengo en una buena estima y, como no tengo abuela, le diré que me considero una persona seria, responsable y muy respetuosa con los demás, en el más amplio sentido de la palabra.

–¿Le gusta su trabajo?

–Sí, mucho. Por eso ahora disfruto de ella, si cabe, más que antes de dedicarme a la política. Quizá tenga que ver algo la edad; no lo sé, pero me siento muy bien ejerciendo mi profesión.

–¿Cuál es su mayor reto como profesional?

–Sin duda alguna, mejorar la calidad de la asistencia en nuestra ciudad en el ámbito que me compete; la neurocirugía. Conseguir prestar una asistencia equiparable, en términos de resultados y seguridad, a los que se prestan en otros centros en la península. Obviamente sabiendo de nuestras limitaciones.

–¿Qué expectativas tiene del futuro de la ciudad de Melilla?

–La ciudad seguirá caminando hacia delante, con o sin la ayuda de los distintos Gobiernos, aunque algunos pueden hacerlo más fácil o difícil. El futuro depende fundamentalmente de lo que los melillenses decidamos. Todos debemos remar en el mismo sentido, aunque exista diferencias de criterios entre nosotros, porque al final de lo que se trata es de llegar a buen puerto.

–Destaque algo positivo de su sector.

–En el sector sanitario destacaría la entrega y dedicación de todos los profesionales que formamos parte de la asistencia sanitaria, tanto en atención primaria como especializada, para prestar la mejor atención a los melillenses. Ojalá que se resuelva el conflicto laboral que lleva abierto desde hace 6 meses; me refiero a la huelga. Nos lo merecemos los profesionales pero sobre todo y más importante, nuestros pacientes.

Refiriéndome a la docente, le diría que hay que seguir apostando por la única industria viable en Melilla, que además no ocupa lugar u ocupa poco; me refiero a la industria del conocimiento. Incrementar y fortalecer la oferta universitaria, sin levantar los pies del suelo, no es solo una buena idea, es probablemente la mejor idea. Ya se ha demostrado estos últimos años que representa una muy buena inversión para el presente y futuro de Melilla. Invertir en formación es siempre rentable; más en Melilla.

–Un rincón favorito de Melilla

–Sin ningún género de dudas, los distintos espacios de Melilla La Vieja.

–Una expresión melillense que le llame la atención

–Una que aprendí de mis hijos cuando eran un poco más jóvenes: Entanarse.

–¿Cuál es su filosofía de vida?

–Vive y deja vivir. Creo que es una frase que resume muy bien mi filosofía y que se la aconsejo a muchos

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