En el resto de autonomías son más frecuentes las drogas de diseño
En Melilla es mucho más frecuente que un joven se inicie en el mundo de las drogas tomando cannabis. En cambio, en el resto de autonomías lo que más se consumen son las pastillas o drogas de diseño. No obstante, el perfil de una personas adicta a las drogas es el de un hombre de unos 40 años que ‘engancho’ a la heroína.
Pero en Melilla el trabajo de Proyecto Hombre con los más jóvenes está comprobando los efectos que tienen las drogas en la actualidad. María Ángeles Gallardo, coordinadora de la ONG en la ciudad, destaca que los chicos adictos a sustancias psicotrópicas están sufriendo efectos más nocivos en su cuerpo que personas que llevan toda la vida consumiendo drogas.
Gallardo explica que se encuentran con jóvenes que en muy poco tiempo han perdido capacidades mentales y están muy afectados por el consumo de estas sustancias. Con este grupo llevan a cabo una terapia novedosa como es la estimulación cognitiva.
Proyecto Hombre les enseña a organizarse en todos los aspectos de su vida. Tienen una agenda donde deben apuntar todas las tareas pendientes que deben hacer al día, trabajan la memoria con todo tipo de ejercicios y estimulan otras áreas de su cerebro.
Más casos en Proyecto Hombre
En otros casos, la ONG debe llevar a cabo un trabajo conjunto con el Área de Salud Mental de Melilla. La adicción a las drogas ha ocasionado a la persona un trastorno mental y debe contar con la vigilancia de un psiquiatra.
Gallardo resalta que para un enfermo mental hay un doble estigma contra el que luchar, pues debe hacer frente a una patología y a su adicción a las drogas. Por ello, en este tipo de casos es imprescindible que no deje la medicación que le manda el médico y trabaje con los grupos de apoyo de Proyecto Hombre de forma paralela.
También tienen más dificultades para entrar en las consultas de la ONG las mujeres. La coordinadora de Proyecto Hombre indica que ellas son más reacias a reconocer que tienen un problema de adicción. De hecho, sólo son 20% de las usuarias de los servicios de esta entidad.
Nuevas adicciones
Uno de los temas que más preocupa en la ONG es el número de jóvenes adictos a las benzodiacepinas. Aumenta el consumo de este medicamento que se utiliza en tratamientos para enfermedades mentales y otro tipo de transtornos del sistema nervioso.
También se ha puesto de moda, de nuevo, el consumo de sustancias volátiles, como el pegamento. Grupos de jóvenes esnifan este tipo de sustancias para conseguir un efecto parecido al de una borrachera. Es barato, pero muy adictivo y perjudicial para la salud.
En la actualidad hay unas 50 personas en tratamiento con Proyecto Hombre, unas 30 son adultos. Además, unos 300 escolares recibirán charlas para prevenir el consumo de drogas.
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