Me reafirmo en lo que hace unas semanas manifesté en 'El Avispero', en cuanto a que esta liga es del Madrid, y lo hago con todas las consecuencias. Lo dije cuando el equipo de Mourinho mantenía una ventaja de diez puntos sobre el de Guardiola y lo hago ahora que la diferencia se ha reducido en cuatro puntos en las dos últimas jornadas. Para ello mantengo los mismos argumentos: La magnitud del plantel blanco; el hambre de títulos, así como la trayectoria en la competición. También insisto en la inteligencia de Pep Guardiola al traspasar toda la presión a su máximo adversario en cuanto a defender un título que aún no tiene en su poder y que la afición madridista ya abraza como suyo. Está claro que si el Madrid no gana esta liga, será por sus propios errores. Guardiola y el entorno del Barcelona reaccionaron tarde ante la presión del Madrid, encabezada por su técnico, contra el estamento arbitral. Aunque, como dice el refrán, 'Nunca es tarde si la dicha es buena'.
Los errores arbitrales siguen produciéndose y éstos, en general, siguen favoreciendo a los grandes. Es posible que al Granada no le pitaran un penalti que reclamó, aunque el Barça fue castigado con dos penas máximas. Hubo un penalti de los de 'libro' cometido sobre Alexis que el trencilla de turno no concedió. Pero, aún así, puede resultar hasta comprensible que el equipo pequeño se quejara.
Es una manera de llamar la atención. Pero lo que es menos comprensible, y ahí no comparto la opinión de Pardeza, director deportivo del Real Madrid, es que se justifique en un arbitraje la impotencia de un gigante al que se le atragantó un partido que en ningún momento tuvo en el bolsillo.
Mourinho, con su actitud y su desplante a los medios de comunicación, le ha hecho un flaco favor a una entidad como la merengue. El entrenador portugués está sometiendo al entorno madridista y éstos no responden. Da la impresión que nadie en la entidad blanca se atreve a contradecir las 'mourinhadas' que, cada vez con más frecuencia, comete su principal responsable técnico. Nadie del club llama al orden al de Setúbal. Ahora vuelve a pasar la pelota a sus dirigentes, como ya hizo en anteriores ocasiones, para que sean ellos los que den la cara con respecto al tema arbitral. Y se queja de la actuación de un árbitro que, como se pudo comprobar por televisión, no pitó dos clarísimos penaltis cometidos por Arbeloa a favor del Villarreal. Que expulsó a Sergio Ramos de manera justa, quizás por que el de Camas, en esta ocasión, no tuvo la inmunidad que suele tener en la mayoría de los partidos. Que expulsó a Özil por aplaudirle en sus narices una decisión. Que expulsó al propio Mourinho y a su inseparable Rui Farias, ambos con un historial 'ejemplar' en cuanto a comportamiento en los banquillos. Que reflejó en el acta las palabras de otro modelo a seguir como el portugués Pepe: “Vaya atraco, hijo de puta”.
A todo esto hay que añadir el gesto y las palabras de Cristiano Ronaldo, captadas por La Sexta, “solo robar”, en clara referencia al árbitro. Ahora Sánchez Arminio tiene una oportunidad de mostrar su ecuanimidad y solicitar apertura de expediente como hizo con Gerard Piqué, a ver que hace ahora.
Con todo ello, el entrenador del Real Madrid y sus más allegados lo que buscan es que nadie critique el planteamiento tan rácano que propuso en el 'Madrigal'; que nadie indague en cuanto al estado del equipo que en los últimos partidos no ha dado la talla que se esperaba y sí ciertos síntomas de debilidad; que nadie se pregunte por la elección a la hora de la toma de decisiones en la sustituciones, entre un sinfín de cosas más.
Mourinho, con su actitud y meteduras de pata, está transmitiendo una sensación de inseguridad que está llevando al equipo a acabar desquiciado como lo hizo el pasado miércoles y a llevar a todos los madridistas al borde de un ataque de nervios.
El cagómetro, como diría el gran Guasch, se ha disparado; pero en esta ocasión no en la ciudad Condal sino en la capital del Reino donde, por cierto, las boticas y las parafarmacias están haciendo su agosto ya que los 'antidiarreicos' y los productos elaborados con 'valeriana' prácticamente se han agotados.