El encuentro disputado ayer entre el Actel Força. Lleida y Cafés Candelas Breogán, último de la jornada 16 que disputaron la mayoría de los equipos el pasado fin de semana, acabó con victoría para el conjunto visitante por el resultado de 72-79.
El encuentro no empezó nada bien para los intereses del equipo de casa, que vio como en la primera jugada, fruto de un choque fortuito, el base titular, obligó al José Simeón, tuvo que retirarse al banquillo tras sufrir un fuerte golpe en el tobillo.
Pese a este primer contratiempo, los jugadores de Joaquín Prado fueron capaces de rearmarse y firmaron un 9-0 gracias a su acierto con los primeros lanzamientos exteriores. Esto obligó a Lisardo Gómez a parar el encuentro.
Las pautas que dio el técnico lucense y, sobre todo, la entrada en pista del base Dani López, ayudaron al conjunto celeste a entrar en el partido con los primeros puntos tanto del jugador salmantino como de un Osvaldas Matulionis que ayudó a equilibrar el choque con un 0-7. Un parcial de vuelta que lograba el efecto contrario y que obligaba a Joaquín Prado a solicitar su primer parón (9-7).
El empuje de Emmy Andujar y el trabajo de Jorge García permitió al conjunto local aguantar el tirón visitante minutos antes de un descanso al que los celestes llegaron tras haber protagonizado algunos de sus mejores minutos de la temporada (35-42).
Segunda parte
La reanudación del encuentro tras el paso por vestuarios mantuvo el encuentro en la misma líne, con un Dani López que volvió a ser el más destacado.
El ex azulino Devin Wright ya había cometido 4 faltas personales y bajó en su aportación a su equipo.
Al tramo final del encuentro se llegó con una asfixiante presión del conjunto local, que sin embargo no llegó a dar los frutos deseados (72-79).
Buena parte de la victoria del Cafés Candelas Breogán hay que atribuirsela a la gran dirección del base salmantino Dani López, que tras su entrada en el campo supo cambiar el signo de partido. El base castellano protagonizó 26 tantos de valoración, claves a la hora de movilizar a un equipo en el que Niko Rakocevic solicitó su dosis de protagonismo con idéntico tanteo al de su compañero.