El delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani, afirmó ayer compartir “la inmensa mayoría” de los planteamientos expresados el pasado jueves por el relator especial de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos de los inmigrantes, François Crépeau.
El responsable gubernamental melillense dijo coincidir con éste a la hora de hablar de la situación límite que se vive en Melilla y Ceuta, ciudades que tienen unas “especiales circunstancias”, que son las que han obligado a adoptar la medida de normalizar los rechazos en frontera, denominados por algunos sectores como ‘devoluciones en caliente’.
“Lo que se trata es de dar más seguridad jurídica a la labor de la Guardia Civil de vigilar la frontera, que es un imperativo legal”, subrayó el delegado del Gobierno, e insistió en que no se puede dejar entrar a los inmigrantes por un lugar por el que “no deben”, como es la valla. El Barkani reiteró en que no hay que “resignarse” a un modelo de inmigración que optar por el salto masivo y “usando la fuerza”.
La implicación de la UE y las ayudas al desarrollo de los países de origen son los complementos necesarios, para el delegado, para regular los flujos migratorios. “La inmigración regular es fuente de riqueza y de desarrollo, pero hay que regularla”, concluyó.
Crépeu también reclamó que se realice un “control independiente” de la situación en Melilla para determinar si se producen ‘devoluciones en caliente’ de inmigrantes.