Este pasado lunes Guelaya colocó el barco Diosa Maat con pancarta en puntos que la asociación viene denunciando desde hace tiempo. En una de las fotografías, el barco está situado en el punto en cuyo fondo hay un emisario, en mitad de la bahía que envuelve a nuestras playas. Por el emisario se vierten con mucha frecuencia pluviales mezcladas con fecales, "y otras tantas, al parecer por mal funcionamiento de la EBAR, solo fecales", asegura Rosa González de Guelaya.
En este punto se sitúa la "vergonzosa" cascada de salmuera de la desaladora. La ecologista explica que la eleveda concentración de sal, vertida en el mismo cantil, perjudica notablemente a la mayoría de las especies que se dan en el acantilado, incluida la Patella ferruginea. Guelaya viene reclamando desde hace años la construcción de un emisario submarino que vierta la salmuera 500 metros mar adentro.
Por último, la asociación situó el Diosa Maat frente a los acantilados de la Zona de Especial Conservación (ZEC) de Aguadú, "donde una obra del Ministerio del Interior, sin evaluación de impacto ambiental arrasó más del 65% de su extensión, dejando a su paso una tierra totalmente estéril", ha explica la ecologista.
En ese lugar estaba la mejor biodiversidad de Melilla, lamenta, y ahora hay pistas, ensanche de carretera, nuevas paredes de mallas metálicas y grandes estructuras metálicas para frenar la caída de piedras, que antes frenaba la vegetación.
Postureo mediático de ególatras y pamploneros.