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El Banco de Alimentos, obligado a trabajar con protección policial

Los municipales han vigilado la descarga de comida para evitar que “grupos de presión” agredan a los responsables para quitarles los 56.000 kg que han llegado.

El Banco de Alimentos de Melilla comenzó ayer a descargar y distribuir 56.000 kilogramos de comida y lo hizo con protección policial, para evitar agresiones y robos en la sede de Las Palmeras.
“La Policía Local ha estado aquí entre las 10:00 y las 12:00 horas porque aparecen grupos de presión que nos agreden y pretenden quitarnos los productos”, explicó ayer a El Faro, Juan Paredes, responsable del Banco de Alimentos en Melilla.
Es la primera vez que los municipales se ven obligados a proteger la descarga y distribución de comida en el Banco de Alimentos y lo han hecho porque en marzo y abril pasados se produjeron incidentes. Incluso, los vándalos llegaron a robar algunas cajas.
Intentan hacerse con una comida que ayuda a sobrevivir a cerca de 5.000 personas en Melilla. Son muchas, comparadas con las 1.750 que empezó a atender el Banco de Alimentos en el año 2006, cuando abrió en la ciudad.
Aún así, no son las únicas que salen a flote con donaciones de alimentos. Cruz Roja se encarga de atender a otros 5.000 melillenses y según Juan Paredes, se dejan gente por el camino.
“Si a los más de 12.000 parados que tiene la ciudad le sumas las mujeres viudas, divorciadas, separadas o con hijos a su cargo, te das cuenta de que necesitaríamos un poquito más para atenderlos a todos”, señaló Paredes.
En opinión del responsable del Banco de Alimentos, las cifras de personas necesitadas de ayuda en Melilla “son alarmantes”. “Hay familias con todos sus miembros en paro; otras donde trabajaban los dos y ahora trabaja sólo un miembro. Llegar a todos es imposible. Hacemos lo que podemos”.

1.100 kilos de Carrefour

Hasta 17 tipos distintos de alimentos han llegado ya a Melilla. Entre ellos hay legumbres, arroz, cereales, desayunos infantiles, leche, aceite de oliva, atún en conserva, melocotones y zumos sin azúcar o pasta.
Se eligen éstos y no otros porque la Unión Europea ha decidido, aclara Paredes, que las donaciones gratuitas sigan la dieta mediterránea.
El Banco de Alimentos de Melilla también acaba de recibir una donación de 1.100 kilos de legumbres que ha hecho Carrefour y un palé de gazpacho cedido por una fábrica de Murcia.
Muchas asociaciones de vecinos, comenta Juan Paredes a El Faro, se acercan a pedir donaciones del Banco de Alimentos sin tener en cuenta que para llevarse las cajas tienen que tener un lugar donde almacenarlas, que cumpla con los requisitos mínimos de sanidad. “La intención es loable, pero si no tienen almacén, no pueden llevarse los alimentos”.

Con entidades religiosas

El Banco de Alimentos trabaja, sobre todo, con entidades religiosas. “Normalmente son ellos, ya sean cristianos o musulmanes, los que conocen mejor a los vecinos y saben quién necesita ayuda”, subraya Juan Paredes.
El Banco de Alimentos lleva ya tiempo trabajando con las monjas del Monte María Cristina, la Gota de Leche, La Divina Infantita, el albergue San Vicente de Paúl o la Comunidad Islámica. “Las comunidades religiosas nos dan mayor confianza”, asegura Paredes.

Bereberes y mujeres, los más necesitados

Por la cantidad de bereberes y mujeres que se acercan a pedir ayuda al Banco de Alimentos, Juan Paredes, su responsable en Melilla, ha llegado a la conclusión de que son ellos los grandes perdedores de la crisis.
También entran en este segmento de los más necesitados “las muchísimas personas indocumentadas que hay en la ciudad”.
Paredes ha comentado a El Faro que ha visitado algunas casas de estas familias “y hay cosas que no se pueden llamar por su nombre”. Él sólo procura ayudar al que puede “con el margen de error que tiene todo ser humano”, confiesa humildemente.
En lo que va de año, el Banco de Alimentos de Melilla lleva recibidas ya 112 toneladas de comida. En una primera fase llegaron 56.000 kilos y ayer comenzó una segunda fase de entrada y distribución de otros 56.000 kilos. El tercer y último envío se espera para el próximo mes de enero.
Al margen de estas cantidades que llegan desde Europa, el Banco de Alimentos recibe donaciones de fábricas y grandes superficies. Este año ya han llegado por esa vía 150 toneladas de productos. Y ni con esas consiguen cubrir las necesidades de la ciudad. “Necesitaríamos un poquito más”, insiste Paredes.

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