La entidad ha conseguido 72.400 euros para pagar el alquiler de la nave y comprar estanterías y material de oficina
El Banco de Alimentos está de enhorabuena porque ha logrado que la Fundación Amancio Ortega financie los costes de una sede más grade. A lo largo de este mes, los voluntarios harán el traslado de la entidad a una nave de unos 150 metros cuadrados y con nueve metros de altura que ha encontrado en el Polígono SEPES. En este nuevo espacio sí caben los casi 75.000 kilos de alimentos que están llegando en la actualidad a Melilla de la mano de la Comunidad Europea. Es más, podrán hacer los lotes de productos que corresponden a cada una de las ONG’s colaboradoras, algo que era imposible en la sede que tenían en Las Palmeras.
El presidente del Banco de Alimentos, Juan Paredes, explicó a El Faro que la Fundación Amancio Ortega ha subvencionado el alquiler de la nave, así como la compra de estanterías, material de oficina y otros equipamientos que necesita la entidad para desarrollar su labor de distribución de productos. Paredes resaltó que cuenta con un límite de gasto de 72.400 euros. Confía no llegar a necesitar tanto dinero por la puesta en marcha de esta nueva sede que, aún no tiene el cartel colocado en la fachada.
Melilla recibirá 110.000 kilos de productos más que el pasado año y por ello, el Banco de Alimentos necesitaba una sede más grande para poder guardar y distribuir los paquetes. Además, precisaba de otro lugar donde poder hacer esta labor porque en la sede de las Palmeras habían tenido que reforzar la seguridad con rejas especiales y una puerta casi blindada para evitar los robos. En la nueva, situada en el SEPES, hay talleres y otros negocios y no estarán en solitario. Los voluntarios tendrán más tranquilidad a la hora de trabajar y además, contarán más espacio para desarrollar su trabajo con seguridad, sin miedo que caigan paquetes de comida de las estanterías superiores.
Para el Banco de Alimentos de Melilla esta nave es un sueño hecho realidad porque llevan años intentando encontrar un espacio más grande para acoger la gran cantidad de productos que demanda y necesitan los ciudadanos con pocos recursos económicos de la ciudad. En la primera fase de alimentos que llegan de la Comunidad Europea hay 16 productos, como pasta, garbanzos, galletas, leche o tomate frito. Además, hay tres específicos para los más pequeños, como las papillas, la leche de continuación y los potitos.
La segunda fase de entrega de alimentos no llegará hasta septiembre, así que, de momento, esta organización guardará en la antigua sede los productos donados por empresas y por otros bancos, como los 16 palés de todo tipo de comida que recibieron esta semana. Se quedarán en el almacén hasta que se necesiten a lo largo del verano y en previsión de que pueda haber algún retraso en septiembre con la siguiente fase de entrega de alimentos.