Yo soy de los que tienen un oído fino a la hora de cantar cualquier canción y menos aún cuando se trata de hacer lo propio con la letra de un himno. Las canciones, sobre todo sin son en inglés, me las ventilo con el socorrido 'ailoviu tuyú' y el 'tonaig tonaig' y en cuanto a los himnos, salvo algunas estrofas de la canción del legionario o el novio de la muerte; y el 'aunémonos todos por la lucha final' (quien tuvo retuvo); no logro que se me quede alguna letra. Eso sí el 'lala...lala....lalalalalalala' del himno español me lo se de carretilla. Fíjense como será que es solo tararearla y se me ponen los pelos como escarpias.
Tan solo hay un himno que logra un efecto parecido al que uno siente en los momentos previos a un partido de la selección española de fútbol, y ese no es otro que el incomparable 'You'll Never Walk Alone” que cantan los seguidores del Liverpool. Daría un ojo (si me queda alguno cuando acaben los recortes de Rajoy), por vivir esos instantes previos en un escenario como el de 'Anfield'.
Viene todo este rollo para, de alguna manera, concienciar a la afición azulina y a los melillenses en general de la importancia que tiene tanto para la ciudad como para la UD Melilla, recibir el apoyo deseado, y necesario, de cara a nivelar las fuerzas en el duelo desigual que los hombres de Juan Moya afrontarán ante un equipo de Primera División como el Levante UD.
Es verdad que la primera reacción por parte de todos, no fue precisamente de alegría. Pero también lo es que el rival merece el mismo respeto, o más si cabe, que el que se le hubiera otorgado a un Real Madrid o Barcelona.
El Levante UD es un equipo que honra el fútbol; y lo hace con un elenco de jugadores que están curtidos en mil batallas tras su paso por equipos de mayor postín, y que están demostrando en el club granota que tienen cualidades de sobra para formar parte de la Liga de la Estrellas. El próximo rival del Melilla en la Copa de SM El Rey, es el ejemplo de que en el fútbol (como en la vida) no cuenta solo el dinero. La escuadra levantina, con un presupuesto a años luz de los eternos aspirantes a conquistar la Liga y la Champions, es fiel reflejo de que el compromiso y el trabajo bien hecho, al final obtienen su premio.
Es cierto que todos los equipos de Segunda B que se habían ganado el derecho a estar en el bombo de los elegidos, suspiraban por que les sonriera la diosa Fortuna y les tocase en gracia el Madrid o el Barcelona; pero no es menos cierto que en el sorteo realizado por insaculación (y creo que sin bolas calientes), cabía la posibilidad de que esto no ocurriese. En cualquier caso, lo que verdaderamente debemos de agradecer y reconocer, es el esfuerzo que han realizado los jugadores de la UD Melilla para que los melillenses tengamos la oportunidad de ver en directo a un equipo de Primera División, que además participa en una competición internacional como es la UEFA Europe League, en la que cuenta con serias posibilidades de llegar lejos.
No hay que lamentarse por el resultado del sorteo sino todo lo contrario. Porque, y que nadie se engañe, tanto el Real Madrid como el Barcelona o cualquiera de los otros considerados 'grandes' hubieran optado, casi con toda seguridad, por no traer a sus primeros espadas. Hecho que ya hemos podido comprobar en ocasiones similares que no voy a recordar ahora (el Ceuta-Barcelona de hace dos temporadas, por ejemplo). Será el Levante el que tenga que decidir si viene con todo su arsenal o no a Melilla, sobre todo teniendo en cuenta que la plantilla del equipo blaugrana no es tan amplia como la de los equipos citados para afrontar tres competiciones tan exigentes como la Liga, Europe League y Copa del Rey. Allá ellos con la decisión que tomen pero, en cualquier caso, no hay que desmerecer la calidad de los jugadores con los que cuenta. También es verdad que a nivel económico, probablemente la eliminatoria no dejará lo que hubiera dejado la visita del Madrid o del Barça; pero no es menos cierto que los precios por ver las evoluciones de un equipo de la Liga de las Estrellas tampoco iban a ser los mismos.
Por otra parte, a nivel deportivo, las diferencias aún siendo enormes no son abismales entre un equipo que ha sabido enderezar el rumbo tras tocar fondo y otro que quiere seguir creciendo y que tiene por bandera la humildad y la ilusión.
La gente, pasado el disgusto inicial, ya empieza a ver la eliminatoria de otra manera y si antes parecía que se tenía claro que la UD Melilla se quedaría en dieciseisavos, ahora, con otra perspectiva, empieza a sonar el 'run-run`del 'Sí se puede'.
La suerte parece haber cambiado para el equipo de nuestra ciudad y si hace dos años el equipo se quedó fuera de la competición de manera inmerecida ante el Ceuta por la lotería de los penaltis, ahora hemos saboreado la otra cara de la moneda.
El dichoso bombo quiso que en las rondas anteriores la UD Melilla se ganara el derecho a estar en la siguiente, lejos de su feudo y sin el apoyo de su afición. El equipo azulino caminó solo contra los elementos en territorio contrario y en ambientes hostiles y, a pesar de ello, ha salido airoso de esas batallas. La escuadra melillense ha hecho todo lo que estaba en su mano para que su afición no se quedara con las ganas de ver un partido del torneo del KO y ha conseguido algo grande que solo se suele valorar con el paso del tiempo.
Los jugadores no han fallado. Ahora le toca el turno a la afición. Es el momento de acudir al Álvarez Claro para mostrar el cariño y el respeto hacia unos hombres que se están dejando la piel en el campo por defender con sangre, sudor y lágrimas (y no es cuento) unos colores y un escudo que representan a Melilla.
Ahora nos toca a los melillenses devolverles con nuestro apoyo ese esfuerzo. Ahora más que nunca vendría como anillo al dedo aquello del 'Nunca caminarás solo' que los hinchas del Liverpool dedican a sus jugadores.