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“El arte no sólo esta en las academias o en los museos”

Pepe Yñiguez (Sevilla, 1961) es miembro desde 2021 de la Real Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría de Sevilla. Entendedor de pintura abstracta sevillana, comisario independiente, crítico de Arte en el Diario de Sevilla desde su fundación hasta hace tres años en que se trasladó a Extremadura. Ha comisionado exposiciones importantes en el Centro Andaluz de Arte contemporáneo como la de Manuel Barbadillo, representante del arte abstracto geométrico y, este año, la de Manuel Salinas, referente del arte abstracto gestual. También ha comisionado la muestra de Javier Martín representante de la generación de pintores sevillanos del cambio de siglo, que se inaugurará en breve.

-Toda la vida dedicada al arte. ¿Podría decirnos qué es tener gusto o, mejor dicho, qué es eso que llaman buen gusto y cómo adquirirlo?

-El gusto es una categoría informe, no muy bien definida y es eminentemente personal. La sabiduría popular lo define muy bien así: "Para gustos, los colores". Cada uno tiene su propio gusto y éste, como hay tantos gustos como personas, es difícil de definir... y, acercarnos a definir el buen gusto es más complicado si cabe.

-Pero está claro que el gusto se educa...

-El gusto se educa durante toda la vida y se aprende mirando, leyendo y escuchando. El problema es dónde mirar y qué leer o escuchar. Hay que ir a tientas, si te gusta algo empezar a tirar del hilo. Si un cuadro de un pintor te gusta, interésate por el pintor, por otros cuadros suyos, por la época en la que los pintó. Internet es una ayuda importantísima de la que disponemos para una educación del gusto, pero también un peligro, porque es fácil perderse en la enormidad de datos e imágenes. Si, por ejemplo, te gusta un cuadro de Murillo, Murillo te lleva a la pintura sevillana, que te lleva a Velázquez, Velázquez te lleva a la Corte, ésta a Tiziano, éste al Renacimiento... y te introduces en el mundo del Arte y te educas poco a poco el gusto. Es un camino muy particular que hay que recorrer movido por el deseo y hasta la pasión por conocer... Hay muchas referencias, pero pocos maestros

-Hay pocos maestros en este campo....

-Mi profesor Juan Miguel Serrera, que impartía en la facultad la asignatura de Arte Clásico, el primer día de clase nos dijo que si no sabíamos alemán, teníamos poco que hacer porque toda la bibliografía estaba en esa lengua. A mí este profesor me abrió los ojos y le estoy muy agradecido: nos aconsejó ir caminando por Sevilla mirando la pervivencia del arte clásico por las calles, en las portadas de las iglesias, cómo se disponen las ventanas, los frontones de los templos... y empecé a mirar qué es lo que quedaba o qué podía reconocer del arte clásico en las calles de Sevilla. Así y poco a poco me fui educando el gusto porque empecé a mirar mi ciudad de otra manera.

-Era un maestro más que un profesor...

-A lo mejor este profesor no me enseñó mucho arte grecolatino pero me abrió los ojos y aprendí con él a mirar, creando un camino personal. El gusto es una forma de vivir, de moverse, de estar en el mundo... tiene que ver con la elegancia. Cada uno encuentra las vías de la satisfacción del gusto donde puede.

-La belleza, ¿se atrevería a definirla?

-La belleza es más difícil de definir todavía que el gusto, pues está fuera de las categorías. Es difícil de definir... nos acercamos a ella y no sabemos definirla. Todos sabemos qué es la belleza pero ésta se escapa a las definiciones. Por inclinación natural buscamos la belleza: participar de un ideal. Es una orientación casi religiosa.

Vladimir Nabokov definía el Arte casi como una ecuación matemática. Para el escritor ruso, el arte era belleza más compasión: "Donde hay belleza hay compasión, por el simple hecho de que la belleza debe morir: la belleza siempre muere; la forma muere con la materia, el mundo muere con el indiviuo" , decía Nabokov.

-La belleza es efímera y tiende a desaparecer.

-En Ibiza o en Zahara de los Atunes, las personas aplauden después de la contemplación de las puestas de sol. La belleza, esa luz que se oculta, desaparece. Tenemos esa necesidad de lo bello pues está fuera de nosotros, que estamos en el mundo. No es que sea una unión mística con lo bello, es más un deseo de unión en la contemplación y degustación de lo bello. En la primera elegía de Duino de Rainer Maria Rilke define lo bello como el comienzo de lo terrible que apenas soportamos y si lo admiramos es porque desprecia destruirnos. Las elegías es uno de los libros más enigmáticos del siglo pasado, el poeta alemán buscaba lo más excelso de la condición humana. La metáfora de la polilla nocturna puede explicar algo el sentido: estamos en la oscuridad y tendemos a luz hasta incluso dejarnos abrasar por la luz, por la belleza.

-La belleza atrae hasta cegarnos con su luz...

-El Gran Gatsby, la novela de Scott Fitzgerald, es un modelo literario de elegancia, de tendencia hacia el ideal de lo bello. Gatsby, el personaje principal, aspira al amor perdido de su juventud y, a base de refinamientos, intenta reconquistar a la persona amada. Pero acaba mal, como la polilla achicharrada por el calor de la luz. El mensaje del libro podría ser: Todo lo que quieres y es bello te puede matar, tiene el poder de matarte. “Y así seguiremos adelante, barcos contracorriente, incesantemente arrastrados por el pasado” creo que decía la frase que cierra el libro.

-El arte rupestre a mí me conmueve profundamente, el ser humano siempre ha sentido la necesidad de crear, plasmar lo que siente...

Una de las impresiones estéticas más fuertes que he tendido ha sido en la cueva de la Pileta, en Benaoján, en la Serranía de Ronda, en Málaga. La cueva está en un risco que alberga en su interior el mayor conjunto de arte paleolítico del Mediterráneo, siendo las pinturas más antiguas datadas en el 30.000 A. C. Hay un impresionante pez que acapara todo el protagonismo y su aspecto es similar a un lenguado o a un rodaballo, grabado en la pared con unos trazos vivísimos... Hay mucha discusión sobre las manifestaciones del arte rupestre, que si magia para propiciar la caza, que si cultos animistas ... En fin, muchas teorías y ninguna solución definitiva, lo que aumenta, al menos para mí, el interés que me producen las pinturas paleolíticas de las cuevas. Las cuevas estaban oscuras, era como pintar o grabar a ciegas. Era, imagino que así sería, un verdadero ritual. Entrar en la cueva de la Pileta con unas lamparitas que te daban entonces y de pronto, después de descender bastante trecho, el encuentro con ese pez grabado en la roca, un momento epifánico como no he sentido en ningún museo. No sé si es arte pero, desde luego, es emoción.

Lo bello nos conmueve en lo más íntimo. Nos toca el alma...

Nos reconocemos mortales y vamos a dejar este mundo, queremos estar en él de la mejor manera posible. Inclinarnos hacia la belleza nos ayuda a movernos. Quizá se identifique con la felicidad, otros lo han hecho con la virtud o con la verdad. La eficiencia de la Belleza, como Divino Rostro del Bien, decía Rosa Chacel. Queremos estar en el mundo de la mejor manera posible y, qué mejor manera que estar en comunión con la belleza, el amor y el arte.

El arte no sólo esta en las academias o en los museos. El pez de la cueva de la Pileta me impresiona como también lo hace un señor de 59 años que conocí hace poco en un pueblo de Extremadura. Es totalmente desconocido, por lo que quiero nombrarlo, José Laguna. No sé cuál es su padecimiento, pero desde la pandemia empezó a pintar compulsivamente una serie de personajes gigantescos con apariencia monstruosa, que sin embargo no le causan temor alguno, ni siquiera los saca de su temblorosa imaginación, sino que salen a su encuentro desde los cartones que utiliza para pintar, es como un partero que saca esos personajes a la luz. La intensidad con la que pinta y su sentido del color y del ritmo me fascina.

-Pintores que le fascinan...

-Pintores de referencia son tantos: Velázquez, Rafael, Rembrandt Vermeer, Goya, Giorgione, Duchamp, que no era pintor, precisamente, Georgia O'Kefee, Rothko… tantos, hay pintores para cada día y pintores para todos los días. Hay dos tipos de pintores: pintores de las apariencias que son importantes porque nos enseñan cómo es el mundo y pintores de las esencias, imprescindibles porque nos enseñan a entenderlo. Si tengo que resumir, hoy me quedo con los que estoy trabajando Manuel Salinas y Javier Martin, que en 15 días inauguro una exposición suya. Pero si me tengo que quedar con uno, que sea Philip Guston. Tiene una etapa dentro del expresionismo abstracto norteamericano de los años cincuenta y, posteriormente, una etapa figurativa muy crítica y autobiográfica. Guston es a la vez sensual y crítico, sin desdeñar un humor corrosivo muy particular. Hoy me quedo con Philip Guston, si me preguntas mañana puede que te diga otro, quizás otro norteamericano, por ejemplo Ellworth Kelly, alguien muy diferente.

-El arte en el siglo pasado...

-Uno de los hechos más importantes de finales del siglo XX, incluso más que el arte conceptual (que marca el final de la modernidad entendida como la vanguardias), y en un replanteamiento de lo que es el arte, fue la inclusión en el mundo artístico de sectores orillados, que estaban en las fronteras, que no se habían tenido en cuenta porque estaban en el extrarradio del mundo del arte, como son la atención que despertaron las minorías sexuales, las mujeres, los afroamericanos, los artista de los países colonizados... todo ello ha ensanchado nuestro concepto del arte y ha vivificado mucho el espectro artístico del que gozamos y del que nos alimentamos. Las mujeres, quizá, han sido lo más visible porque han sabido reivindicar sus derechos y sus necesidades, estar presentes, con igual importancia que los hombres... pero creo que todavía queda mucho por hacer.

-Una artista que mencionaría...

-Louise Bourgeois o Tracey Emin, me gustan esos dibujos nerviosos con líneas finas y quebradas como pintados a salpicones de una jeringuilla. Los dibujos más que sus instalaciones, tan polémicas como su cama llena de colillas, vasos, botella de vodka, preservativos usados, manchas de todo tipo, en fin de todo… De todo para que la gente diga, puede que con razón, para gusto, los colores, que eso no es arte. De Tracey Emin no me interesa tanto la polémica de sus instalaciones como los dibujos.

-Una artista de Sevilla...

-Carmen Laffón, sin duda, con esos maravillosos paisajes del Coto de Doñana visto desde Sanlúcar de Barrameda; una franja mínima de tierra entre el mar y cielo que son cuadros casi abstractos, con el sentimiento de profundidad de los campos de color que podían tener las obras de Rothko, y que me pueden fascinar en un día o más de un día. También los carboncillos de gran formato de las vista una viña que plantaron sus padres en Sanlúcar.

-Las mujeres irrumpen a cierto punto en el panorama artístico...

-En el caso local de Sevilla donde me muevo, después de la pintura figurativa en los ochenta del siglo pasado, con pintores espléndidos todavía en activo, y donde prácticamente no había mujeres, en los noventa lo más característico es la inclusión de mujeres, algunas hoy con trayectorias importantes...

-Las mujeres no se las consideraba artísticamente...

Ni artísticamente ni casi nada en este país. Está bien que se pregunte específicamente por las mujeres por la discriminación que han sufrido a lo largo de toda la historia y que se les de más cancha a ellas, aunque en el fondo persiste la discriminación, maquillada por políticas que se dicen igualitarias, pero discriminadas.

-¿Me habla de algunas?

-Bueno, esas que aparecieron en los noventa en Sevilla: Pilar Albarracín con sus fotografías e instalaciones; Nuria Carrasco y sus vídeos y esculturas; Mercedes Carbonell, con los autorretratos y retratos, especialmente los infantiles; Pepa Rubio y la recolección de elementos naturales, como hojas o nidos, que ella retoma y los hace suyos; Vicky Gil, con presencia en el Reina Sofía; Concha Ybarra pintora y ceramista muy original, Salomé del Campo, quizás la primera en aparecer; o Anna Jonsson artista sueca radicada en Sevilla desde hace más de treinta años, con sus figuras de terracota coloreada y bordados. Todas estas artistas y otras fueron las que supusieron una importante revitalización del panorama artístico sevillano. También sirvieron de ejemplo y hoy día, en una exposición colectiva de jóvenes artistas sevillanos, puede que nos encontremos casi con más mujeres que hombres.

 

 

 

 

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