No todo el mundo vale para ser ‘youtuber’. Para empezar, hay que vencer la vergüenza y ponerse ante una cámara sin dejar de ser uno mismo. Y, lo más difícil, hay que dar en la clave del éxito, casi de forma mágica y desconocida, para ganarse el afecto de los seguidores. Alejandra Alarcón, más conocida como Kakala, es una melillense de 27 años que ha sabido dar en el clavo y convertirse en una auténtica ‘influencer’, tanto dentro como fuera de nuestra ciudad.
Más de 43.250 personas se han suscrito a su canal de YouTube, al que sube los vídeos que elabora en casa usando unas cajas amontonadas a modo de trípode y poniéndose ante la cámara de su teléfono móvil, según desvela en declaraciones a El Faro. En ellos habla de lo que le apetece, según el momento. Sobre todo, de sus emociones y sus aficiones: moda, maquillaje, música o maternidad, entre otras temáticas. “Siento que es un canal real, espontáneo y natural”, afirma la ‘yotuber’.
Esta no es la única red social que ha sabido conquistar. Kakala cuenta con más de 14.500 admiradores en Instagram. “Para nada pensé que tendría tantos seguidores al embarcarme en este mundo”, asegura la joven. “De hecho, me conciencié a mí misma para no llevarme decepciones por la aceptación del público”, cuenta la ‘influencer’ melillense.
El cariño de la gente
Según relata, la primera vez que se puso ante la cámara llegó a sentir ansiedad al pensar en la manera en la que se estaba exponiendo ante el mundo. “Sobre todo al vivir aquí, donde ya sabemos que nos conocemos todos”, reconoce Alejandra.
Sin embargo, la respuesta fue tan positiva que le ha valido para ganar confianza en sí misma y sentirse del todo cómoda y segura ante la cámara. “Al contrario de lo que pensaba, recibí el apoyo de todos mis conocidos, amigos y familiares. Incluso hay quien me para por la calle para darme abrazos o para hacerse fotos conmigo... eso es muy bonito”, manifiesta la ‘youtuber’.
Además de pasárselo en grande delante de la cámara, esta experiencia permite a Alejandra ganarse un ‘dinerillo’ extra. “Cuando aceptamos las condiciones para ser creadores de contenido para la plataforma firmamos un acuerdo por el que no podemos decir las cantidades específicas que obtenemos, pero no es algo fijo”, explica. “Sí te diré que hay quien vive de los vídeos o las colaboraciones”, agrega.
Según desvela, estos ingresos varían mucho según el número de suscriptores, las visualizaciones o la cantidad de vídeos que se suben al canal.
Una madre multimedia
Alejandra dedica a sus canal el tiempo que puede, que no es mucho, según asegura: es pluriempleada y madre de un peque de dos años y medio. “Trabajo a jornada completa en una empresa de informática y como telefonista en la Ciudad Autónoma de Melilla”, comparte la joven.
Con este panorama, YouTube es más un ‘hobbie’ al que dedicarse cuando el resto del responsabilidades se lo permite que una obligación para la ‘influencer’. Aún así, Alejandra ha encontrado la fórmula para llegar a los corazones de miles de seguidores.
La segmentación geográfica no funciona. Compruebe si la geolocalización IP está habilitada en su cuenta…
En la obra pictórica presente en Melilla de escultor y pintor Pepe Gámez (Melilla, 20…
Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un asunto que nos interpela, casi en igual medida,…
De Galicia al Mediterráneo Si vemos la imagen de una colonia de percebes (Pollicipes pollicipes)…
Dedicaba el diario El País dos páginas de su publicación dominical del pasado domingo, 4…
Queridísimos; Si algo caracteriza a la señora Díaz Pérez (doña Yolanda, "Yoli", "Yoli O' Trapiño"),…