Categorías: Sociedad

El arte como remedio a la pena

La melillense Carmen Márquez expone en el Club Marítimo más de un centenar de trabajos. Afirma que su andadura por el mundo artístico se inició tras la muerte de un hijo de 18 años. La sala de exposiciones del Real Club Marítimo de Melilla acoge desde el pasado martes la exposición de pinturas y manualidades de Carmen Márquez.
Aunque sus orígenes no son melillenses (nació en Alcazarquivir, un territorio del Protectorado Español en Marruecos), se siente muy de esta tierra; no en balde confiesa que llegó a Melilla siendo muy pequeña “y después de 69 años yo creo que ya se me puede considerar melillense”.
Más de un centenar de trabajos (“en realidad no se cuántos son”) de muy diferentes estilos se pueden contemplar en esta muestra que refleja el trabajo de los tres últimos años; desde cuadros a bolsos hasta muñecos de trapo, mantelerías, mantones o grabados. Cualquiera de ellos se pueden adquirir por poco dinero (entre 6 euros y unos 200 el más caro).
Su autora asegura que el precio es meramente simbólico, porque si se echa un vistazo a todo el material expuesto “aquí hay mucho trabajo”. Y, pese a que no rechaza el dinero, afirma con total convicción que sus trabajos no le dan para vivir. “Sé que se puede vivir de la pintura, pero éste no es mi caso”.
El motivo principal de su inspiración y de que con esta muestra cumpla ya su decimotercera exposición tiene más que ver con una cuestión personal que con una material.
Márquez explica a El Faro que su pasión por el arte, en todas sus vertientes, nació tras la muerte de un hijo de 18 años. “Para combatir la pena que sentía me puse a hacer estas cosas y aquí sigo”.
La exposición cuenta con un total de 49 cuadros realizados con diferentes técnicas, desde óleos a  acuarelas, pasando por porcelana rusa. También es muy variada la temática y si bien predomina la naturaleza (especialmente los lienzos dedicados a flores) igualmente se puede ver retratos de animales o figuras humanas. Entre estos últimos, un cuadro dedicado a Santa Teresa y otro al Papa.
Pero la muestra ofrece mucho más. Es el caso de trece muñecas confeccionadas con telas y trapos, el mismo material con el que están realizados ocho perritos y siete ratitas, todos ellos de diferentes tamaños y colores. Sobre éstas últimas asegura Márquez que hace unos años fueron todo un éxito y que muchas abuelas las demandaban para luego regalarselas a sus nietas.
Existen igualmente algunas esculturas que parecen realizadas en hierro, pero que como ella aclara, es sólo una técnica de pintura, la base es de escayola. Hay también grabados en estaño y abanicos pintados por ella, así como bolsos, mantelerías, bolsas de pan, cojines o incluso mantones.
La exposición estará abierta hasta el próximo día 18, en horario de 18:00 horas a 21:00.

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