El aperitivo es una de las tradiciones más arraigadas en la cultura gastronómica española, con una rica historia y una amplia variedad de sabores y texturas. Desde sus humildes orígenes como una forma de abrir el apetito antes de la comida, hasta su evolución moderna en la innovadora cultura del tapeo, el aperitivo sigue siendo una parte importante de la experiencia culinaria y social en España. Sin embargo, durante años esta costumbre tan nuestra desapareció para volver en las últimas décadas con más fuerza que nunca, por lo menos en Melilla donde sus ciudadanos tienen claro que quedar en una terraza para tomar algo con sus amigos es un plan al que no tienen pensando renunciar.
El Faro de Melilla salió a la calle para conocer de primera mano los planes de domingo previstos por los ciudadanos. La mayor parte coincide en sus proyectos.
En la Plaza de las Cuatro Culturas nos encontramos con Rafa quien nos comentó que “los domingos me gusta pasear por la playa con mi perra y después suelo desayunar en una terraza. Sobre la una de la tarde quedo con mis amigos para tomar el aperitivo y disfrutar un poco del terraceo. Por la tarde, me gusta quedarme en casa y descansar”.
Durante nuestro paseo por las zonas más emblemáticas de la Ciudad Autónoma nos hemos encontrado con turistas. Concretamente con Mari Carmen, de Málaga que este fin de semana viajó hasta Melilla para celebrar el cumpleaños de su nieto. A excepción de días puntuales, Mari Carmen nos comentó que “normalmente voy a misa, a primera hora de la mañana, y más tarde desayuno con unos amigos. Después nos damos un paseo por Granada, tomamos nuestro aperitivo y por la tarde toca descansar”. Sin embargo, otras personas aprovechan para hacer deporte como Jose “me gusta hacer un poco de bicicleta, taekwondo. Por la tarde prefiero estar en casa y sacar a mi perrita a pasear”.
Para otros encuestados, el domingo se divide entre obligaciones y ocio. Juan Diego nos relató que “el domingo me gusta estar con mi familia, acompañar a mi hijo a catequesis, pasear a la mascota. Hay domingos que sí voy a tomar el aperitivo, y otros que no. Por la tarde elijo quedarme en casita y coger fuerzas para afrontar la semana”.
Visto lo visto parece que los melillenses se toman con calma los domingos. Paseos, terraceo y aperitivo ganan por goleada a otras actividades.
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