Paco Rubio es más conocido en Melilla por su faceta de escultor que de fotógrafo, pero desde hace cinco años, la cámara digital es su instrumento para crear arte. Ayer presentó con la Asociación Melilla Mirada su exposición ‘Algo de mí, Melilla’, en la que recoge amaneceres, atardeceres y detalles de El Pueblo, lugar del que está enamorado. Sus juegos con la luz, el claroscuro y la búsqueda de las sombras son los aspectos que más llaman la atención de sus imágenes.
Esta muestra estará expuesta en la cafetería del Casino Militar hasta el 22 de junio, por lo que animó a los melillenses a ver a través de sus ojos la ciudad que el retrata.
A Rubio siempre le había gustado la fotografía. Asegura que es “un peligro”, pues cuando se empieza a profundizar en esta técnica acaba enganchando a la persona. “Siempre quieres saber más”, apunta.
Todos sus conocimientos se deben a sus horas de estudio, de investigación, a las miles de pruebas que realiza antes de que salga la imagen que desea y a que ha sabido buscar a buenos maestros, amigos que le han enseñado sus ‘secretos’. Su trabajo constante y su entusiasmo han dado como fruto esta muestra.