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El alquiler en Melilla, “una locura” para los inquilinos

El precio del alquiler en Melilla sigue por las nubes. En 2023 el alquiler en la ciudad autónoma se encontraba entre los más caros de España, mientras que a principios de 2024 el interés por arrendar un inmueble creció casi en un 140%. Factores determinantes que dificultan el acceso de muchas personas a una vivienda de alquiler. 

Tan solo hace falta un vistazo rápido por las redes y por los portales webs especializados para ver cómo se encuentra el sector inmobiliario en la ciudad. Alquileres que no bajan de los 600 euros para un piso de una habitación o lofts (cocina, salón-comedor y dormitorio en un mismo espacio). Para una familia que busque una vivienda “en condiciones” el precio se dispara a los 800 euros. De ahí para arriba. 

También están los requisitos. No vale ya con que los miembros de la unidad familiar se encuentren trabajando, la nómina fija es requisito indispensable en muchas ofertas. Por otro lado, cada vez más abundan los anuncios en los que los propietarios buscan “nominas altas” o “funcionarios” para los potenciales inquilinos. 

Además de a través de portales webs especializados, los melillenses también suelen buscar casa a través de las distintas inmobiliarias que hay repartidas por toda la ciudad. Establecimientos donde también han notado en parte un aumento de este interés aunque señalan que es una situación que suele fluctuar.

Las inmobiliarias locales coinciden, además, en que cada vez hay menos oferta disponible para alquilar en Melilla. Un problema que también afrontan los inquilinos, que deben competir por los pocos inmuebles que hay para arrendar en la ciudad autónoma. 

Si a la falta de pisos, le sumamos el incremento de los precios y los sueldos “congelados”, la situación para muchos melillenses que viven de alquiler y no pueden, por ahora, permitirse una hipoteca, es desoladora y que no saben ya dónde está el norte. 

María es madre y para ella buscar una casa de alquiler es misión imposible. “Una locura”, así lo define. Ya sea para alquilar o comprar, la situación en Melilla es difícil. Asegura que por 700 euros, como mínimo, no encuentra nada con dos habitaciones. 

“Melilla es así de especial”, lamentó Fernando en declaraciones a El Faro. Reconoció también que el aumento del precio de la vivienda en los últimos años era descabellado, pero no queda otra que “conformarse” y esperar a que la situación se equilibre. 

José es un joven que no hace mucho que llegó a Melilla y confiesa que se sintió sorprendido ante lo complicado que fue encontrar piso. Después de haber pasado su vida estudiantil compartiendo piso, ahora que tiene un empleo estable quiere vivir solo. Pero encontrar un inmueble que se ajustara a sus preferencias fue misión imposible. 

“Hay muy pocos pisos y muy caros para ser una ciudad tan pequeña”, relató el joven, quien se quedó perplejo de que algunas inmobiliarias lo apuntasen en listas de esperas para ver alguno de los pisos. “No sé cómo la situación se ha podido ir tanto de las manos. Esto no es Madrid o Barcelona”, señaló. 

Lamentó no encontrar casi ningún piso por debajo de los 600 euros (algunos por 500 euros) para una persona. Vive solo, paga 650 euros más el resto de gastos. Aunque va algo “ahogado” algunos meses, sale adelante con su sueldo. Pero no es el caso de muchas familias. 

El precio seguirá creciendo

Uve Valoraciones hace público un estudio en el que analiza tanto la evolución de los precios de las viviendas en moneda constante, como el número de viviendas iniciadas y los saldos vivos de créditos a viviendas a lo largo de los tres últimos ciclos inmobiliarios.

Del informe se concluye que la fase de caída del ciclo 2014 ha concluido o está por concluir entre el cuarto trimestre de 2023 y el segundo trimestre de 2024, impulsada por la estabilización del empleo y del PIB.

El nuevo ciclo, que provisionalmente se considera iniciado en 2024, se espera que traiga consigo una subida de los precios de las viviendas por encima del IPC durante los próximos cuatro o cinco años y un aumento en los saldos vivos de los créditos sobre viviendas, algo no visto en los últimos 16   años. 

Según el análisis de UVE Valoraciones, el ciclo 2014-2023 presenta una fase de auge desde el cuarto trimestre de 2014 hasta el cuarto trimestre de 2019, seguida por una fase de caída hasta probablemente el cuarto trimestre de 2023.

En la fase de auge, los precios de las viviendas para el conjunto de España aumentaron moderadamente por encima del IPC y la producción de viviendas también subió cada año, superando las 106.000 viviendas anuales.

Durante la fase de caída, los saldos vivos de crédito a las viviendas continuaron disminuyendo ligeramente y la producción de viviendas se mantuvo estable en niveles bajos. La pandemia enmascaró algunos datos de crecimiento económico, pero se observó una estabilización en el número de viviendas iniciadas.

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