Afirma que estaba jugando un partido, mientras que la Guardia Civil asegura que conducía un vehículo en el que hallaron a dos subsaharianos en el salpicadero y bajo el asiento trasero.
El acusado de introducir en Melilla a dos inmigrantes ocultos en sendos dobles fondos de un coche el pasado 15 de noviembre negó ayer haber participado en los hechos durante el juicio que se celebró en la Audiencia Provincial. El procesado, de iniciales S.A., aseguró que a la hora en la que se produjo una espectacular persecución en las inmediaciones de la frontera de Barrio Chino, él estaba disfrutando de un partido de fútbol con los compañeros con los que tenía un equipo y quedaba todos los fines de semana. S.A. mantuvo su inocencia en todo momento a pesar de que los dos guardias civiles que declararon como testigos le reconocieron como el conductor del vehículo del que rescataron a los dos subsaharianos.
S.A. explicó que desde que se mudó a Melilla vive en casa de su suegro. Trabaja por las mañanas en la compra-venta de mercancías y por las tardes en el negocio familiar, un lavadero. Los fines de semana quedaba con un grupo de amigos para jugar al fútbol, hasta su detención el 11 de diciembre.
Los hechos por los que se le detuvo ocurrieron casi un mes antes, el 15 de noviembre. La pareja de la Guardia Civil que halló a los dos inmigrantes ocultos en dobles fondos explicó al tribunal que mientras patrullaban por las inmediaciones de la frontera de Barrio Chino, vieron a un turismo por la pista de carros. El vehículo realizó una maniobra “extraña” y por ello los guardias se aproximaron al coche en cuestión. Uno de los agentes afirmó que a medida que se iban acercando, reconocieron al conductor como uno de los ‘ayudantes’ de la Benemérita en Barrio Chino para canalizar el tránsito de porteadores. Detalló que normalmente el acusado es de los que llevan un chaleco amarillo.
Persecución a toda velocidad
El guardia civil declaró que al reconocer al acusado pusieron los vehículos en paralelo. Le preguntaron que qué hacía en el lugar, pues el terreno es “muy abrupto para un turismo porque está lleno de piedras”. Los agentes afirmaron que las respuestas del acusado y su copiloto levantaron sus sospechas y le pidieron que apagara el motor y bajara del coche. Sin embargo, el conductor “metió la primera marcha y pegó un acelerón”.
Se inició entonces una persecución a más de 80 kilómetros por hora, según afirmó el segundo guardia civil, que terminó en una calle sin salida en la cercana urbanización conocida como ‘Las Caracolas’. Allí, los dos ocupantes del vehículo salieron corriendo a pie en diferentes direcciones y consiguieron escapar.
Los dos guardias civiles volvieron al coche abandonado y vieron unos tornillos sueltos en la guantera. En el interior del salpicadero hallaron a un inmigrante, que con su ayuda consiguió salir. Fue éste el que alertó a los agentes de que había otra persona oculta bajo el asiento trasero. Ambos necesitaron de asistencia sanitaria, destacaron los dos agentes de la Benemérita.
Finalmente, los dos ocupantes del vehículo consiguieron huir, pero dado que los guardias reconocieron al conductor, únicamente esperaron a que éste volviera a Barrio Chino para detenerle, como sucedió, según el relato de los hechos, el 11 de diciembre.
Compañeros de fútbol y testigos
Los compañeros del equipo de fútbol al que pertenece el acusado declararon ayer como testigos. Ninguno pudo concretar si el 15 de noviembre S.A. estaba jugando el partido habitual de los viernes por la tarde, pero aseguraron que el procesado acudía siempre a la cita deportiva. Su cuñado y un amigo de la infancia también futbolistas negaron que el procesado trabajara como ‘ayudante’ de la Guardia Civil en el paso de Barrio Chino, pues dijeron que trabaja en el negocio familiar, un lavadero.
Los interrogantes del caso destacados por la abogada de la defensa
En su alegato final el Ministerio Fiscal mantuvo su acusación contra S.A., pero su abogada defensora puso de relieve algunos interrogantes que demuestran que su cliente no es culpable de los cargos. Por una parte, destacó que la franja horaria en la que la Guardia Civil afirma que se produjo la persecución y el hallazgo de los dos inmigrantes coincide con el horario habitual en el que su cliente jugaba partidos de fútbol en el complejo deportivo en los Altos del Real.
La abogada destacó que los guardias civiles no hicieran constar en la redacción del atestado del 15 de noviembre que reconocieron al conductor como una de las personas habituales en Barrio Chino y que ha sido en el juicio cuando han hecho esta afirmación. Es más, siempre según la letrada de la defensa, los agentes dieron una descripción física del conductor del vehículo que no se ajusta a las características de su cliente. Para la abogada, las diferencias son palmarias en cuanto al color de los ojos o de la piel y la forma de las orejas. “Los guardias civiles refieren ojos claros, piel clara y orejas separadas. Es evidente que mi cliente no tiene estos rasgos”, recalcó.
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