Melilla es la región con más porcentaje de contratados sin estudios de nuestro país, en concreto, representan un 16,6% del total l Las mujeres representan el mayor porcentaje de contratados con formación
La falta de formación es uno de los problemas del mercado laboral melillense. Lo ha dicho en infinidad de ocasiones la directora provincial del SEPE, Esther Azancot, y lo repetía esta misma semana en una entrevista concedida a El Faro la nueva consejera de Empleo, Sofía Acedo. Cerca del 80% de los parados inscrito en el SEPE no ha terminado la ESO y por eso uno de los objetivos de la legislatura será mejorar el nivel formativo de estos desempleados. La falta de cualificación incide también directamente, por ejemplo, en los perfiles de los puestos de los planes de empleo. Gran parte de ellos están reservados a personas sin estudios para responder a la realidad social de nuestra ciudad. El informe elaborado por el Observatorio de las Ocupaciones sobre el estado del mercado del trabajo, publicado esta semana, desvela que no sólo los desocupados carecen de formación, sino que la mayoría de los contratados están en esa misma situación. El 38,5% de las personas contratadas en 2014 no tenía el título de ESO. Además, el 16,6% carecía de ningún tipo de estudios.
El estudio de este organismo dependiente del SEPE indica que “Melilla es la ciudad de España con más proporción de población de 16 y más años contratados sin estudios o con estudios no acreditados. Se observa, además, que mientras que en el caso de los contratos de personas con escasa formación la mayoría de los que se incorporan a trabajar son hombres, la tendencia es la contraria a partir de Bachillerato, ahí hay más mujeres contratadas que hombres.
El Observatorio de las Ocupaciones no sólo pone el acento en el problema de la escasez de formación, sino que también se refiere a otras limitaciones de nuestra ciudad. “Localización geográfica y aislamiento respecto a la península, reducida superficie, insuficiencia de medios de transporte, elevada densidad poblacional y carencias de servicios estratégicos como telecomunicaciones, energía o agua”, así define el estudio la situación socioeconómica de nuestra ciudad. El sector servicios y la administración pública son, según este estudio, los principales empleadores en Melilla.
A pesar de estas desventajas, el Observatorio de las Ocupaciones resalta la evolución positiva de la contratación en Melilla en comparación con el año pasado, con un incremento del 3,93%. No obstante, hay que señalar que el incremento está aún lejos del que se ha producido en el conjunto del país, con un aumento de la firma de contratos del 13,08% en 2014 en comparación con el ejercicio anterior. Además, incluso habiendo aumentado tanto los contratos firmados como la cifra de afiliados a la Seguridad Social, el número de parados inscritos en las listas del SEPE aumentó en 2014 respecto a 2013. El paro de larga duración es uno de los responsables de esta situación. Sólo poco más del 6% de los contratos rubricados el pasado ejercicio fue para desempleados que llevaban más de dos años inscritos en las listas del paro.
En cuanto a los sectores con más empleo, servicios acoge el 88,4% de la contratación, seguido muy de lejos por la construcción con un 10,36%, un sector que según indica el informe “se ciñe a viviendas y alguna obra civil con financiación generalmente de fondos europeos”, es decir a pequeñas construcciones que no necesitan un gran número de trabajadores para ser levantadas. Los datos apuntan, de hecho, que el incremento de los contratos ha sido posible gracias a la marcha del sector servicios, el único en el que aumentó la contratación el año pasado con un incremento del 5,7% frente a las caídas de un 31% en industria y un 4% en construcción.
Por otro lado, el informe analiza la situación de aquellos colectivos para los que la incorporación al mercado laboral suele ser más complicada. En este punto se indica que la contratación de mujeres se incrementó un 4,7%, la de jóvenes un 3,8% y la de mayores de 45 años un 5%. Sin embargo, el número de extranjeros que comenzó a trabajar en nuestra ciudad cayó un 7,8% y la cifra de personas con discapacidad que firmó un contrato se redujo un 8,5