La matriculación de barcos de recreo cayó el año pasado en Melilla un 38,89% al pasar de las 36 embarcaciones inscritas en la ciudad en 2021 a las 22 del ejercicio que acabamos de cerrar, según recoge el Informe Anual del Mercado de Embarcaciones de Recreo en 2022, publicado por la Asociación Nacional de Empresas Náuticas (ANEN), con datos facilitados por la Dirección General de la Marina Mercante.
Podríamos pensar que la culpa es de la inflación si esta caída fuera la tónica general en nuestro país, pero no ha sido así. El mercado nacional arroja cifras que indican que se han cumplido las previsiones y que ha habido estabilidad en el sector, con 5.847 matriculaciones registradas en el conjunto de España.
Sin embargo, los datos son malos en las dos ciudades autónomas. En Ceuta ha descendido la matriculación de barcos de recreo casi un 60% (59,52%). Aquí en Melilla el descenso ha sido algo menor, pero igual de preocupante porque ronda el 40%.
Fuentes conocedoras del mercado de las embarcaciones de recreo en nuestra ciudad no creen que la causa sea la inflación que ha afectado por igual a todos los españoles sino el efecto Marruecos.
Según nos explican, de las 22 embarcaciones matriculadas el año pasado en Melilla, la mayoría fueron motos acuáticas. En realidad se inscribieron pocos barcos por motivos obvios. Desde que el verano pasado las autoridades marroquíes blindaron sus aguas territoriales, no tiene mucho sentido matricular embarcaciones en la ciudad para moverlos en los 500 metros que tenemos de aguas de titularidad española.
La presión marroquí ha surtido efecto. Nadie se compra un barco para tener que arreglar papeles y hacer trámites burocráticos en Nador para sacar otra 'carta verde'.
Nadie se anima a comprar un barco en Melilla si tiene tantos obstáculos para fondear en aguas marroquíes. Da igual que seamos, desde febrero de 2022, el puerto más barato para importar embarcaciones de recreo de todo el Mediterráneo y de toda España con una reducción del IPSI del 7% al 0,5% porque justo en el año de la rebaja fiscal pasamos de representar el 0,52% del mercado nacional de embarcaciones al 0,38%.
Y ya no solo influye que no se pueda fondear en aguas marroquíes, sino que, además, al mercado local de embarcaciones le pasa lo mismo que al inmobiliario. Muchos propietarios quieren vender, pero el que vende, vende caro porque no existe un mercado de segunda mano "con una oferta adecuada", según nos comenta un experto en estos temas.
Éste es el motivo por el que los vendedores se ven obligados a llevarse sus embarcaciones a la península en busca de compradores, especialmente desde que arreció la presión de Marruecos.
En agosto pasado, el diputado por Melilla, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu, preguntó al Gobierno en el Congreso si tenía conocimiento de las actuaciones policiales o militares que Marruecos estaba llevando a cabo contra barcos de recreo melillenses.
En octubre Díaz de Otazu recibió una escueta respuesta en la que el Ejecutivo de Pedro Sánchez se lavaba las manos y aseguraba que la Autoridad Portuaria de Melilla no había recibido hasta entonces ninguna comunicación directa de Capitanía Marítima, Guardia Civil o Ministerio de Defensa, sobre las cuestiones planteadas.
También se interesó por el asunto el senador de Compromís Carles Mulet, pero basó el argumento de su pregunta parlamentaria en una publicación del diario El Confidencial y en octubre el Gobierno aprovechó para escurrirse el bulto y contestarle que no comenta informaciones aparecidas en prensa.
A esa respuesta el senador de Compromís respondió con más preguntas en torno a si ésta es la nueva política de buena vecindad que llevó a Pedro Sánchez a servir el Sáhara en bandeja a Marruecos y para evitar que en Presidencia se le fueran, de nuevo, por las ramas, preguntó directamente: "¿Es conocedor el Gobierno, si más allá de lo publicado en prensa, militares marroquíes armados han hostigado a barcos que se encontraban en aguas españolas, durante este último año? ¿En caso afirmativo, ¿en qué fecha?"
Pero ni así, Mulet consiguió que el Gobierno central le respondiera si sabe o no del hostigamiento a los barcos españoles. Directamente desde Presidencia le soltaron el discurso enlatado de siempre aludiendo a que el presidente del Gobierno ha declarado en reiteradas ocasiones que la soberanía de Melilla y Ceuta está fuera de toda duda. Y según el Ejecutivo, así lo hizo Sánchez en Rabat el 7 de abril tras su audiencia con el rey Mohamed VI y ante el pleno del Congreso los días 8 de junio y 13 de octubre.
"El Gobierno defiende con firmeza la integridad territorial de España, de acuerdo con la Constitución y el resto del ordenamiento jurídico", insistieron desde Moncloa en su respuesta a Compromís.
En definitiva, que por un lado, el Gobierno se escuda en que no hay quejas de los propietarios de barcos y por otro reitera su disposición a defender la españolidad de Melilla desde el Congreso y en Rabat.
El caso es que de nada ha servido la rebaja fiscal en la importación de barcos y de nada servirá cualquier otra medida que se tome para favorecer la economía local, si Marruecos ejerce un control estricto sobre las infraestructuras determinantes en el desarrollo de la ciudad: puerto, aeropuerto y frontera. Su objetivo es claro y la propaganda pro-marroquí lo define de una manera muy gráfica: quieren convertir Melilla en un poblado tercermundista en el que no sea rentable vivir.
Y por eso no nos permiten ampliar el aeropuerto; detienen a los pescadores que son sorprendidos en las inmediaciones de Melilla; nos han espantado los contenedores del Puerto y hasta hace muy poco tenían creado un embudo en la frontera de Beni Enzar.
Eso era algo así como pegarse un tiro en el pie porque los turistas desisten de viajar a Marruecos si saben que se encontrarán colas de hasta ocho horas en Melilla. Por eso a Marruecos le vino como anillo al dedo la organización de un grupo casualmente diverso que escenificó ante el gobernador de Nador la solicitud de fluidez en el tráfico en la frontera.
Las cosas han mejorado razonablemente y el relato oficial es que Marruecos ha atendido una solicitud hecha por melillenses cuando en realidad Marruecos solo ha solucionado un problema Made in Marruecos.
Todavía nos queda un año largo por delante para saber si habrá o no entendimiento entre España y Marruecos si, como pronostican las encuestas, hay cambio de Gobierno en las generales. Aquí no nos queda otra que aguantar y de eso, los melillenses sabemos bastante.
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