El Movimiento en Defensa del Arbolado de Melilla se concentrará este miércoles en la zona conocida como jardines de Pizarro para denunciar la probable tala de 21 árboles, que se sumarían a los 154 ya cortados en 2021 en la ciudad.
Según adelanta a El Faro, José Cobo, portavoz del Movimiento, "sabemos a ciencia cierta que serán talados", a pesar de que llevan aproximadamente cuarenta años sobreviviendo -aunque "muy poco atendidos y cuidados"- en el área que está en la calle de Francisco Pizarro, es decir, en la bajada hacia carretera Hidum.
"Abierta a cualquier persona que quiera ponerle voz a los árboles", la movilización será a las 18:00 horas en el propio parque de Pizarro. Al respecto, Cobo afirma que exponer su desacuerdo con esta nueva tala es lo único que pueden hacer porque es la Administración quien "tiene la carta guardada en la manga" y puede hacer algo concreto por los árboles.
El ecologista lamenta que este tipo de acciones puedan seguir ocurriendo en Melilla porque no existe un reglamento de protección de las zonas verdes o del arbolado. Irónicamente, los árboles "son grandes indefensos, que no pueden quejarse de nada", pero nos mantienen con vida.
La tala de estos árboles se debería al proyecto que comprende la construcción de 190 viviendas protegidas para el alquiler asequible o social en Melilla y que es fruto de un convenio suscrito por el ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Sepes y la Ciudad Autónoma.
En ese sentido, Cobo aclara que, aunque se trata de una iniciativa que "está en marcha desde hace mucho tiempo", ya "se sabía que ahí había un reducto verde, una isleta, porque tampoco es tan grande".
Por eso, lo que debía haberse hecho, en opinión del experto, era realizar un proyecto urbanístico que favoreciera a la ciudad, "pero que incorporara esta zona verde, o bien para la urbanización, o bien para un parque para el barrio. En defintiva, que se hubiese respetado y dejado donde está". O sea, "no negamos que las ciudades deban de crecer", sino que "defendemos que se desarrollen en torno a las zonas verdes que ya existen".
Como la consejería de Medio Ambiente y Sostenibilidad ha dicho que los ejemplares que se talarán son difíciles o imposibles de trasplantar porque son especies que cuando se mueven de lugar no consiguen volver a arraigar y están ubicados en una parcela que se urbanizará, de acuerdo con Cobo, la solución es "arrancarlos directamente".
El portavoz lamenta que, como siempre, "ellos actúan con la impunidad que le otorga la Administración, creyendo que están actuando correctamente porque son terrenos que se liberan para construir", y, como no existe un reglamento que proteja al arbolado, pueden seguir haciendo con él "lo que quieran".
De haber una normativa aprobada para cuidarlos, "que es por lo que llevamos mucho tiempo luchando", subraya Cobo, "evidentemente esos árboles no se podrían tocar o se podrían tocar en condiciones determinadas y concretas".
Por otro lado, el representante de la entidad que defiende el arbolado de Melilla recuerda que hace alrededor de un mes Guelaya confeccionó por su cuenta un reglamento de protección de las zonas verdes, que hizo llegar a la Administración. Sin embargo, la ciudad sigue careciendo de un instrumento legal que proteja su entorno natural.
Para Cobo, es un poco "sospechoso" que no se haya aprobado el reglamento propuesto por esa asociación ecologista ni ningún otro. Desde su óptica, que no se valide deja claro que "no les conviene porque la Administración estaría atada de pies y manos para poder actuar en cada zona verde, incluso en los cuarteles".
De hecho, el ecologista considera que "hasta que los cuarteles no se liberen y se haga lo que se tenga que hacer a nivel urbanístico, con hormigón y cemento, no se va a aprobar".
Además, no se trata de una decisión aislada que afecta al arbolado urbano, sino que es algo que se ha estado haciendo habitual. Por ejemplo, pone el de un "Parque Lobera destrozado" o la tala de muchísimos pinos porque están atacados por un escarabajo.
Con respecto a los pinares, desde el Movimiento han insistido en la necesidad de ampliar la biodiversidad en sus alrededores, o lo que es lo mismo, plantar especies autóctonas diferentes para que se cree una masa verde que atraiga a otros animales que puedan alimentarse de estos insectos y que ayude a que desaparezca la plaga.
La segmentación geográfica no funciona. Compruebe si la geolocalización IP está habilitada en su cuenta…
En la obra pictórica presente en Melilla de escultor y pintor Pepe Gámez (Melilla, 20…
Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un asunto que nos interpela, casi en igual medida,…
De Galicia al Mediterráneo Si vemos la imagen de una colonia de percebes (Pollicipes pollicipes)…
Dedicaba el diario El País dos páginas de su publicación dominical del pasado domingo, 4…
Queridísimos; Si algo caracteriza a la señora Díaz Pérez (doña Yolanda, "Yoli", "Yoli O' Trapiño"),…