Unas 80 personas se dieron cita en los aledaños del vivero de la organización ecologista para participar en este evento. Para plantar un árbol había que pagar la simbólica cantidad de dos euros.
Niños y adultos se animaron a cuidar el entorno, logrando plantar más de 220 árboles de diferentes especies locales, la mayor parte acebuches, una clase de olivo silvestre, así como tetraclinis articulatas.
Muchos jóvenes recibieron de parte de sus padres un árbol como regalo de Reyes, una iniciativa “diferente y que sirve para concienciar a los niños de la importancia de la ecología”, señalaron desde la organización a este periódico. Cada árbol iba acompañado de una tarjeta regalo con el nombre de la persona que lo había plantado, todo un detalle por parte de Guelaya y un regalo curioso para estos Reyes. Lo importante es que casi un centenar de melillenses pasaron la mañana colaborando en esta actividad, que conllevó un triple beneficio: Ayudar a sufragar el tratamiento médico de María Casaña, mostrar a los más pequeños la importancia de cuidar el entorno natural y reforestar con especies autóctonas una zona de la ciudad autónoma muy degradada.
En definitiva, una buena manera de comenzar el año y celebrar los Reyes demostrando un poco de solidaridad.
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