“En principio, no hay que esperar ningún cambio en la actitud marroquí ni en la política exterior española”. Con esta contundente frase, el director del Observatorio de Ceuta y Melilla, Carlos Echeverría, expresa su pensamiento sobre cómo transcurrirá la próxima legislatura en lo que respecta a las relaciones entre el país alauita y las ciudades autónomas.
Uno de los argumentos que ofrece Echeverría es que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha mantenido en sus puestos a los responsables de las tres carteras que más intervienen en las relaciones internacionales con Marruecos: José Manuel Albares como ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Fernando Grande-Marlaska como ministro del Interior y Margarita Robles como ministra de Defensa.
El director del Observatorio insiste en que la situación “va a estar exactamente igual”, con “Marruecos planteando de distintas formas sus exigencias y España obligada a prevenir esta situación y a seguir fortaleciendo las ciudades y demás territorios en el norte de África”.
Como prueba, ofrece el intento de salto de 400 inmigrantes subsaharianos que se produjo en Ceuta el pasado día 17 de noviembre, algo que le resulta una “curiosa coincidencia”, ya que llegó el día después de la formación del nuevo Gobierno central y podría ser interpretado como “un mensaje claro” por parte marroquí diciendo “aquí estamos”: aunque evita la entrada ilegal, “es una forma de dar a entender que sigue considerándose un vecino imprescindible en cuanto a la colaboración en diversas materias, pero sin olvidar que detrás, entre otras cosas, está esa declaración inamistosa y permanente”.
En este sentido, Echeverría está convencido de que la reclamación de Marruecos sobre Melilla y Ceuta no va a cesar y que, “muy probablemente”, tampoco cambie nada en relación al régimen de viajeros, ni se reabra la aduana comercial en Melilla ni se abra la de Ceuta. “Al final, Marruecos siempre trata de seguir mostrando una imagen de las ciudades y de los territorios en el norte de África en general en términos de problema, como una situación que los marroquíes consideran que debe cambiar”, explica el también profesor en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).
Considera el director del Observatorio de Ceuta y Melilla que, para Marruecos, es “fácil” actuar de esta forma, que “puede llevar a muchos a pensar que efectivamente es una situación incómoda”. Frente a eso, aboga por “cerrar filas con más claridad y seguir trabajando”, como se hace desde la entidad que preside, para fortalecer todas las dimensiones de estos territorios y que no parezcan potenciales problemas, sino que “parezcan y sean de verdad escenarios de futuro”. En su opinión, y ese es el mensaje que se intenta transmitir desde el Observatorio, “ese tipo de desafíos se pueden difuminar o contrarrestar muy bien con oportunidades, con desarrollo y con estabilidad”.
Ese es el mensaje que en momentos como este es necesario dar a entender al Gobierno, dice Echeverría, quien admite que, por lo que respecta al Observatorio de Ceuta y Melilla, se sienten tenidos en cuenta por el Ejecutivo central, que en muchas ocasiones ha incorporado a su agenda el trabajo que allí se realiza en cuestiones como la proyección de las ciudades autónomas en Europa o sus “desafíos logísticos”.
Pese a todo, Echeverría tiene claro que hay que continuar adelante para que su mensaje no solamente llegue a las autoridades, sino a la opinión pública en general, sobre todo del resto de España. “También en Europa es importante hacer esa labor, porque, a fin de cuentas, Melilla, Ceuta y los demás territorios son parte de un todo que no sólo es España, sino también la Unión Europea”.
Por lo tanto, y en conclusión, el director del Observatorio de Ceuta y Melilla incide en que tienen “ilusión”, porque ven que hay ciertas decisiones que se toman que van en la línea de lo que ellos proponen, pero que son conscientes de que “hay que seguir trabajando con fuerza para contrarrestar ese esfuerzo permanente por parte de Marruecos para eclipsar lo máximo posible el presente y el futuro de esos territorios”.
España le falta esa chispa que tenia antes ,sin más comentarios fíjense la situación de Cataluña y pais vasco .España huele a miedo ,y el enemigo lo sabe .