Dunia Al-mansouri es la consejera de Hacienda y Comercio del Gobierno de Melilla. A buen seguro que cuando accedió al puesto, tras la reorganización motivada por la sentencia que provocó la salida del Gobierno de los consejeros no electos, no pensó que le iba a toca lidiar con la situación más difícil por la que ha atravesado la economía de Melilla en los últimos decenios.
Cuando se formó el tripartido se responsabilizó de la Consejería de Distritos, Participación Ciudadana y Juventud. Cuenta con una experiencia importante en la Asamblea, ya que desde el año 2007 forma parte del órgano legislativo hasta la actualidad y en el año 2011 y durante dos legislaturas fue vicepresidenta segunda de la Mesa de la Asamblea.
A lo largo de esta entrevista nos cuenta la filosofía de los actuales presupuestos, el período de contención del gasto que debieron poner en marcha tras el inicio de la pandemia, la financiación externa para las ayudas a las empresas o la satisfacción por el dinero que al final se ha recibido desde Madrid, tanto del fondo extraordinario no reembolsable como la confirmación de los convenios previstos para este año.
-¿Cómo se encontraron la Hacienda de Melilla cuando llegaron al Gobierno de la Ciudad Autónoma?
- Hubo muchas cosas que nos sorprendieron desde el punto de vista negativo. Una de las cuestiones que más nos llamó la atención fue en el área de Festejos y Cultura de la Ciudad Autónoma donde nos encontrábamos que el dinero se gastaba por anticipado de un año para otro. Estamos hablando aproximadamente de un montante de un millón de euros. Resultó que en un momento determinado se gastaron toda la partida y para ir funcionando no les quedaba más remedio que ir abonando con cargo a los presupuestos del año siguiente. Lo dicho se pagaba por anticipado los contratos que todavía no se habían ejecutado.
Aparte está un tema del que ya hemos hablando en numerosas ocasiones y que son las facturas acumuladas de varios años y que no se pagaron por parte del anterior Ejecutivo. Hablamos de una cantidad de unos 15 millones de euros que estamos analizando pormenorizadamente para intentar darles una solución definitiva.
-¿Cuál es la filosofía que buscan ustedes con los Presupuestos para este año?
-Nuestros presupuestos están basados en la plasmación del inicio del cambio con la llegada del nuevo gobierno en julio del año pasado. Igualmente buscábamos una apuesta por la participación de los ciudadanos en los presupuestos con una partida importante de 4,6 millones de euros. Una situación que luego debimos suprimir como consecuencia de la pandemia y las consecuencias que ha tenido la misma.
Tenemos una idea muy clara y es que la inversión resulta absolutamente necesaria porque es el motor económico y desarrollo para nuestra ciudad. Otro de nuestros objetivos era la reducción de las subvenciones nominativas que era una de las líneas que utilizaba el Partido Popular en sus cuentas públicas cada año lo que provocó reticencias en la citada formación política.
Sin embargo, con las consecuencias derivadas por el COVID-19 no hemos tenido más remedio que realizar una reestructuración en los presupuestos. Durante dos meses debimos aprobar una importante contención del gasto y no nos quedó más remedio que ajustar una buena parte de estas cuentas públicas para el presente ejercicio.
-Ahora han conocido su participación en los Fondos extraordinarios del Gobierno por un montante global de 25 millones de euros y además para el mes de julio existe el compromiso de que en un Consejo de Ministros se aprobará un Real Decreto que permitirá el cobro de los convenios por un valor de 14 millones de euros correspondientes a este año. Sin embargo aún quedan pendientes los 14 millones del año 2019. ¿Van a continuar exigiéndolos?
-Nosotros, la verdad, es que nos sentimos satisfechos con las noticias llegadas desde Madrid donde hemos asegurado para este año casi 40 millones de euros procedentes del Fondo extraordinario y no reembolsable y los que nos corresponden por los convenios que tenemos firmados con la Administración General del Estado y que figuraban en los presupuestos del año 2018 y que están en vigor, ya que se han ido prorrogando durante los ejercicios de 2019 y 2020. Seguiremos luchando para el cobro de esos 14 millones que corresponden al pasado año porque es un dinero que es de los melillenses y que además ya se ha gastado el pasado ejercicio económico. De entrada, también referirle que el que se haya podido confirmar la partida para este año es básico porque no se puede olvidar que la Ciudad Autónoma es la mayor empresa de Melilla.
-La situación provocada por el COVID-19 va a suponer una pérdida de ingresos importante para ustedes.
-Según los cálculos realizados por los técnicos de la Consejería de Hacienda hemos calculado que la pérdida de recaudación del IPSI durante el presente año estarán entre los 20 y los 23 millones de euros aproximadamente. Todo ello en función de si continúa cerrada o si se decide abrir la frontera con Marruecos. A ello le tenemos que añadir todo lo relacionado con las diferentes tasas donde se aplazó su cobro durante un período de tiempo como consecuencia del COVID y que suponen una moratoria en algunos casos. Sumando el IPSI y las propias tasas calculamos esa falta de ingresos entre 25 y 30 millones de euros. Una perspectiva algo más halagüeña que la calculada al comienzo que se cifraba en unos 50 millones de euros porque se incluían los propios convenios del Estado que, cuando se hizo ese análisis, estaban en al aire y no sabíamos si los íbamos a percibir.
-Usted como consejera de Hacienda forma parte de un gobierno tripartito. ¿Le cuesta mucho trabajo el lograr que sus compañeros sean disciplinados a la hora de ejecutar sus respectivos presupuestos?
-La verdad es que la idea primordial es buscar un equilibrio entre la gestión de las distintas área que conforman el Gobierno de Melilla. Por supuesto, no es lo mismo que en un Gobierno monocolor donde existe, de entrada, una disciplina de partido que se debe cumplir como primer objetivo. Al final, todos conseguimos ponernos de acuerdo y todo ello se consigue a base de diálogo y consenso, donde como es lógico, cada grupo político no tiene más remedio que ceder en beneficio del interés común que es el Gobierno de todos los melillenses. Al principio, la verdad, cuando se decidió en el mes de marzo y durante dos meses realizar una importante contención en el gasto, nos costó un poco de trabajo, pero también es entendible. Tengamos en cuenta que cada consejero quiere cumplir con los compromisos que tiene dentro de sus competencias, por poner un ejemplo, reciben presiones por parte de empresas o de entidades que quieren cobrar sus actuaciones o los convenios. En definitiva, cada consejero quiere dar cumplimiento a todas las obligaciones que tiene.
-¿Qué medidas se incluyen en estos presupuestos de 2020 para rebajar la desigualdad existente en Melilla y ayudar a las familias que están en al borde de la exclusión?
-El Gobierno tiene previsto en estos presupuestos y así ya se han puesto en marcha un conjunto de medidas para ayudar a los empresarios, a los autónomos y también las familias que están pasándolo mal en estos momentos. Un Plan de ayudas que alcanzan los 31 millones de euros.
A través de Promesa queremos la formalización de acuerdos de formación y prácticas donde las empresas tendrán un papel fundamental. Queremos que los cursos de formación vayan dirigidos, de verdad, a las verdaderas necesidades que demandan las empresas de Melilla y no, como ha sucedido en otras ocasiones, a empleos que al final no encuentran salida en nuestra ciudad. Les voy a poner un ejemplo, en esos cursos de formación queremos que los desempleados se preparen para puestos de trabajo en panaderías y pastelerías. Porque cuando se han querido buscar trabajadores en estas ramas no han tenido más remedio que traerlos del otro lado de la frontera porque en Melilla no hay especialistas. Por supuesto, luego con períodos de prácticas en las empresa y el compromiso de las mismas de ofrecerles luego un puesto de trabajo al acabar el período de las prácticas. Anteriormente iban separados y ahora queremos que el Plan de Formación y el Plan de Inserción Laboral sean uno solo.
Destacaría asimismo que desde la Empresa Municipal de la Vivienda igualmente se han establecido un conjunto de ayudas sociales muy importantes para rebajar el impacto del COVID en relación con los alquileres. Sin dejar de lado, que determinadas partidas que no tendremos que utilizar debido a la puesta en marcha del Ingreso Mínimo Vital las podremos redirigir para la formación y más ayudas sociales.
-De todas maneras debe tenerse en cuenta que presupuestariamente Melilla es un Ayuntamiento y que al final debe existir equilibrio presupuestario y no está permitido el déficit.
-Desde luego va a resultar algo muy complicado en las actuales circunstancias. Por esta razón no nos quedó más remedio que financiar las ayudas a las empresas con fondos externos a las propias cuentas públicas, ya que con dinero propio sería absolutamente imposible. Estuvimos buscando todas las opciones posibles pero vimos que estaba fuera de nuestras posibilidades. Partíamos de unos cálculos de unos 50 millones de falta de ingresos y además los presupuestos tienen una gran parte que están comprometidos desde el minuto uno y nada más que disponibles existían unos 60 millones de euros.
-Sin embargo, también han dado cuenta de la disponibilidad de unas cifras muy importantes para poder inyectar en la economía melillense en los próximos meses.
-En el plan establecido para cuantificar todas las partidas destinadas a intentar mejorar la situación de Melilla y los melillenses como consecuencia de la crisis del COVID-19 que todavía no ha finalizado la cifra final es de 130 millones de euros. Ahí hemos incluido las cantidades que se van a recibir de Madrid, tanto del fondo extraordinario no reembolsable como de los convenios comprometidos de este año, al igual que los créditos solicitados a las entidades bancarias.
Un aspecto que igualmente quiero destacar es el gran esfuerzo que se está haciendo por parte de la Consejería de Hacienda para mantener un buen pulso en el capítulo de pago a proveedores. Un esfuerzo porque no podemos olvidar que las empresas también lo están pasando mal y como he dicho antes, la Ciudad es la primera empresa de Melilla y el motor en gran parte de su economía.
-En próximas fechas usted va a ser elegida presidenta del Consejo de Administración de Promesa.
- Desde la dimisión del anterior presidente nos encontramos en una etapa de transición y para finales de mes se convocarán los órganos de Promesa para ser ratificada como máxima responsable de esta sociedad municipal que debe ser clave para la recuperación económica de nuestra ciudad.
-Antes me ha explicado el objetivo que tenían de unir los planes de formación y de inclusión laboral de las empresas. ¿Entiende que Promesa debería tener otro enfoque distinto en estos momentos?
-Durante ocho años estuve como consejera de la sociedad y algunas de nuestras ideas se llegaron a poner en práctica, pero nunca se ha logrado esa dualidad de la que le hablé antes donde se conjugaran ambos apartados. De todas maneras, le debo reconocer que Promesa es una de las sociedades públicas que mejor ha funcionado a lo largo de los últimos años, pero nunca se ha coordinado de verdad la formación con la empleabilidad. La prueba la teníamos en que había personas que llegaron a realizar cuatro o cinco cursos y al final no conseguían encontrar un trabajo a pesar de la mejora formativa que habían recibido.
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