Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.
Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios. una de las dos Españas ha de helarte el corazón.
He querido empezar con estos versos de D. Antonio Machado, porque conservan su actualidad . Las dos Españas en estos tiempos de pandemia se ha radicalizado ferozmente. Los medios de comunicación son ellos mismos reflejo de la actualidad no por lo que informan si no por su intencionalidad, como dice Pepa Bueno de la Cadena SER: “Junto a las fronteras se han levantado trincheras partidistas dentro de las cuales todo vale. Así, el ingreso mínimo la renta básica, que reivindica hasta el Papa Francisco, en España se convierte en la prueba irrefutable de que nos gobiernan comunistas de la guerra fría soviética o la guerra caliente bolivariana, O se difunde que se van a expropiar viviendas particulares o nuestro dinero en el banco, aterrorizando gratuitamente a las personas mayores. O la última barbaridad de Vox, que dice que se está practicando “una eutanasia feroz en las residencias” (donde más persona mayores han muerto – tristemente- ha sido en la Comunidad de Madrid donde gobiernan a los que han apoyado ellos.
La lucha canalla por destruir al adversario puede ser que esté llevando a España a un callejón sin salida y no tengamos que decir con Quevedo:
Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes ya desmoronados de la carrera de la edad cansados
por quién caduca ya su valentía.
Creo que hay mucho inconsciente suelto que no se da cuenta de la gravedad de la pandemia sanitaria y económica que sufrimos todos los españoles. No es la hora del reproche, sino de afrontar los problemas desde la unidad y cumplir cada uno de nosotros con nuestro es fuerzo solidario. Si no miramos con valentía los muros de nuestra patria se derrumbarán y entonces vendrán los “salva patrias” a dividirnos y encerrarnos en dos vallas. Los buenos y los malos, practicando el maniqueísmo grosero que ya padecimos durante cuarenta años. Porque estos siempre hablan de su España unida, fuerte, grande tal como a ellos les viene bien para aplastar a los que no piensan como ellos. Decía Shakespeare: “Excelente cosa es tener la fuerza de un gigante, pero usar de ella como un gigante es propio de un tirano”.
Esta reflexión en clave nacional, la voy intentar concretar en nuestra ciudad. La división o dos vallas del gobierno local con la delegación del gobierno, los dos gobiernos locales que tenemos, los dos Psme-Psoe, la dualidad de la oposición del PP, etc., está llevando a esta ciudad a un callejón sin salida.
La incomunicación de la Presidencia de la Ciudad y la Delegación del Gobiernos es más que manifiesta, hasta reconocida por el consejero Mohand que está en la doble valla, unas veces es del gobierno local otras veces es el portavoz de su amiga la delegada. Desmiente al gobierno al de que pertenece y actúa como si su cargo fuera no perteneciera al mundo real, es decir el que le paga. En dos días ha dado dos ruedas de prensa para que se sepa que su “yo socialista” es su yo personal. No he visto sus propuestas de partido de izquierdas, si he visto su protagonismo desmedido. Todo lo ha hecho él, hasta lo de la plaza de toros, pues si es verdad que todo lo hace coma la comida que sirven en el Centro de Día y verá que no se van a curar.
Después de un mes de sonada ausencia han salido los socialistas en tromba de ruedas de prensa para justificar su mala conciencia. Falta Vizcaíno. Las dos oradoras dejaron claro sus planteamientos buenistas y sin ningún compromiso de resolver los problemas reales de los melillenses. Sí dijo Gloria Rojas una frase enigmática: “Después del Covid hablaremos de todo”. En ese todo cabe un cambio del gobierno local con el PP, eso se lo piden algunos “socialistas” y en el propio grupo, tres cuartas partes, lo apoyan. Están hartos de CpM, porque no entienden que les duplique en escaños. Pero la verdad es que comprendo sus disputas con los cepemistas, estos no han sabido trabajar en un gobierno de coalición como tampoco sabe Podemos a nivel nacional, pero estos por su política ideologizada. En Melilla ninguno de los que conforman el gobierno sabe de ideología, de interés de clase. La derecha sí sabe cuál es su interés de clase: hacerse con el poder como sea. La gente que no se muestra como es, es tremendamente peligrosa. Yo no milito en nada, mejor dicho, sí milito en el desencanto.
En Melilla hay que sentarse todos para hacer un programa económico de reconstrucción de la Ciudad. Todos lo saben, pero no se sientan a construir un futuro próspero. Que no espere nadie que alguien venga salvarnos, nos tenemos que salvar nosotros con nuestro esfuerzo. Hagamos que la sensatez sea nuestra mayor radicalización en este mundo de ignorantes y traspasemos la doble valla.
Esto no nos ocurriría si tuviésemos un auténtico es estatuto de autonomía y pudiéramos convocar elecciones locales.
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