La Guardia Civil investiga a dos personas, varones de nacionalidad española, naturales y residentes en la ciudad, por supuestos delitos contra la salud pública, al dispensar medicamentos veterinarios sin ningún tipo de control.
La actuación se inició en mayo en la Aduana de Beni-Enzar, al fiscalizar la Guardia Civil en su faceta de Resguardo Fiscal del Estado una furgoneta con placas nacionales, y ocupada por dos personas, que en esos momentos se disponía a pasar hacia Marruecos.
Al iniciarse el reconocimiento y exponer sus ocupantes que no tenían nada que declarar, el guardia civil actuante se apercibió del hallazgo de “una caja y una bolsa” en el habitáculo del ocupante, que le infundió sospechas, solicitando su apertura.
Tras la misma, se comprobó que portaba medicamentos, en una cantidad de notoria importancia, indicando la persona “que se trataba de insecticidas para la agricultura”.
Intervenidos los productos, resultaron ser medicamentos veterinarios destinados, entre otros, a animales de las razas caprina y ovina, que requieren para su venta, entre las estrictas medidas de seguridad que regula este tipo de comercio, la previa dispensación facultativa veterinaria, y también el posterior control de esos animales a los que se les ha suministrado.
Esto se debe a que uno de los principios activos que lo componen, la “colistina”, que se utiliza para combatir infecciones causadas por ciertas bacterias resistentes a la medicina humana, requiere de esos controles para el posterior consumo humano, siendo peligroso el mismo, caso que se hubieran alterado o vulnerado las condiciones de administración, posología y tiempos que regulan la eliminación de esos principios activos en el organismo de dichos animales.
Más productos
Tras la intervención de los medicamentos en la frontera, la investigación llevada a cabo por la Guardia Civil ha dado como resultado el hallazgo de más productos en el interior de un establecimiento abierto al público, donde se dispensaban alimentos y que carecía de las correspondientes autorizaciones y dirección facultativa para la venta de ese tipo de medicamentos veterinarios, que debe estar sujeta a estrictos controles de seguridad en todo su proceso, desde la fabricación hasta su administración a animales enfermos.
La investigación ahora ultimada ha contado con la colaboración del Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza de la Comandancia).
A disposición judicial
Las dos personas han pasado a disposición judicial en calidad de investigados, como supuestos autores de un delito contra la salud pública. El negocio que regentan está ubicado en las inmediaciones de la aduana de Beni-Enzar, donde se dispensaban los medicamentos sin ningún tipo de control, con antecedentes de casos de análoga naturaleza.
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