Una de ellas cuenta con un dial como el de los teléfonos antiguos y la otra teclea con un punzón l Son piezas cedidas por Miguel Gutiérrez.
Dos máquinas de escribir del siglo pasado sin teclado son las piezas del mes de las Peñuelas. No es que estén rotas, sino que cuentan con un sistema de teclas diferente al que se suele ver en estos aparatos que permitían escribir rápido hace varias décadas. Una de ellas tiene una rueda o dial, como el que tenían los teléfonos antiguos y la otra, cuenta con un punzón para teclear el texto. La consejera de Cultura, Simi Chocrón, fue la encargada de presentar estas dos piezas que durante varias semanas estarán en un lugar destacado del museo de Arqueología e Historia de Melilla La Vieja.
Chocrón aseguró que el objetivo de esta actividad es que los melillenses se animen a subir a El Pueblo y visitar los museos de la ciudad. Además, este mes se hace un claro homenaje al patrimonio industrial melillense a través de la exposición de estas dos máquinas de escribir.
La titular de Cultura agradeció a Miguel Gutiérrez, profesor, catedrático de Tecnología de la ciudad y perito Mercantil e Industrial que haya cedido estas dos piezas al museo para que todos los melillenses puedan conocerlas.
Para que los melillenses comprendan bien el funcionamiento de estos dos aparatos, se ha creado un vídeo explicativo que se proyecta de forma continuada en la sala en la que está la muestra.
Las piezas del mes
Una de las másquinas de escribir expuestas es americana y fue fabricada en Nueva York por la marca Lambert. Esta compañía comenzó su producción en 1896, aunque el modelo que hay en el museo data del 1902.
Fueron patentadas por el francés Frank Lambert. Cuenta con 84 caracteres que recuerda a los diales de los primeros teléfonos fijos que había en las casas. Se trata del único teclado formado por una sola pieza. La persona que escribía con ella apretaba una letra y todo el teclado se desplazaba para imprimir este carácter en el papel.
La segunda de las máquinas de escribir es un modelo alemán de la marca Mignon. Data del 1925 y entre todas las fabricadas por esta compañía sobresale por ser una de las máquinas de escribir de índice más famosas y utilizadas de la historia.
El doctor Friedrich von Hefner-Alteneck fue el responsable del diseño de esta máquina. Un punzón operado por una mano izquierda sobre la plantilla busca la letra deseada. Estas teclas están conectadas a un cilindro en el que están todos los caracteres que se desplaza hacia abajo para marcarlos en el papel.
La Consejería de Cultura y Festejos es la máxima responsable del patrimonio industrial de Melilla, por ello cuenta con varias medidas para proteger este rico legado de la historia. La ciudad participa en el Plan Nacional de Patrimonio Industrial, siendo el Cargadero del Mineral la pieza que goza de la máxima protección de este este organismo.
Un ánfora o una escafandra inglesa son algunas de las piezas que ya se han expuesto este museo a través de esta iniciativa de la Consejería de Cultura.
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