Dos agentes de la Guardia Civil resultaron lesionados ayer tras producirse una avalancha en el puesto fronterizo de Barrio Chino, según informaron a El Faro fuentes de este Cuerpo.
Uno de los guardias sufrió un esguince “en un dedo de la mano”, mientras que el otro padece “un esguince de tobillo”.
De acuerdo con la fuente consultada, el agente cuya mano quedó dañada “causará baja” de forma temporal a causa de esa lesión. En cuanto a su compañero, su permanencia de servicio dependerá “de cómo evolucione” el estado de su tobillo.
La misma fuente explicó que las avalanchas se producen cuando las personas que se dedican al comercio atípico “quieren entrar al mismo tiempo en Marruecos para intentar volver a Melilla lo antes posible”. Así, al tratar de “colarse” unos ante otros, se forman “embudos” que derivan en avalanchas como la de ayer, que tuvo lugar “algo más tarde de las 11:00 horas”.
Más tránsito de personas
La fuente consultada afirmó que “la baja para el servicio” de uno de los dos guardias lesionados “es un perjuicio para la unidad”, puesto que se acercan fechas en las que se prevé un mayor tránsito de personas por los puestos fronterizos a causa “del Ramadán, la Operación Paso del Estrecho y las obras en Farhana”, entre otras situaciones.
Otras avalanchas
El pasado 27 de abril, otra avalancha en Barrio Chino causó lesiones en la rodilla a un agente de la Benemérita, mientras que el 18 de enero otros dos guardias fueron agredidos por un porteador con uno de los patinetes utilizados para el transporte de mercancías.
El Faro contactó ayer asimismo con la Comandancia de la Guardia Civil para recabar información sobre la avalancha. Sin embargo, a las fuentes consultadas “no les constaba” el suceso ni las lesiones de los dos agentes.
“Barrio Chino no está en condiciones para los guardias”
Fuentes de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) indicaron ayer a El Faro que el paso fronterizo de Barrio Chino “no está en condiciones para que los guardias trabajen”, por lo que abogan por su “cierre” y que se lleve a cabo un acondicionamiento con el fin de conseguir un tráfico más fluido de personas. Además, indicaron que ese trabajo deberían hacerlo guardias de seguridad.
Según esta asociación del Instituto Armado, es necesario “ensanchar los carriles”. Asimismo, plantearon que se habiliten en ese puesto fronterizo “más entradas hacia Marruecos”y que los mismos accesos “no tengan más cabida que una o dos personas”. Afirmaron que la solución “no es poner a un guardia con una porra”, sino que “hay que encauzar al personal”. Si no se llevan a cabo estas reformas, se facilita que ocurra “un efecto embudo”, al aglomerarse multitud de personas en un mismo lugar cuando todas ellas tratan de cruzar.
“El desorden es inmenso”, añadieron desde la asociación. “Hay barro cuando llueve y polvo los días de calor”.
La misma fuente añadió que muchas personas que participan en el comercio atípico sufren “falta de hidratación”, así como “mareos”. Asimismo, subrayó que hay “mujeres embarazadas que cargan pesos que no pueden cargar”, además de personas muy mayores.
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