Es el resultado del estreno del programa ‘Educando en Justicia’ en el que los alumnos de 2º de Bachillerato simularon el juicio de un caso real: un robo con fuerza y lesiones en una tienda de ropa. “Con la venia señoría...”
Dos alumnas del colegio Nuestra Señora del Buen Consejo fueron “condenadas” ayer a un año de libertad vigilada y tareas socioeducativas por los delitos de robo con fuerza y lesiones a la dependienta de una tienda de ropa. No hay motivos para que cunda el pánico. Sólo fue un caso real que los alumnos de 2º de Bachillerato del centro educativo simularon en la Sala de Vistas número 7 en los juzgados de Melilla. Se trata de la primera experiencia en la ciudad del programa ‘Educando en Justicia’ que culminó ayer con la simulación de un juicio en el que los estudiantes han estado trabajando en las últimas semanas.
Vestidos con sus togas correspondientes, jueza, fiscal, defensa y secretario judicial se colocaron en sus respectivos lugares en el estrado. En la primera fila, las acusadas, Inmaculada Mariño y Reyes Aguirre, que interpretaron con solvencia sus papeles. Detrás, sus compañeros, que respetaron en todo momento el silencio en la sala. Fuera esperaba la víctima, la dependienta de la tienda de ropa agredida, y los testigos, un guarda jurado y un cliente del establecimiento que vio cómo sucedieron los hechos objeto del juicio.
Testimonio de las acusadas
Comienza la vista oral con el interrogatorio a las acusadas. Los alumnos siguieron escrupulosamente la estructura del juicio y respetaron los turnos de palabra entre el Ministerio Fiscal y la defensa otorgados por la juez.
La víctima y los testigos
Las dos acusadas relataron al tribunal que entraron en la tienda de ropa sin ánimo de comprar ninguna prenda y negaron tajantemente que intentaran marcharse del establecimiento con un pantalón y tres camisetas en una bolsa marrón. Muy profesionalmente la fiscal mostró la citada bolsa en la sala e inquirió a las acusadas sobre la pelea que se produjo con la dependienta de la tienda que las interceptó en la puerta, cuando se disponían a salir a la calle con el botín.
La defensa fue muy perspicaz con la dependendienta agredida, Cristina Nin, de quien aseguró había tenido una actitud “agresiva” con sus clientes. La responsable de la tienda relató cómo las acusadas la tiraron al suelo y la dieron varias patadas. Mientras que la defensa puso de relieve con sus preguntas que la testigo nunca vio a las dos jóvenes coger las prendas que supuestamente habían robado. Seguidamente, comparecieron el resto de testigos, una cliente que vio lo sucedido y el guarda jurado de la tienda que socorrió a su compañera de trabajo.
Ambos corroboraron la versión de la víctima aunque no aportaron nuevos datos de relevancia.
Por último, un experto del equipo técnico del juzgado, que previamente había evaluado a las acusadas, desaconsejó en la sala de vistas el internamiento de ambas en un centro de reforma, aunque sí recomendó tomar medidas contundentes, que sirvieran de escarmiento, complementadas con servicios a la comunidad o actividades socioeducativas.
La sentencia ‘in voce’
La juez dio paso a los alegatos finales de la Fiscalía y la defensa, para proceder a dictar sentencia ‘in voce’, que fue la condena a doce meses de libertad vigilada y actividades socioeducativas.
Así concluyó el simulacro que los jueces realizan en la Escuela Judicial de Barcelona una vez superadas las oposiciones. Según explicó el juez decano de Melilla, Emilio Lamo de Espinosa, todos los magistrados realizan estos simulacros continuamente como parte de su formación para luego impartir justicia en sus salas. Lamo de Espinosa agradeció a los estudiantes su esfuerzo en esta actividad, teniendo en cuenta que en el día de ayer, antes del juicio, habían realizado uno de los examenes finales, antes de afrontar uno de los retos más importantes de estos alumnos: Las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU).
En la sala de vistas también estuvo presente el director provincial del Ministerio de Educación (ME), José Manuel Calzado, que con otros miembros de su equipo siguieron atentamente el desarrollo del simulacro del juicio.
Justicia, Sanidad y Defensa, como salidas profesionales
El director provincial del Ministerio de Educación (ME), José Manuel Calzado, se mostró muy satisfecho con el resultado de la experiencia piloto del programa ‘Educando en Justicia’. Además de tener por objetivo dar a conocer la Administración de la Justicia a los jóvenes estudiantes de la ciudad, Calzado dijo ver en esta iniciativa una meta que desde la Dirección Provincial se ha marcado: Ofrecer orientación profesional a los estudiantes que pronto tendrán que elegir una carrera universitaria o de Formación Profesional. Calzado afirmó que esta iniciativa permite a los alumnos conocer de primera mano cómo es el día a día de abogados, fiscales y jueces para, quizá, despertar la vocación en algunos de los preuniversitarios.
Con esta misma intención, el director provincial aseguró contar con el interés de otros estamentos e instituciones locales para realizar actividades de este tipo como, por ejemplo, Defensa y Sanidad.
Por último, afirmó que el próximo curso trabajarán este programa ‘Educando en Justicia’ con el resto de institutos de Melilla, principalmente para los alumnos de Bachillerato, aunque no se descartan los últimos cursos de la ESO.
Educando en Justicia se muda a Estados Unidos
Este programa se ha aplicado con éxito en quince comunidades autónomas, según destacó ayer el juez decano de Melilla, Emilio Lamo de Espinosa. Tal es así que el modelo ya se ha exportado a Paraguay, Panamá y Colombia y próximamente se implantará en Estados Unidos.