La Casa de Ceuta en Melilla celebró ayer sus 20 años de historia. Pero fue algo más que un evento de una entidad social, ya que supuso el firme reflejo de cómo las dos hermanas han sabido modernizarse, evolucionar y asomarse al resto de comunidades como puntos modernos, turísticos, dignos de ser visitados. Hay que poner en valor ambos territorios porque lo tienen. La realidad que muestran al visitante las dos ciudades autónomas no es ni por asomo la de hace años, cada vez se nota más los avances en detrimento de los retrocesos. Es un hecho que se puso de manifiesto en el encuentro celebrado ayer en Melilla al que asistió no solo la cúpula del gobierno hermano sino, también, por parte de Ceuta, el máximo representante en Turismo, Emilio Carreira, y la de Festejos, Rocío Salcedo. Ceuta y Melilla tienen vínculos históricos, sentimentales, geográficos que las unen y las marcan como esas dos ‘bellas desconocidas’ para muchos que aún no saben lo que hay a este lado, los encantos y la luz solo registrada en unos lugares que enganchan y que son mucho más que la imagen que de ambas se difunde en la Península.