Categorías: Tribunales y Justicia

Dos amigos, acusados de robo con violencia porque querían tomarse unas ‘cervecitas’

El propietario del autoservicio dijo que no llegaron a llevarse las latas de cerveza y pidió la absolución.

Dos amigos se encontraron una noche en la playa del Hipódromo. Uno de ellos estaba pescando en la bahía y decidió ir a compar “unas cervecitas” para invitar a un amigo con el que se había encontrado. Ahora están acusados de un delito de robo con violencia, pues el propietario del autoservicio donde entraron a comprar les denunció por llevarse las latas sin pagar e incluso hacer amago de sacar una navaja o un cortasedal. En el juicio que se celebró esta semana en la sala de vistas del Juzgado de lo Penal número dos de Melilla no quedó clara la naturaleza del supuesto arma y el propietario concretó que finalmente no se llevaron las ‘cervecitas’ sin pagar. El caso quedó visto para sentencia.
Uno de los acusados aseguró que compró las bebidas, las pagó y se marchó a la playa, donde le esperaba su amigo. Fue en ese momento cuando unos agentes de la Policía Nacional les detuvo. Aseguró que no llevaba encima ninguna navaja y sí un cortasedal, uno de los útiles que utilizan los pescadores habitualmente. El segundo de los acusados aseguró que no acompañó a su amigo al autoservicio, sino que le esperó en la playa y que fue detenido sin saber el motivo.
La declaración del propietario del establecimiento no fue muy esclarecedora, pues afirmó que ambos acusados entraron a la tienda, quisieron llevarse unas latas de cerveza, supuestamente escondidas en el bolsillo del pantalón, pero luego afirmó que las dejaron en la tienda. Si fue todo un malentendido o no, será ahora el juez quien dictamine si los hechos han quedado probados.

Una 2º oportunidad para los acusados

El propietario de la tienda compareció a través de videoconferencia y reconoció a los acusados como las dos personas que entraron a la tienda en mayo de 2011 para comprar unas cervezas, pero desde el primer momento insistió en que ambos “han cambiado mucho”.
El testigo aseguró que ese cambio no era de naturaleza física, sino que, según le habían contado, el cambio era comportamental. “Ahora quieren hacer las cosas bien y son buenas personas. Creo que merecen una segunda oportunidad, señoría”, afirmó, dirigiéndose al juez.

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