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Dormir bien, una facilidad para algunos melillenses y una pesadilla para otros

Este 15 de marzo se celebra el Día Mundial del Sueño. Una efeméride creada por iniciativa de la comunidad médica vinculada a este área de investigación con el objetivo de prevenir y manejar los trastornos del sueño, además de poner en valor los beneficios que tiene para la salud y el bienestar de las personas.

Cada año, la Asociación Mundial de Medicina del Sueño y otras entidades promueven este día, ya que numerosos estudios realizados en este ámbito han demostrado que dormir bien está directamente relacionado con tener una mejor calidad de vida.
A pesar de ello, el ritmo de vida frenético que llevamos en la actualidad no siempre permite tener un sueño reparador. La mayoría de personas no logran descansar lo suficiente. Se estima que un adulto debería dormir una media de entre 7 y 8 horas diarias para un buen funcionamiento del organismo.

El insomnio es una de las afecciones más comunes en la sociedad actual, y es que este trastorno del sueño afecta hasta una tercera parte de la población mundial. Las largas noches en vela, el sinfín de pensamientos volando hasta altas horas de la madrugada o la desesperación al no poder conciliar el sueño no son las únicas consecuencias que derivan de este trastorno, sino que pueden derivar en problemas mucho mayores.

A pesar de que este es un problema muy extendido, aunque a veces no muy comentado, parece que entre los encuestados por este diario no hay problemas de sueño. Algo por lo que muchos se sienten muy afortunados.

"Yo duermo como un bebé. No tengo problemas de sueño, menos mal", comentó a El Faro Laura. Esta melillense asegura que no se ha parado a pensar en la suerte que tiene de poder dormir "estupendamente" todas las noches. "Es que duermo tan bien, que no había pensado que hay gente a la que le cuesta dormir. Lo veo algo súper normal", destaca.

Laura comenta que ella suele dormirse nada más se tumba en la cama. Además dice que da igual el café que haya bebido, si se ha dormido siesta o si hay ruido. Ella cae super pronto.

Es una situación muy parecida a la de Juan, otro melillense que ha hablado con este diario. En su caso, dormir también se debe a lo cansado que está por las noches.

"Yo es que trabajo tanto y estoy de un lado para otro todo el día que cuando me tumbo en la cama caigo rendido", comentó. Además este melillense afirma que suele dormirse todos los días a la misma hora, ya que suele despertarse muy temprano por la mañana. "Yo entro a trabajar a las siete de la mañana y me levando cuando todavía no hay ni luz, entonces es que a las diez de la noche ya tengo un sueño que me caigo", añade.

Pero no todo el mundo tiene la misma suerte. También hay melillenses a los que les cuesta poder desconectar y descansar un poco más. Es el caso de María, que reconoce que al haber sido madre siempre está alerta. "Yo es que hace poco que he tenido un bebé así que nunca duermo. Aunque mi hija esté dormida y no hago ruido, yo siempre tengo un ojo abierto y un oído atento", reconoció. Aún así confiesa que nunca ha tenido mucha facilidad a la hora de conciliar el sueño en profundidad y que la maternidad no ha hecho más que agravar su problema.

Efectos del insomnio

Los efectos más comunes en el día a día que derivan del insomnio son la disminución de la concentración, la falta de energía física, los cambios de humor frecuentes y una mayor irritabilidad. Estos síntomas son especialmente comunes en el insomnio agudo, el cual viene asociado a picos de estrés o problemas personales y que al final, se terminan resolviendo. Sin embargo, el 60% de estos casos tienden a convertirse en insomnio crónico y las consecuencias pueden ser mucho peores.

Estamos ante un mayor riesgo de sufrir enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades cardíacas o trastornos severos del estado de ánimo. Para entender el insomnio hay que tener en cuenta que influyen diversos factores como el estrés, el consumo elevado de café o alcohol, preocupaciones personales, una dieta inadecuada o el cambio estacional.

Por otro lado, el cuerpo humano se va adaptando a los cambios de estación lo que hace que en invierno necesitemos más horas de sueño y menos en verano. En este sentido también afecta el cambio de hora, puesto que hay más horas de claridad y los termómetros comienzan a subir.

Además de todos estos problemas mencionados anteriormente, la Asociación Mundial de Medicina del Sueño menciona los principales tipos de trastornos relacionados con este problema. Entre ellos destaca:

  • Apnea del sueño: alteraciones en la respiración que perturban la fase de sueño profundo.
  • Insomnio: dificultad de conciliar el sueño.
  • Narcolepsia: fatiga extrema o trastorno crónico del sueño durante el día.
  • Síndrome de las piernas inquietas o enfermedad de Willis-Ekbom: necesidad de mover las piernas al intentar conciliar el sueño, acompañada de sensaciones de hormigueo, ardor y picazón.

Consejos para combatir los problemas de sueño

Para ganarle la batalla al insomnio esta primavera, la marca de complementos alimenticios y de cuidado holístico Kneipp propone una rutina de autocuidado que empieza por cambios tan sencillos como establecer una rutina de sueño en la que todos los días nos vayamos a dormir y despertemos a la misma hora, cuidemos nuestra alimentación, evitemos ingerir alimentos antes de dos horas de ir a la cama, limitemos la ingesta de cafeína y alcohol y nos apoyemos en complementos alimenticios como la Gama Sueño de Kneipp.
En este sentido, la asociación del sueño también propone unos consejos útiles.

  • El primero de los consejos aunque resulte muy obvio es ponerse en manos de un especialista. Los trastornos del sueño pueden tratarse y prevenirse. Sin embargo, la mayoría de afectados no buscan ayuda.
  • Establecer un horario fijo de sueño y cumplirlo cada día
  • Usar ropa cómoda y fresca a la hora de dormir, además de comprobar que la habitación tenga una temperatura agradable.
  • Evitar que las siestas, en el caso de hacerlas, sean demasiado largas.
  • Evitar comer o hacer ejercicio físico antes de dormir.
  • Es muy importante no beber café, té, chocolate o alcohol al menos seis horas antes de irse a la cama.

A todos estos consejos, el Instituto Europeo del Sueño añade que es importante no utilizar aparatos electrónicos como la televisión o el teléfono móvil justo antes de irse a la cama, ya que estos estimulan cognitivamente el cerebro. Leer un libro o escuchar música relajante sería una buena alternativa para lograr descansar mejor.

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