Melilla ha registrado cuatro donaciones de órganos en lo que va de año, la última el pasado lunes tras el fallecimiento de un joven melillense. La donación permitirá, con mucha probabilidad, que un corazón, un hígado, dos riñones y un par de córneas puedan servir para salvar vidas humanas o mejorar las de enfermos y pacientes necesitados de un transplante.
La enumeración de los órganos vitales puede parecer fría pero es tan valiosa como solidaria y generosa es la actitud de los familiares del joven fallecido.
No es la primera vez, tal cual señalamos, que una familia melillense es capaz de un acto de tamaña generosidad en momentos tan graves y delicados como los que provoca la muerte de un ser querido. Nuestra ciudad, proporcionalmente, se distingue por su mayor porcentaje de donaciones, lo que unido al buen trabajo de la Unidad de Trasplantes del Comarcal ya ha hecho posible que en este mismo año se hayan llevado a cabo con éxito varias operaciones.
Apreciar la conciencia cívica, el carácter desprendido, el gesto solidario que una donación así supone, es necesario y forma parte de ese enorme agradecimiento que merecen los familiares de este último y joven donante.