El vehículo quiso entrar en Melilla a toda velocidad a través del paso de Farhana. La rápida actuación de la Policía Nacional cerrando la verja evitó que pudieran entrar en España.
La presión migratoria en la frontera de Melilla se ha disparado en los últimos dos días, después de varias semanas sin que se produjera ningún intento de entrada en la ciudad.
En apenas doce horas han llegado a 18 inmigrantes de origen subsahariano a la costa local, mientras que las fuerzas policiales de Marruecos y España han abortado otras dos entradas, una por vía por marítima y otra por el puesto fronterizo de Farhana, en el que doce personas intentaron burlar los controles policiales pasando con un vehículo a la carrera.
Fue éste último intento el más relevante de la jornada de ayer. Según informaron a El Faro fuentes de la Delegación del Gobierno, los hechos tuvieron lugar a las 7:30 horas aproximadamente.
En ese momento, una furgoneta se acercó a toda velocidad al puesto de control de la Policía de Marruecos de la frontera de Farhana, saltándose todas las medidas de vigilancia ante las voces de alto de los agentes.
Alertados por lo que estaba ocurriendo, la Policía Nacional que operaba en el lado español de la frontera cerró de inmediato la verja de acceso a vehículos, ante lo cual la furgoneta paró en seco, quedando en territorio marroquí.
No obstante, siete de los doce inmigrantes subsaharianos que iban en su interior bajaron del vehículo e intentaron llegar corriendo hasta la zona española.
Sin embargo, la colaboración entre las fuerzas policiales de ambos países evitó su objetivo, por lo que los siete subsaharianos que habían huido, los cinco que permanecieron en la furgoneta y el conductor, un varón de nacionalidad marroquí, fueron detenidos y trasladados a las dependencias policiales del país vecino.
El método utilizado para entrar en la ciudad fue bastante inusual, como recalcó el máximo dirigente de la ONG Prodein, José Palazón, quien recordó que desde el pasado verano la mayor parte de las llegadas se han producido por vía marítima.
En cuanto a las que han tenido lugar a través de los puestos fronterizos, lo habitual es que se tratara de vehículos con un doble fondo en el que se ocultaba el inmigrante.
Para encontrar un caso similar este año, habría que remontarse al caso de los 24 inmigrantes subsaharianos que aparecieron de madrugada en el CETI sin que pudiera determinarse cómo habían accedido a la ciudad.
En esa ocasión, tanto Prodein como la Unión Federal de Policía (UFP), opinaron que la posibilidad más factible es que hubieran entrado ocultos en un camión de los que transportan áridos a través del puesto fronterizo de Beni Enzar.
Sin embargo, nunca se llegó a ofrecer una explicación oficial a dicho suceso.
La última vez que fue necesario cerrar la frontera de Farhana por un intento de entrada fue el pasado 13 de junio, cuando tres inmigrantes argelinos fueron detenidos en el lado marroquí al saltarse corriendo los controles de seguridad con la intención de llegar al lado español.
Según Palazón, al otro lado de la frontera podría haber muchos más inmigrantes esperando una oportunidad para poder entrar en Melilla. “Es muy probable que el goteo continúe”, aseguró el máximo dirigente de Prodein.
En palabras del máximo dirigente de la ONG Prodein, José Palazón, este pequeño repunte podría deberse a dos motivos. En primer lugar, recalcó que la paulatina entrada del mal tiempo podría estar acelerando los intentos de pasar a Melilla de los inmigrantes. “Parece que han aprovechado que hacía buen clima para probar suerte, pues hay que recordar que en las últimas semanas ha habido bastantes temporales”, subrayó.
Por otro lado, apuntó que los intentos de Marruecos para enviar a Argelia a buena parte de los inmigrantes que rondan la frontera podrían haber fracasado. “En anteriores ocasiones los dejaban en mitad de la nada para que ellos mismos llegaran andando. Lo más habitual era que abandonaran Marruecos durante un tiempo para recuperarse, pero la situación de Argelia ha cambiado, hay mucha inestabilidad y ha dejado de ser un lugar seguro, por lo que vuelven a encaminarse a la frontera de Melilla de inmediato”, explicó.
Además, afirmó que la crisis económica “no afecta sólo a occidente”, sino que se hace notar en todo el mundo. “La situación de estas personas es cada vez más desesperada, no es de extrañar que la presión migratoria aumente”, agregó. Por último subrayó que en años anteriores por esta época también se habían producido este tipo de entradas.
Después de estas llegadas, el CETI alberga a unas 750 personas aproximadamente, una cifra muy por encima de sus límite de capacidad máxima, establecido en 480.
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