Pese a que los grandes comercios abren durante todo el día, los minoritarios suelen cerrar a la hora de comer, y a las 9 de la noche bajan la persiana en Melilla. El Faro ha salido a la calle para comprobar qué piensan los melillenses sobre los horarios de las tiendas. En la calle, hemos encontrado opiniones variadas.
Hay melillenses que piensan que los horarios están bien, como es el caso de Rabia. Ella cree que los establecimientos comerciales tienen un buen horario, aunque le gustaría que no cerraran tan temprano por las tardes. Esta mujer no puede salir por las mañanas a comprar porque tiene que llevar a su hijo al colegio y hacer la comida para cuando vuelva a casa.
Por las tardes, dice, en verano le gustaría salir a hacer unas compras cuando refresca, y no puede porque está todo cerrado. El verdadero problema para ella es la frontera. Durante todo este tiempo que ha estado cerrada, los melillenses no han sido consumidores suficientes para las tiendas, y por eso no abren más horas.
En cambio María, es una melillense que tiene una opinión contraria. Hace tiempo que María no sale a comprar pero hoy se ha animado a ver escaparates. Ella cree que las tiendas deberían abrir más para tener más ventas. "Tal y como están las cosas tenían que tener abierto los comercios". "Siempre hay alguien que va a comprar algo". Eso sí, a ella le parece bien que cierren a la hora de comer para descanso del personal. Para Benaise el problema es el dinero, los horarios están bien. Cuando tiene que ir a comprar algo para sus hijos, se adapta.
Hay que tener en cuenta, la culturalidad de la ciudad según Luis. Este hombre ha explicado a El Faro que muchos comercios son propiedad de musulmanes o de judíos, y que cada uno tiene un día festivo. "En Melilla cada uno sabe ya el horario y cuando tiene que comprar".
Según él, los dueños de las tiendas han tenido que estudiar los horarios en los que va más gente y en los que no para decidir si abrir o no.
Juan Caparrós es uno de los comerciantes con los que ha hablado El Faro, y ha explicado que salvo las grandes superficies, en Melilla todo el mundo cierra a mediodía.
En su joyería no se plantean aumentar los horarios porque los consideran una tontería. Es imposible contratar más personal para cubrir esas horas en las que cierran, porque la mayoría de personas a la hora de comer no sale a la calle a comprar, explica.
En la calle, división de opiniones entre los melillenses que han hablado con el Faro. Para algunos, los horarios comerciales están bien porque se han acostumbrado y nadie va de compras al mediodía. Otros en cambio, aunque respetan el horario de descanso de los dependientes, preferirían que se ampliasen un poco.
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