Opinión

Dimite el director del Imserso de Melilla

Era un rumor a voces, pero no estaba confirmado. El lunes 4 de julio José Ramón Moya Navarrete presentó su dimisión como director del Imserso en Melilla. No fue hasta este jueves 7 de julio que el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, en manos de Unidas Podemos, le aceptó la renuncia. Nos lo confirmó el propio ministerio a través de un escueto mensaje: "Efectivamente, el director ha dimitido alegando motivos personales", contestaron a preguntas de El Faro.

A sus 64 años y con una larga trayectoria en Educación como director del instituto Juan Antonio Fernández y el colegio Mediterráneo, Moya se dio cuenta de que tras la pandemia, que tanto golpeó a las residencias de mayores, se había quedado sin fuerzas y por eso creyó que había llegado la hora de apartarse y dar paso a otra persona que venga con ganas de retomar el trabajo pendiente por hacer.

Bueno, esa es la versión oficial. Moya está cansado y lo ha dejado. ¿Yo me pregunto, se cansó o lo cansaron? Quien busca, encuentra. Por eso sabemos que se cansó porque lo cansaron. Él pedía y proponía, pero nadie le hacía caso. Al no ser militante ni miembro de la Ejecutiva del PSOE ni de Podemos, su condición de independiente lo debilitó hasta que no encontró otra salida que dimitir.

Nombrado por la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, en agosto de 2019, Moya llegó al cargo con muchos proyectos en mente y el objetivo de mejorar la vida de los mayores y trasladar las políticas del Gobierno de España a Melilla.

Sin embargo, no lo consiguió, aunque si admitimos que las protestas frente la residencia de mayores de la ciudad son responsabilidad suya, suyo también debe ser el mérito de la baja mortalidad por covid que hemos tenido en los centros dependientes del Imserso en la ciudad.

Moya deja su cargo después de comprobar que Madrid sigue estando muy lejos de Melilla. Y ese es el motivo por el que hemos visto tantas protestas de trabajadores en la residencia de mayores, donde los sindicatos denuncian que tienen una enfermera para tres plantas.

En ese centro público debería haber tres médicos y el 29 de junio no había ninguno. A día de hoy no sabemos si el problema está resuelto. Deberían tener 168 empleados en plantilla y en estos momentos tienen 24 plazas vacantes en una ciudad con 7.343 parados. También es cierto que están a casi la mitad de su capacidad: solo hay 98 residentes, de un máximo de 160 que podría acoger.

Pero nadie niega que falta personal y que, por tanto, los que están tienen que soportar la carga de las ausencias. La Reforma Laboral impulsada por la ministra Yolanda Díaz les impide cubrir los fines de semana y esto hace que la situación sea mala y además no tenga solución.

Hay quienes creen que Podemos ha dado la espalda a la residencia de mayores de Melilla porque considera que el puesto de Dirección del Imserso le corresponde a ellos, pero al final fue una decisión que tomó el PSOE así que los han dejado que se ahoguen solos y no les han tendido la mano para el rescate.

Fuentes socialistas niegan que detrás del abandono de la residencia de mayores haya una pugna de poder entre Podemos y PSOE. ¡Qué van a decir! Van más lejos asegurando que Gema Torres es un nombramiento de la formación morada.

Si es así, da la impresión de que Podemos no tiene banquillo, porque Torres estuvo con Juan Ángel Berbel en Educación, y luego sustituyó en el SEPE a Rosa López-Ochoa, la ex candidata del Partido Socialista al Senado y al Parlamento Europeo que dejó el cargo abrumada por las quejas de los usuarios que en plena pandemia no podían hacer sus gestiones para poder cobrar la prestación que les correspondía.

La dimisión de José Ramón Moya al frente del Imserso llega un mes después de que Sabrina Moh cesara, supuestamente por orden de Madrid, al socialista Hipólito Aceituno al frente de Muface.

Aceituno llevaba la batuta en el Comité de Garantías del PSOE de Melilla e impulsó un debate sobre Mohamed Mohand, que no prosperó. Quizás por eso, tras su destitución, compartió un tuit pidiendo al Partido Socialista que vuelva a sus orígenes y gane Melilla para el Movimiento Obrero.

Esa falta de ilusión se notó el martes pasado en el Comité regional que no tuvo asistencia suficiente para empezar en primera convocatoria y tuvo que hacerlo en la segunda. Según nos cuentan, allí había menos de 50 personas, pese que se contaba con los miembros de la Ejecutiva (23), el Comité de Garantías (2), diputadas (2), y unas 14 personas fuera del círculo oficial.

La excusa para tapar el desánimo de la militancia no puede ser "Tania (Costa) nos odia y quiere acabar con el PSOE", como se comentó allí. Eso es absurdo. Una sola persona no tiene poder para acabar con un partido con 100 años de historia y, en mi caso, no es mi intención.

Lo que está acabando con el PSOE es la cascada de ceses y dimisiones en una sola legislatura, señal de que las listas  y los nombramientos de cargos de confianza han sido hechos por gente que no estaba preparada para hacer ese trabajo.

Es bueno y deseable que una lista electoral sea diversa, pero más importante es aún que en la lista estén los mejores (y no los más guapos o los más representativos), nos caigan mejor o peor. Es difícil gestionar el talento, pero en eso radica la virtud del líder. Y en eso hay que trabajar de cara a las próximas elecciones. Hay que montar un banquillo serio y, sobre todo, hay que ser modestos, más cercanos y mostrar más inclinación por la austeridad, la humildad y el servicio público.

Lo que está reventando al PSOE de Melilla por dentro y por fuera no es una persona externa al partido, sino la falta de ejemplaridad de los altos cargos y, sobre todo, la falta de ilusión de la militancia.

Y eso no lo digo yo. Eso lo dijeron los socialistas que acudieron el martes a la reunión, donde, por cierto, eligieron el comité de listas para las próximas elecciones.

El PSOE todavía está a tiempo de no hacerlo peor. Para los que amamos y respetamos la democracia, el Partido Socialista es más que necesario porque el espacio que ceda, lo ocuparán los radicales. Hay muchas cosas que se han hecho con cabeza, pero no se han sabido vender. En cambio, las malas se venden solas. La paella o el cese de Mohand, la subvención interruptus de Vizcaíno, las carrera del asesor del Sabrina Moh para colocarse en el Comarcal, los bonos turísticos sin pagar varios meses; la devolución de la subvención para construir un hotel o la inclusión de la hija de Gloria Rojas y del hermano de Sabrina Moh en un espectáculo que paga la Consejería de Cultura, que depende del PSOE.

No se trata de que la joven no pueda trabajar en Melilla. Se trata de que mientras su madre sea la vicepresidenta de Melilla, ella no debería ser contratada con dinero público gestionado por el PSOE. No está bien ni aunque la elija un productor de Noruega. Suena mal y huele peor, se ponga como se ponga Gloria Rojas.

Y esto vale igual para el hermano de la delegada Sabrina Moh, ya que tanto él como la hija de Rojas participaron en el espectáculo de la gala de la Semana de Cine. No soy yo la que le quita la ilusión a los socialistas. Este tipo de cosas es lo que le quita la ilusión a cualquiera.

Compartir

Artículos recientes

Prueba Video Embed DailyMotion

La segmentación geográfica no funciona. Compruebe si la geolocalización IP está habilitada en su cuenta…

1 mes hace

Los Caleros de Ayamonte de Pepe Gámez

En la obra pictórica presente en Melilla de escultor y pintor Pepe Gámez (Melilla, 20…

3 meses hace

Indagando sobre el sentido del temor a la muerte

Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un asunto que nos interpela, casi en igual medida,…

3 meses hace

Percebes

De Galicia al Mediterráneo Si vemos la imagen de una colonia de percebes (Pollicipes pollicipes)…

3 meses hace

Derecho a discrepar

Dedicaba el diario El País dos páginas de su publicación dominical del pasado domingo, 4…

3 meses hace

Verano del tiempo viejo (VII)

Queridísimos; Si algo caracteriza a la señora Díaz Pérez (doña Yolanda, "Yoli", "Yoli O' Trapiño"),…

3 meses hace