Blanca y Sacha son dos perritas que se han quedado solas en Melilla. Ambas fueron adoptadas, pero las personas que se hicieron cargo de ellas se marchan a vivir a la península. Y las mascotas no forman parte de su equipaje. Las voluntarias del grupo Patitas con Corazón tienen constancia de al menos unos veinte casos de abandono de animales que han tenido lugar este verano. De estos, unos diez eran de personas que se fueron a vivir fuera de Melilla y decían no poder llevarse consigo a sus mascotas.
Según cuenta a El Faro una de las integrantes de Patitas con Corazón, María José Ruiz, este tipo de abandono “es muy frecuente” en la ciudad. La voluntaria lamenta que muchas personas no son conscientes de la enorme responsabilidad que conlleva hacerse cargo de un animal. “La gente pone la escusa de que no se puede llevar a las mascotas, pero eso lo tendrían que haber pensado antes de acoger”, sentencia la animalista.
El grupo, formado por siete mujeres que decidieron hace años velar de forma desinteresada por los animales más desamparados, lleva desde el domingo buscando “desesperadamente” un hogar para Blanca y Sacha.
“Esta es una carrera a contrarreloj. Sus dueños se van hoy de Melilla y no tenemos a nadie que se haga cargo de ellas”, expone Ruiz. La activista lamenta que, de no encontrarles un hogar pronto, ambas terminarán en la perrera. “Sentimos mucha impotencia”.
Casas de acogida
Según opina Ruiz, en Melilla hacen falta muchas más casas de acogida. Si hubiera más personas dispuestas a cuidar de los animales mientras se les buscan adoptantes, estos podrían rotar de hogar en hogar sin que la carga recaiga sobre una única persona. “Hay que tener en cuenta que en la mayoría de los casos se tarda bastante en encontrar al adoptante”, señala la voluntaria.
“En la península el tema de la acogida temporal funciona perfectamente porque hay muchas más personas que están dispuestas a colaborar. Nosotras nos sentimos muy solas en el aspecto del cuidado”, explica Ruiz.
Protocolo de Sanidad
El problema que se esconde tras el abandono, sostiene, siempre es la falta de concienciación y de sensibilidad. “Aunque los animales sean abandonados, todos los que acogemos y a los que buscamos adoptantes siguen el protocolo de Sanidad de la Ciudad Autónoma”, aclara Ruiz. Pasan por el veterinario, se hacen las pruebas pertinentes, son vacunados y se les coloca el ‘chip’. Patitas con Corazón intenta dejarlo todo listo para una nueva vida llena de cariño.
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