Diccionario para una pandemia (Tomo VII-II)

AQUÍ y ahora lo único cierto y verdad, es que abril se nos está escapando entre lluvias y ventarrones y todo sigue igual de mal en peor.

La melé con las vacunas alcanza caracteres memorables y ya no sabemos a ciencia cierta a quien toca y a quien no, ir a ponerse el pinchazo.

Pinchazo, el de los denominados "agentes sociales", que rivalizan en decir facecias, ocurrencias y tonteras sobre la realidad que nos circunda, es penoso el espectáculo que vemos entre las ruedas de prensa, las declaraciones solemnes, los comunicados en Twitter y las comparecencias varias de estos “agentes". Así, ¡cómo vamos a "vencer al virus"!

El congreso de los diputados no es otra cosa que una especie de cocido maragato, mal cocinado y peor servido. ¡O tempora, O mores!

En él mientras tanto, entre apedreamientos podemoides a los que osan explicar las cosas de forma distinta a las suyas, exaltaciones a la república de 1931, degradación de la vida colectiva, cierre del parlamento, y chau chau generalizado, van pasando los días, con el personal encerrado y la economía temblando.

Pronto tomará el poder don Manuel Azaña, transfigurado en don Pedro Sánchez, con la ayuda de doña Inés Arrimada y con don Pablo Casado como ministro sin cartera (ni nada), algo así como el inefable don Eloy Vaquero, pero en fisssno.

Vamos

7) Agencia europea del medicamento

Como su nombre indica, es un conglomerado de burócratas localizado por Bruselas, Amsterdam y otros lugares sin romanizar.

De Bruselas ni de Holanda pueden venirnos cosa buena, las tribus allí acantonadas no olvidan los "repasos" que sufrieron otrora, por quienes ellos mismos consideran "gente del sur", no hay más que ver el rostro altivo y desagradable de una señora, Ursula, no sé qué "jefecilla” de los bárbaros.

Pues bien, esta fementida agencia se dedica a llenar de incertidumbre y tribulación a la humanidad doliente y lo mismo secuestra un lote de vacunas, que emite comunicados contradictorios sobre las bondades y perversiones de las vacunas y cosas así.

Como consecuencia de todo ello, el personal se retrae, falta a las citas inoculadoras y el ritmo de la inmunización, que ya iba lento de por sí, se dificulta más.

Seguramente por mi torpeza, no alcanzo a ver los beneficios de la tan mencionada agencia, cualquier día, el personal se va a amotinar y vamos a ver otro "Saco de Roma", de feliz recordación.

8) Mandar a la gañanía

Mi muy dilecto don Manuel Felipe, que me honra con la lectura de estas líneas y con su amistad, me facilita esta entrada.

En efecto, esta expresión era muy propia de mi dulce rincón del Guadalete, se trataba de que los cortijeros con posibles, al ver aparecer a un señorito tieso y con ínfulas, con el fin de "dar el braguetazo" con la hija del susodicho, pronunciaba esta sentencia demoledora sobre el encausado, era algo así como enviar al señoritingo al "carajo pipa", como decimos por Cádiz.

A la gañanía ha enviado recientemente a "doña Ursula, no sé qué", en su visita a Turquía, el conocido demócrata señor Erdogan, colocándola en "general”, mientras el señor Michel, preboste de la tribu europeísta, estaba tranquilamente en "tribuna numerada".

A la gañanía envió Obama a Zapatero, pese a la "constelación planetaria" que anunciaba una ministra al coincidir "ambos líderes", no somos nada, a ver si doña Ursula, va aprendiendo de lo que vale un peine, Putin también envió a la gañanía a Pepe Borrell, justo castigo a su perversidad.

9) Tonto amarrado

Es el tonto al que "amarran" sus compañeros, para que no se note la estulticia del prenda, es una variedad muy común entre la fauna política, principalmente entre el denominado "aparato".

Tratase de un ejemplar muy similar al "tonto emboscado" y mucho más peligrosa que el "tonto con balcones a la calle", en efecto, el tonto amarrado no ejerce su tontería más que cuando sus compañeros lo permiten y siempre en ámbitos internos y sin proyección exterior.

Lo malo es que cuando se desata el tonto amarrado, es un ciclón y toma la palabra en las reuniones o conciliábulos con prolijidad y facundia, las reuniones se prolongan eternamente y milagro será qué en unas de ellas, cualquier tribu política no le declare la guerra a Noruega tras la intervención del tonto en cuestión.

10) Pobreza menstrual

Esta perla se la debemos a la afamada doctora doña Mónica García, candidata de "Más Madrid" a la presidencia de la Comunidad del oso y el madroño.

Doña Mónica ha presentado la propuesta de que compresas, tampones, y otros útiles de la higiene íntima femenina estén disponibles y garantizados en todos los hospitales, colegios, centros culturales y otros edificios públicos de la Comunidad de Madrid.

Esta propuesta se hace con el fin de acabar con lo que la galena denomina "pobreza menstrual", el término, ciertamente es novedoso, pero está cargado de anacolutos, anfibiologÍa y polisemia, sin que se pueda llegar a ciencia cierta qué demonios quiere decir o concluir la facultativa de marras.

Bien es verdad que doña Mónica nos tiene acostumbrados a ocurrencias y tontera, la más reciente ha consistido en afirmar a los medios de comunicación que "si llega a presidente de la Comunidad de Madrid, convertirá el Hospital Zendal, en una suerte de laboratorio estilo centro cultural y de investigación o en un laboratorio de salud "(sic). Que de qué forma lo hará es un misterio.

Los antecedentes de doña Mónica son inquietantes, el 15 de octubre de 2020, hizo el signo de apuntar con una pistola con los dedos de la mano pulgar e Índice al consejero de Hacienda señor Fernández Lasquetty, por un quítame allá unas pajas presupuestarias, toda una candidata de carácter, el Señor (del Gran Poder), nos libre.

11) Avenate

Por mi salada claridad solemos decir cuando alguien ha perdido el juicio o la razón, o el oremus, o cuando está fuera de sí, que ha tenido "un avenate", este término que los gaditanos sabemos desde nuestro padre Hércules, se traduce por los modernos como "trastorno mental transitorio”.

Por Cádiz lo entendemos como un arrebato o impulso súbito de hacer algo.

Tengo observado que eso es lo que le pasa a ministros, subsecretarios, alcaldes concejalillos y a todos los monterillas municipales y espesos.

Así es, están las ciudades sosegadas y en calma cuando, de pronto, vemos al “tío de la valla", interrumpir una calle al tráfico rodado y de pronto vemos a una perforadora enorme haciendo grandes cráteres que destrozan aceras y pavimentos en general.

Tal cosa sucede porque a un concejal de "infraestructuras y sostenibilidad" (antes Vías y Obras), le ha dado por hacer la calle peatonal con su correspondiente "plataforma única"(?), con lo cual desaparecen las aceras y toda armonía propia de las calles, lo malo es que las ocurrencias de los monterillas, no paran en ellos y el avenate llega hasta los componentes del Tribunal Constitucional, cada día empeñados en sorprender al personal.

Así está el país

Que no le falte agua al elefante.