Diccionario para una pandemia. Tomo VI-II

Queridísimos, no voy a sacar a pasear otra vez a la conocida frase del gran Chesterton, de la que hice mención en la anterior entrega.

Es lo cierto y verdad que no paramos, estos pasados días han sido un carrusel de esperpentos, una noria de despropósitos, una rueda de insensateces, un cúmulo de frivolidades.

La denominada clase política, ha dado el espectáculo, tengo que reconocer que el espectáculo dado ha sido digno de ella, como ella ha sido digna del espectáculo.

En él, mientras tanto, el vírico invasor campea a sus anchas por estos páramos y las taifas andan a la gresca, sin ponerse de acuerdo, a la hora de restringirnos libertades.

Aún colea la estela dejada por Illa (el de las mascarillas y vacunillas) y el fementido Simón, la señora Darias no es más que un mal epígono de las plagas mencionadas.

A riesgo de ir contracorriente. Echo de menos un criterio centralizado y único para combatir al causante de nuestros males.

En ese aspecto y en muchos otros me declaro centralista, ¡qué le hemos de hacer!, así que, ¡viva el centralismo, gora el centralismo, visca el centralismom, viviña el centralismo y arriba el centralismo!

Vamos a lo que vamos

Agua y sal

Llamó la atención de la afición el descubrimiento alumbrado por la nueva señora Curie, en el mundo de la política, doña María Jesús Montero, sedicente portavoz del gobierno filocomunista que nos aflige y que además detenta la peligrosísima cartera de Hacienda.

Según doña María Jesús, todas las ideas habidas sobre la solubilidad de los cuerpos y más en concreto del agua, no eran más que productos del heteropatriacardo y el machismo propugnado por la caverna ideológica.

Doña María Jesús (a quien Dios guarde pero que no suelte por lo que más quiera), nos dice en rueda de prensa que "ella es incompatible con la derecha como el agua y la sal", conste que la cita es literal.

De esta jocunda teoría científica, hay que extraer profundas conclusiones, por ejemplo; ¿existen los océanos? ¿No será el Océano Índico, un malvado invento del fascismo que está rondando como león rugiente para devorarnos?

Las playas, ¿son realidades o son fantasmagorías inventadas por la derecha, para nuestra alienación?

Los sueros fisiológicos ¿serán acaso venenos que se han inventado las nuevas multinacionales para matarnos a todos?

Todo esto y más pienso tras escuchar a esta ennoblecida dama.

Lo cierto y verdad es que la señora Montero es ministra, como lo fue aquel inefable don Eloy Vaquero ministro de la Segunda República, qué a la hora de ser nombrado, un periodista paisano suyo envió al casino del pueblo del que era natural don Eloy, el siguiente telegrama: "por mi madre, que han hecho ministro a Eloy. "Lo peor es que don Eloy fue ministro de la Gobernación y de Trabajo y Sanidad, o sea que el mal en Sanidad viene de lejos.

Criminalizar

Tiene razón mi maestro don Jorge, cuando me apunta que el vocablo en cuestión es utilizado por todo por los detentadores de la opinión, por los tertulianos, por los columnistas y hasta por los militares sin graduación (vulgo metopas).

Criminalizar forma ya parte del neolenguaje y de la "nueva normalidad" caracterizada, entre otras cosas, por la alergia a las votaciones y la afición a las mociones de censuras.

Hay muchos sinónimos que se pueden utilizar en vez de este término tan horrible y tan de los antiguos países del telón de acero.

Yo lo incluiría en la Antiacademia de la lengua que se fundara en breve, si no, al tiempo.

Perfomatividad

Ya, en la anterior entrega, hice mención a este término. que una doctoranda podemita introdujo en un incomprensible discurso.

Lo traigo ahora en solitario porque puede dar bastante juego.

A ver,¿qué es eso, de perfomatividad? Lamento tener que comunicar a mis beneméritos lectores, que por más que busco, no encuentro respuesta acertada, no hay más remedio que solicitar al desconocido ministro de Cultura, la urgente creación de la Antiacademia, para que los nuevos titulares del neolenguaje, nos aclaren este misterio al lado del cual el de la Santísima Trinidad es un juego de niños.

Por mi parte, elevo ya estas dudas que me tienen sin dormir; ¿qué es la perfomatividad de género? ¿qué es un acto performativo? ¿Se usan los verbos performativos? ¿que un enunciado performativo? ¿somos seres performativos? .

Estas y otras preguntas, podría elevar a los nuevos académicos, y otras muchas más que, por discreto, callo.

Abierto, plural y moderno

Estos adjetivos calificativos, que estudié en mi colegio de San Felipe de Cádiz, vienen encadenados como las cerezas en los racimos a la hora de desear una clase de feminismo.

Llevamos hace un montón de días ilustrándonos sobre esta filosofía cuyo principal arúspice, es doña Irene Montero, en sus tiempos, eventual cajera de un supermercado y en la actualidad, sedicente ministra de Igualdad del gobierno filocomunista español.

He aquí que una señora llamada doña Carmen Picazo, de la tribu de los "arrimados" (antes ciutadans), lo defiende "frente al sectarismo de unos que intentan hacer de feminismo un coto privado y frente al negacionismo carca".

Después de esta rotunda afirmación, ya nos explicamos el porqué, esta dama fue candidata a la presidencia de la Junta de Calamidades (Comunidades) de Castilla la Mancha y el porqué, fue derrotada por el señor Page (que se ha quedado en paje y no llegará a Rey nunca), la razón no tiene más que un camino, ya lo sabemos, del abierto plural y moderno a lo de Murcia solo hay un trecho.

Pues nada, que no le falte agua al elefante.