Diccionario para una pandemia. Tomo V-I

Queridísimos: Empezamos ya con el quinto tomo de este diccionario, creo que a riesgo de parecer pesado, debemos seguir considerando el neolenguaje y las ocurrencias que de manera continua introducen los nuevos aprovechados en nuestra diaria relación.

Como se dice ahora, la cosa pinta mal. A la escasez y a la desaparición de las vacunas, se une la desvergonzada actitud de las denominadas ‘autoridades’, quiénes utilizando su prevalencia, consiguen el fin de vacunarse antes que los demás mortales.

Aquí no se salva nadie; consejeros, concejales, alcaldes, militares con graduación, fiscales desahogados, obispos, familiares, primos, cuñados, amigos de los anteriores...

Todas las autoridades, civiles, militares, judiciales y eclesiásticas (como se decía antes en las funciones religiosas, cuando el predicador de turno saludaba a la concurrencia), no han dudado en adquirir barrera de sombra (naturalmente de pescuezo, como siempre), para presenciar la función.

Todo demuestra la escasa categoría moral de una sociedad pasmada, aborregada, servil y miedosa.

En fin, Serafín, empezamos.

101%

Extraña manera de señalar un porcentaje, en este caso, lo utilizaba con frecuencia Illa (el de las mascarillas), para encarecer su dedicación en pro de la salud de la república. Lo que pasa es que hace unos días se fugó a Cataluña, con el beneplácito de su jefe, con el fin de intentar ganar las elecciones autonómicas que se celebrarán por aquellos pagos.

Ahora caigo porqué vendió mascarillas al principado de Andorra, es que allí viven casi veinte mil paisanos con derecho a voto, aquí el que no corre, vuela.

Hospital volador

Extraña variante de centro sanitario, trátase de una carpa grande construida chapuceramente, con el fin de que los enfermos de Covid, ocupen plaza y de esa forma alivien la presión asistencial de los hospitales ‘clásicos’.

Esta variante es oriunda de la Comunidad valenciana y cuya principal característica es que los techos de la carpa salen volando, por acción del viento fuerte o de otros fenómenos celestes.

Al salir volando, deja a las víctimas del vírico invasor, desprotegidas y a merced de la atmósfera.

Esto ha ocurrido muy recientemente, menos mal que las celosas autoridades trasladaron a los damnificados a un hospital que llevaba cerrado una tira de años afectado por aluminosis, con lo cual la afectación del edificio afecta a los pulmones de los damnificados. Esperemos que las victimas trasladadas no se vean afectadas por la enfermedad del edificio y luchen solo contra el Covid y no contra la molicie de las autoridades.

Saltarse la cola (colarse)

Deporte muy exclusivo de estos páramos, consiste en no respetar el turno correspondiente en cualquier cola de las muchas que se forman por cualquier cosa por estas latitudes.

Eso del colarse lo intentan hacer con facilidad los caraduras y aprovechateguis, que aquí son legión.

Quién no se ha visto en una cola bloqueado de repente por dos "listos", que intentan adelantarle con el socorrido mantra de: "Ay, perdón, creía que era la misma cola para todos".

Con las vacunas, se ha formado una cola que cualquier verduguillo, autonómico, municipal, judicial, militar o eclesiástico con mando en plaza, ha intentado saltarse.

En esta circunstancia, la sordidez de quiénes aprovechando su posición de poder, se han puesto la vacuna antes que los ancianos y las personas de riesgo, alcanza cotas desgarradoras.

En fin, un nuevo desahogo y un ejemplo de muchísima poca vergüenza.

Status furorem

Equivalente a cabreo, mi dilecto maestro don Jorge, me lo sugirió esto del cabreo, para poner de manifiesto el estado anímico de la afición ante lo que está ocurriendo.

El cabreo es un estado de ánimo superior al del mero enfado, proviene de la acepción latina capibrevium, bueno, pues ese el estado que tiene la afición con lo que está pasando, del cabreo al amotinamiento hay un paso, advertido están.

Blogger

Mi dilecto don Manuel Felipe, me advierte sobre estos especímenes recientemente aparecidos alérgicos al pico, a la pala y a la espiocha, es decir al honrado arte de trabajar de verdad.

En realidad, se trata de una persona (o un conjunto de personas), que administra un sitio o red social en internet con el objetivo de entretener.

Como se ve, la inquietante definición oculta o taimado objetivo de no dar golpe y vivir de la afición, me parece que el personal no le ha cogido la medida a estas gentes, pues la plaga también es importante.

Lo de no dar un palo al agua es un deporte muy cultivado por aquí. Así nos va.

YouTuber (yutubero o yutúber)

Nada menos que es un productor y gestor de contenido audiovisual, que usa YouTube como su plataforma de comunicación.

No se puede decir con más claridad; ni va a trabajar ni piensa en coger el pico ni la pala ni cosa parecida.

Su alergia a esos nobles instrumentos de labor es muy importante.

Le agradezco a don Manuel Felipe su sugerencia.

Crowdfunding

Ya mi dilecto don Manuel Felipe nos avisa, sobre esta red de financiación colectiva, normalmente online, que a través de donaciones económicas o de otro tipo, consiguen financiar un proyecto a cambio de donaciones.

En resumidas cuentas, dar un sablazo por la mismísima cara. El Señor nos libre.

Por ahora, lo dejamos aquí.

Que no le falte agua al elefante.